jueves, 17 de noviembre de 2011

Esas mujeres que nunca vamos a olvidar. Parte dos.

“No puedo recordar que tengo que olvidarte.”
Leonard Shelby

No puedo olvidar a muchas de ellas. Un tema. Una canción ya me hacer recordar. Todo. A ellas. Lo que pasó. Y lo que no pasó. Eso es lo peor.

Soy un pelotudo.

Pero se que somos varios. Tendríamos que hacer un club. Pero sería muy deprimente.

“Matame. Si no te sirvo, matame.”
Frase bolichera utilizada para el boludeo.

Hay tipos que se enamoran de una mina y esa mina se enamora de ellos. Que fácil. Que tipos con suerte. No saben lo que es estar en nuestra situación. En nuestro lugar.

Y capaz uno de esos tipos se enamora de ella. La que nos importa a nosotros. Y ella se enamora de ese tipo. De ese.

Que mal.

Soy el Sangrante Corazón de Galahad.

91107

Esas mujeres que nunca vamos a olvidar.

Esas mujeres que no podemos olvidar. No queremos. No lo vamos a hacer.

“Es gracioso que uno nunca piense en las mujeres que ha tenido. Siempre son las que pasan de ti las que no puedes olvidar.” Victor Mancini.

Esas mujeres que no nos dieron bola. A esas. A esas son las que no podemos olvidar. Porque no fueron nada más. Porque siempre va a estar la incertidumbre de lo que podría haber sido. De lo que ellas podrían haber sido. Porque nunca llegamos a conocerlas. Porque siempre van a ser perfectas. Por eso. Justamente por eso. Porque no las conocimos.

¿No les pasó? ¿No les pasa? A mi si. Todo el tiempo.

Amor a primera vista.
Un día la viste. Flasheaste. Y nunca más la vas a olvidar. Pase lo que pase. Hagas lo que hagas. Ella siempre va a ser la que pudo haber sido. Ella siempre podría ser la que vos quisieras que fuera. Pero no lo sabés. Y nunca lo vas a saber. Y eso es lo peor.

¿No les pasa? A mi me pasa todo el tiempo.

Y creés que la olvidaste. Pero sigue en tu cabeza. Y la volvés a ver. Y te volvés a enamorar. Y volvés a caer en esa trampa. Te volvés a enredar. Y ella sigue igual. Y sigue sin darte bola.
¿Cuántas veces me habré enamorado de las mismas mujeres? Me pasa todo el tiempo. Las olvido y me vuelvo a enamorar. ¿Un amor superficial? ¿Y qué? ¿No vale? ¿El amor a primera vista no es amor? ¿Si es unilateral no es amor?
La respuesta para todo es afirmativa.

La ves. La encarás. Y todo termina ahí. Justo ahí. Antes de haber empezado. Ella tiene novio. Ella no te habla. Ella es lesbiana. Ella es extraterrestre. Ella es una ilusión. Lo que sea. Lo que fuese. Pero no pasa nada. Ella se olvida de vos. Pero vos no te vas a olvidar de ella.
La volvés a ver otro día. En otro lugar. En el mismo lugar. Meses después. Años después. Lo que sea. Y ves que ella es hermosa. Y un segundo después te das cuenta de que ya te había pasado eso. Ya habías pensado lo mismo de ella. Y volvés a enamorarte como si fuera la primera vez. Jamais vue. Lo opuesto al deja vue. Todo es nuevo pero ya lo viviste. Todo sigue igual. A ella no le importás. Y dudo que alguna vez eso vaya a cambiar.
Y todas las veces que la vuelvas a ver te va a pasar lo mismo. Y no te importa. Porque con verla ya te sentís mejor. Aunque ella nunca vaya a ser para vos. Y te enamorás docenas de veces de la misma mujer.

