lunes, 10 de septiembre de 2012

Hablemos del arte de encarar.

¿Le mandaste la palabra “arte”?
Si.
¿Por?
Porque me pintó.

¿De qué carajo vas a hablar ahora?
De todo lo que se me ocurra sobre el encare.
¿Qué?
¿Querés saber qué?
No, quiero saber qué carajo querés decir.

Vamos a hablar sobre el encare. Sobre las encaradas. El encarataje. Encarar. Eso.
¿Encarar a alguien para cagarlo a piñas?
No. Encarar a alguien para flirtear. Encarar una mina para labiarla. Para chamuyar. Eso.
Ah.
¿Te quedó?
Nop. ¿Vas a enseñar algo? ¿Vas a dar técnicas de encare?
No. ¿Quién mierda soy yo para enseñar eso? Vamos a chamuyar. Nada más. A hacer comentarios.
Ah.

Vamos.

Por lo general los chabones encaramos y las minas son encaradas. Esto no siempre pasa. Algunos chabones no encaran y algunas minas no son encaradas. Algunas minas encaran y algunos chabones son encarados. Y algunos chabones encaran chabones y algunas minas encaran minas. Todo puede pasar. Pero seamos generales. Si no podemos ser tenientes seamos generales.
Delirio.

El lugar habitual para encarar es un lugar de recreación. Un lugar recreativo. ¿Por qué? Porque no es habitual que alguien encare a una persona mientras están haciendo la cola del banco para pagar algo. No es habitual. Pero puede pasar.
Los chabones suelen encarar en los bares, boliches, fiestas, en los clubes, ríos, playas. Generalmente. Si, mi general.
Pero puede haber variaciones. Creo que son muy pocos los que encaran en otros ámbitos además de los ya citados. Me incluyo. ¿Entre los que encaran en cualquier lugar? Si. Algunos encaran cuando ven la oportunidad. Me incluyo. Pero las cosas no siempre se dan. Me incluyo.
Callate.

La noche suele ser el momento en que las encaradas se hacen masivas. Tal vez porque la noche trae las fiestas y las fiestas traen el alcohol y el alcohol trae la ebriedad y la ebriedad trae la pérdida de inhibiciones y la pérdida de inhibiciones trae el chamuyo y el chamuyo trae el flirteo y el flirteo trae, trae. Trae.

Las formas de encarar son varias. Vamos a sitiarnos en la noche. En una fiesta. En un boliche. Uarever. Las minas bailan. La música suena. Y la gente encara.

¿Vas a hablar de las llaves?
¿De qué llaves?
Las llaves.
Ah, si. Después.

Las formas de encarar son muchas. Miles. Variaciones de muy pocas. Ni tantas. Muchas. Pero te aseguro que es más fácil en un boliche hacer que un chabón se agarre a piñas con vos que hacer que una mina se agarre a besos con vos.
Palabra.
Así que acordate cuando estés en un boliche que hay mil formas de encarar minas pero un millón de formas de agarrarte a piñas.
Palabra.

Sigamos.

Podés usar distintas formas de empezar a encarar. Porque todo empieza con empezar.
Que tipo listo.
Callate.
¿Vas a hablar de las llaves? Tendrías que hablar de las llaves.
Después.

Están todas las chicas. Algunas bailan. Otras no. Algunas toman. Otras también. Y vos vas a encarar. Vas en grupo. Vas en dúo. Vas sólo. Como sea.
Si la mina está bailando te conviene tener ganas de bailar. Si la mina está sentada no te conviene tener ganas de bailar. Digo. Nada más. Hacé lo que quieras.

Vamos a las llaves.
Si.
Que boludez. Tanto para decir la boludez que voy a decir.
Las llaves. En el encare hay tres llaves. La llave para entrar. La llave para quedarte. Y la llave para ganar.
Con ganar no me refiero a que sea un juego. Ni que las minas se ganan. Porque ellas manejan todo, así que no me jodan.
Volvemos.
¿Por qué esas tres llaves? Porque si. Porque con la primer llave la encaras. Es la llave que usás para entrar. Para empezar a labiar. A chamuyar. Puede ser algo aparentemente casual como un tropezón que te hace hablar con ella o algo totalmente premeditado como acercarte y hacerle una pregunta. Son muchas variantes que no me voy a poner a detallar. Pero es eso. Es la forma de empezar. Si no lo hacés bien no vas a poder seguir. Tenés que saber usar la llave correcta. Para que te de bola. Para que ella te responda. Para que te hable.
Tiempo. Tiempo aparte. Tiempo muerto.
Un chabón llamado Chatrán siempre menciona en este apartado a las muditas. ¿Qué? Las muditas. Son despreciables. Chicas no sean muditas. No se hagan. No jodan. ¿Qué son las muditas? Son esas minas que fingen mutismo. Que no hablan. Que no te responden. Que no te miran. Que hacen como si no existieras.
No me caen bien.
Decime que no. Decime que tenés novio. Que no te gusto. Que sos lesbiana. Pero no me dejes hablando sólo. No te hagas la pelotuda. No hagas como si yo fuera invisible. Como si fuera intangible.
Las muditas. No me caen bien.
Sigamos.