O todavía peor. La conocés. Ella te conoce. Pero no pasa nada. Vos gustás de ella y ella gusta de tu amigo. Y eso duele. La ves todo el tiempo. Y ella no sabe nada. Porque sabés que si lo supiera, todo sería peor. Porque vos si sabés. Sabés que ella no quiere que pase nada. Ella gusta de ese otro. Vos lo sabés.
Y dejás de verla. Porque te jode. Verla, ahora te jode.
Pasa el tiempo. Y la volvés a ver y ella está con alguien. Ella está con otro. Con un boludo. Con alguien más boludo que vos. Con alguien más boludo que yo.

“Las cosas de las que uno más se arrepiente son aquellas que no hizo cuando tuvo la oportunidad.”
Algo así era. No me acuerdo quién lo dijo.
Hay que encarar a la mina que te gusta. Pero ¿qué pasa si ella no te da bola? ¿Qué pasa si sabés que ella está con otro? Ella está enamorada de otro. No de vos. Ya lo sabés. Ya intentaste todo lo que podías intentar. Y no podés hacer que eso cambie. Libre albedrío. Ella no está con vos. Y nunca lo va a estar.
Y por eso no la podés olvidar.
Por lo que no fue. Por lo que pudo haber sido.

Me enamoro todos los días. Muchas veces. No puedo evitarlo. Soy muy susceptible al enamoramiento. Las mujeres tienen ese poder sobre mi.

Soy la Cursilada Descarada de Galahad.

¿Yo solo paso por esto? ¿Estoy solo? ¿A vos no te pasa?

Mi amor, no me mires así. Tus feromonas van a destrozar mi hipotálamo.

Me voy a dar una buena dosis de Nepento.



Galahad me tenés cansado con tus estupideces.
Gracias por tu apoyo, man.

311007

Yo desprecio a los políticos. ¿Y vos?

Desprecio a los políticos.
Los detesto.
Me tienen cansado. ¿Por qué piensan que somos tan tarados? En serio. ¿Por qué piensan que nos olvidamos de todo? De todo lo que nos robaron.
Me cansa que arruinen la ciudad para hacerse publicidad. Lo detesto. Todos los papeles. Los carteles. Los putos graffitties. Y los folletos. Las canciones. Por favor, las canciones. Detesto que agarren un tema y lo exploten hasta el hartazgo. Que hagan que detestes esa canción porque la escuchaste tantas veces seguidas. Porque te hace acordar a los hijos de puta de los políticos.
Hijos de puta.
Las putas al poder. Los hijos ya nos tienen cansados.

Roban. Roban. Los eligen. Roban más. Los vuelven a elegir y siguen robando.
¿Generalizo? Si, y no importa porque todos son iguales. En mayor o menor medida. ¿Qué se puede hacer? No se. Supongo que es un mal inevitable. Tampoco me gusta el olor a mierda pero todos tenemos que cagar.

Pero en realidad podrían robar menos, ¿no? Ser más sutiles. Mentir un poco menos. No ser tan cararrotas. No pensar que todos somos imbéciles que nos olvidamos de todo lo malo que hicieron. Podrían hacer eso por lo menos.

Odio sus putas publicidades. Se hacen los piolas. Los buenos. Los gentiles. Los magnánimos. Y son todas mentiras. Apestan a mentira asquerosa. Todos lo sabemos. Casi todos.

No voy a dar nombres pero hay políticos que se sabe que coimearon, que se sabe que afanaron. Que mintieron. Que destruyeron al país o la provincia que gobernaban para beneficiarse ellos mismos. Y la gente los siguió votando.

Y está la gente esa que los defiende. Como si defendieran los colores de su bandera. Como si defendieran a su patria. Como si defendieran a su padre. A su equipo de fútbol. Con ese fervor. No los entiendo. ¿Les pagan? A algunos si. Otros esperan pasar a ser algo y afanar por su propia cuenta.

En épocas como esta los detesto más. No puedo ni verlos. Los aborrezco.

¿Soy el único que siente este desprecio?
¿Vos no?

251007

Etapas del que se está meando.