Una vez que estás hablando tenés que usar la segunda llave. La llave para quedarte. O sea si encontraste una llave perfecta para empezar y ella se copó. Y te sonríe y todo bien. Todo bien. Pero si no sabés que decir a continuación o ella pierde el interés en vos, sos un nabo. No usaste la segunda llave. Tenés que seguir. Tenés que ganártela. Tenés que caerle bien. Que gustarle. Que todo. Bla.

Y entonces llegamos a la tercera llave. La llave que define todo. Si usaste bien las otras dos llaves pero acá la cagás no sirvió nada de todo lo demás. La tercera llave es el momento en el que le demostrás tus intenciones y le decís: “guacha te quiero partir el ojete después de que me la chupes toda la noche”
No.
Mentira. Mentira. Mentira.
Sigamos.
Le hacés saber que ella te interesa. Y hacés lo que te parezca. Esto no es un instructivo. Arreglás para hacer algo otro día. La acompañás a su casa. La abrazás. Te la transás. Le pedís el número de teléfono. Le pedís el documento. Lo que sea. Uarever.
Pero hacé algo. No seas gil. Ya llegaste hasta acá.
Bueno. Nada. Era eso lo de las llaves.
Que porquería.
Gracias.

Sigamos con otra cosa.
Generalmente uno encara cuando cree que puede ser bien recibido. No te conviene encarar a una mina que está llorando y puteando a la amiga. No te conviene encarar a una que te mira mal. No te conviene encarar a una que tiene al novio al lado.
A veces se da que la chica que vos mirás te mira. Y se quedan mirando. Se pierde cada uno en la mirada del otro. Que lindo. El amor. El amor. El amor.
Y a veces esa mina no te da bola, igual. De todas formas.
Y a veces una que no parecía estar interesada en vos te da bola.
Todo puede pasar.
Bueno, casi todo.

La onda es no rebotar. Mucho. Porque todos rebotamos. Mientras más encarás más rebotas. Mientras menos rebotás menos encarás. Pero tenés que encarar.
Jugá al frontón. Rebotá.

Después de todo son las minas las que nos ganan. Ellas nos eligen. Nos seducen. Nos convencen. Y como unos tarados creemos que fuimos nosotros los que las encaramos. Los que las chamuyamos. Los que las ganamos.
Somos tarados.

Algunas minas encaran.
Me encantan esas minas.

Algunas personas encaran en el mundo virtual. Y chamuyan. Y se garchan. Y se ven. Y se escriben. Y que se yo. No tengo la más puta idea sobre esta clase de encare.
Nunca lo hice. No soy muy cibernético.
Sigamos con otro apartado por carencia de fundamentos en este.
Sigamos.

¿Cuándo estás chamuyando por necesidad real, estás chamuyando realmente? Si la encaraste por alguna razón en particular y no porque necesitaba una razón para encararla y después la seguís chamuyando. ¿Fue un encare?
¿Qué?
Sigamos.

Algunas personas encaran a todas. Encaran todo. Yo no puedo. Si la mina no me gusta, por más que yo sepa que ella está conmigo no puedo encararla. O por lo menos no puedo chamuyar.
¿Alguien te preguntó?
Algunos encaran pero realmente no encaran. Cuando pasan las minas cerca de ellos les agarran la mano, o les tocan el pelo y les dicen alguna estupidez. Usan eso como primera llave. Y sigue siendo un encare. Flojo. Pero encare en fin.
¿Qué querés decir?
Eh... Sigamos.

Algunas personas sólo encaran en los boliches. Al resguardo de la noche. Cobijados por la música fuerte. Enaltecidos por el alcohol. Arengados por sus congéneres.
En la noche que es la madre del sueño que es el hermano de la muerte.
Otros. Me incluyo. Encaramos dónde sea. Como sea. Es difícil. Si. Pero no hay que perder las oportunidades. Me enamoro de muchas chicas. Me enamoro con facilidad. Y si las dejo ir me siento mal. La ciudad es grande, no se si las voy a volver a encontrar.
No siempre puedo. Pero trato.
El amor a primera vista me puede.
Y encaro.
Con resultados dispares. Pero lo hago. Encaro en la calle. En un local. Donde sea. No quiero arrepentirme de no haberlo hecho. Prefiero arrepentirme de haberlo hecho. Pero es difícil. No lo niego. Tenés menos tiempo para crear un ardid para engañar al diablo. Tenés que inventar algo rápido. Y a veces las sutilezas se escapan con el desgraciado paso de los segundos. Y capaz que nada está de tu lado. Ella se va rápido y las preguntas estúpidas suenan más estúpidas en tu cabeza.
Pero hay que moverse.
Alguien dijo alguna vez: decí hola y después improvisá.
No puedo ver como se van sin mi.
Hay que encarar. Yo encaro. Él encara. Ella encara. Nosotros encaramos. Ellos no encaran.

Otra frase: “El -no- ya lo tenés.” Es para encarar. ¿Qué puede pasar? Como mucho te dice que no. ¿“No” a qué? no se. No a todo. No. Pero tenés que encarar. No perdés nada. O no perdés mucho. Y podés ganar algo. O mucho.

Es verdad que vistos desde afuera algunos encares se ven patéticos. Y bueno. Por lo menos lo intentan. Peor es quedarse esperando que las cosas se den si no se dan.

No creo que todas las minas que encaren ganen. Si están buenas seguro que si. No siempre de todas formas. Si el chabón está con su chica o con algunos que pueden hablar con su chica, no gana. O si el chabón es fiel. O si es gay. O que se yo. Pero si el chabón no tiene mina y le gustan las minas y la mina está buena. La mina gana. El chabón gana. Todos ganan.
Minas buenas encaren. Por que si. Por favor. Por mi.

Cuando yo utilizo la palabra chamuyo la uso en su versión real lunfardística. Chamuyar es hablar. No se tiene que considerar que chamuyar es mentir. No es así. Chamuyar es hablar. En general se utiliza más en el caso de hacerlo con una mina que se está flirteando. Se la está chamuyando. Pero eso no quiere decir que se le estén diciendo mentiras. Se está llevando a cabo una acción de flirteo. No de grupo. Grupo es mentira. Engrupir es mentir. Engatusar es engañar. Chamuyar es hablar. Digamos que es flirtear con palabras.

A veces encaro por la calle. Se complica cuando yo estoy andando en vehículo y la mina está caminando. Por eso me gusta caminar. Porque eso de estar frenando el vehículo y realizando un principio de “stalk” para “yeryear a la fam” no está bueno.
Galahad, por favor.
Bueno.
No se entendió bien la parte del yeryeo. No me refiero a ir frenando el vehículo para hacer el stalk. Si no no sería stalk. Aunque esa acción también la hice en algún momento. Pero acompañado, en dúo o trío. Creo que no la hice nunca en “solo”.
No podés ir frenando. Frenás en el semáforo. Y capaz que le lanzás un flirt a alguna nínfula que esté esperando el cole, o cruzando la calle. Generalmente no esperás que ella responda más que con una sonrisa. Quizás si es un grupo de nínfulas y vos conformás también un grupo podés llegar a arreglar algo. Pero es mejor hacerlo una vez que te hayas bajado del vehículo.
Otra vez recuerdo haberlo hecho con unas chicas que iban en bicicleta. Nosotros éramos dos. Ellas eran dos. Nosotros íbamos en auto, ellas en bici. Y las encaramos. Y después detuvimos nuestros vehículos. Y realizamos el encare propiamente dicho
Pero nada de esto viene al caso.
Yo me refería a frenar el vehículo para hacer un stalk para yeryear a la fam.
La chica está caminando, yo estoy andando en vehículo. Ella es hermosa. Yo no puedo resistirme. Detengo mi vehículo y la voy a encarar. Si ella iba en la misma dirección que yo, y yo la pasé, la espero disimuladamente. Si ella iba en la dirección contraria, tengo que hacer un stalk más intensivo. Tengo que ir a buscarla. El problema es si no hay lugar para estacionar. El stalk se puede complicar.
Si hacés un stalk improvisado no sos stalker. Si tu stalk fue premeditado y se convierte en algo cotidiano podés llegar a ser un stalker. No está bueno.
Sigamos con lo que seguíamos.
Si la mina es hermosa no puedo evitarlo. Si ella está caminando y yo voy en auto eso no se tiene que convertir en un impedimento para que nos conozcamos.
Si la mina es hermosa no puedo evitarlo. Las mujeres hermosas me pueden. Sólo soy un simple mortal. Deliro. Deliro. Deliro.
A veces vas en auto y ella va caminando y se cruzan las miradas. A veces vas caminando y ella va en auto y se cruzan las miradas. Y todo puede ser. Y todo puede ser todo. Y tal vez no lo vas a saber. Que hermosura. Que hermosura de mujer.
Punto y aparte.

Mensaje para las chicas. En los boliches no la jueguen de muditas. Por favor. Dígannos que no. Insúltennos. Miéntannos. Pero hablen. Por favor, hablen. No nos dejen hablando solos. No nos maten con su indiferencia.

No vi la luz.
Ese término es usado cuando no encontrás el momento para utilizar la primera llave. No encontrás la forma del encare. No ves la luz y no podés actuar. No podés empezar a labiar. A chamuyar. A veces el ardid perfecto está ahí, pero vos no lo ves.

Algunos encares se vuelven animalescos. A veces las minas parecen cervatillos hostigados por furibundos lobos.
Se ven raros estos encares desde afuera. Las minas están danzando y los chabones arremeten contra ellas. Sin sutilezas. Sin encantos. Sin palabras. Se excusan en una danza candente para apoyar su existencia en la tibieza de las princesas sin reino.
A veces sirve. Muchas veces no.
Menos si los lobos están ebrios de candor animal. O simplemente ebrios.
A veces da. Muchas veces no.
No nos bailen así frente a nosotros si no quieren que nosotros les bailemos así a ustedes.
¿Galahad, estás de su lado?
Estoy del lado de los hombres que les gustan las mujeres. Cada uno hace lo que puede cuando puede como puede. Que se yo.
“El hombre es un animal peligroso, no tenés que provocarlo.”

Un piropo es un encare. Sin sutilezas pero con encanto. A veces el tiempo apremia y no existen otros atajos.
Los ojos de fuego.

A veces las minas encaran sin demostrarlo. Te miran sin dejar de mirarte. Te bailan sin dejar de bailarte.
Cuando vas pasando te tocan el culo.
Te encaran.
Me encantan las minas con actitud. Si sos una chica con actitud y estás buena, no tenés chances de perder.

Me revienta cuando a pesar de no haber dejado de mirarte, a pesar de haber bailado para vos cuando vos no bailabas con ellas, no hagan lo que tienen que hacer. Vos las encarás y no pasa lo que tiene que pasar. Me revienta. Histéricas. Hipócritas. “Matame, si no te sirvo, matame.”

A veces hay que encarar como sea. Donde sea.
“Ante una acción anormal, una reacción anormal es la acción más normal.”
Algo así.

Hablemos de los Llovizna.
¿De la llovizna?
De los llovizna.
¿De qué concha hablás?

Los lloviznas son esos chabones que están con esas chicas. No son los novios, no se la están levantando pero hinchan las pelotas.
Los lloviznas.

Ella es hermosa. Y está bailando con un boludo. Un boludo que es un amigo de ella. Pero quiere dejar de serlo. Quiere ser algo más. O tal vez no. Pero hincha las bolas.
Es un llovizna. No moja pero jode.

Cuando estás encarando, los lloviznas joden bastante. A veces la chica en cuestión los utiliza para deshacerse de los posibles encaradores que no quiere conocer aún a riesgo de perder a los que quiere conocer. Y otras veces son los lloviznas mismos los que ocupan ese lugar molesto sin haber sido invitados.
Y joden.
No me caen bien los lloviznas.

Hay que encarar.
Imaginate todos los amores posibles que nunca se van a concretar porque ninguno encaró.

Chicas encaren. Si son lindas no tienen chances de perder. Y pueden joder un rato. No tengan vergüenza. Si no quieren parecer muy atrevidas encaren con alguna estupidez. Digan algo. Ponganse a hablar. Les aseguro que el chico si está interesado va a hacer cualquier cosa por seguir hablando con ustedes. Pregúntenle algo. Digan alguna estupidez. No tienen porque entrar diciendo que les gustan o que quieren bailar con ellos.
Esto también va para los chabones. Pero me imagino que ellos ya lo saben.

Hay que encarar. Somos seres sociales. Socialicemos.

A veces encarar es todo un arte. Todo depende del artista. Y de la obra.

Si tenés tanto color en tus labios no te voy a besar, nena. El lápiz labial no está en mi dieta.

Soy El Dedo Anular de Galahad.

4 comentarios:

  1. Hola bueno mas que nada quiero decirte que me fascino tu manera de escribir este "artículo" el cual es muy cierto en varios puntos. Escribí mas sobre estas cosas. Un saludo

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  2. Gracias por haberlo leído, Lucía, y gracias por el cumplido. Un saludo.

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  3. Hols q significa q te digan g4

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  4. No sé. Vamos a improvisar. Creo que te quisieron decir 4G, o sea querían decir que eras más rápida que todas, que todos se querían enganchar con vos y que cualquiera con plata y con un buen teléfono te tenía. Punto.

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Datos personales del copado que escribe estas boludeces.

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Galahad es un muchacho delirante que escribe algunas boludeces muy de vez en cuando y si se le cantan las pelotas. La Galaxia conspira contra él pero a veces Galahad le toca la cola.