Esto no es un chiste. No pretendo que sea gracioso. Pero casi todo el tiempo tengo que mear. Bastante tiempo me estoy meando. No es que no pueda vivir tampoco. Si voy al cine, no al rato de haber almorzado, cenado o merendado, sino más tarde... puedo ver la película entera. Puedo dormir lo que duermo a la noche sin levantarme, a veces. Y puedo estar un rato sin pasar por un baño. Pero paso bastante. Es que tomo mucho agua. No me quejo. Pero a veces se complica, cuando no estás en un lugar con baño. Por ejemplo si estás haciendo tramites en la ciudad ¿Qué hacés? Tenés que saber que baños podés usar. Los baños públicos y esquivar los “sólo para clientes”. A veces se pone molesto. Tenés que caminar un par de cuadras de más para llegar a una estación. O meterte en algún lugar que tengan baño y te dejen usarlo. Si estás re- jugado sos capaz de rogar o hacerlo en cualquier lugar. Todo depende de las etapas.
Las etapas son cinco. Van en orden creciente de necesidad urinaria.

En la primera etapa sabés que en un rato vas a tener que mear. A veces podés mear un poco en esa etapa pero generalmente tenés que conformarte sabiendo que va a pasar en un rato. Es sólo eso. Una advertencia a futuro.

En la segunda etapa tenés que ir pensando dónde vas a mear. Es un onda, che, esperá que voy al baño. No estás apurado pero podés mear y quitarte el problema por un rato.

En la tercera etapa tenés que ir al baño. Te estás meando.Si estás por salir a algún lugar vas y listo. Si estás afuera ya buscas un baño cerca.

En la cuarta etapa te estás re meando. Estás jodido. No es que se te haya escapado algo pero ya es inevitable. Vas a tener que ir al baño. Caminás apurado y vas. Lo buscás. Lo anhelás. Y una vez que lo usás por un momento las endorfinas te flashean y tenés un segundo de felicidad urinaria.

En la quinta etapa estás en problemas. No tendrías que haber pasado de la cuarta etapa. En la cuarta ya te estabas re meando. En esta te estás recontra remeando. Ya no hay chances. Ya no hay excusas. En donde sea. En esta etapa nada más importa. Sólo hacerlo. No importa donde. No importa como. No podés esperar más. Si no tenés un baño cerca lo hacés en cualquier lado o corrés el riesgo de hacerte encima porque tu vejiga ya no puede aguantar más. Tus esfínteres no pueden resistir. Lo hacés. Y después pensás en las consecuencias.

Yo entro en la cuarta etapa aproximadamente a la media hora de haber tomado mucho. Así que después de ese tiempo, entre la cuarta y la quinta etapa cualquier baño me sonríe. Hasta los baños asquerosos nauseabundos y cagados. Es lamentable. Pero no hay otra chance.
¿Soy el único que pasa por esto?
¿Hay alguien tan seco que sólo tenga que mear un par de veces al día?

181007

La Cultura Cannabis me hincha las bolas

Me molesta. ¿A quién carajo le importa qué mierda le molesta a Galahad? Bueno, para empezar a… Galahad.
Me hincha las bolas la Cultura Cannabis. No el hecho de que se droguen. No la droga en sí misma. No los drogadictos. La Cultura esa es la que me hincha las bolas.
Drogate si querés. Vendé porros si se te antoja. Pero no me jodas.
Eso es lo que me molesta. No al punto de que no pueda vivir. No me jode tanto. Pero quería mencionar esta hinchabolez.

Si querés fumar marihuana, fumala. Pero no me digas que yo lo haga. No me pongas los mensajitos en las canciones. No lo menciones en todas las letras. No pongas el símbolo de la marihuana en todas tus cosas. No tengas colgantes de hojas. No te hagas tatuajes de María. No te compres remeras con chalas. No te quedés viendo las cuatrocientas versiones de pipas que venden los hippies. No me molestes.

¿Por qué todos los demás no joden con lo que consumen? Si a mi me gusta el arroz no voy a hacer una cultura con eso. No voy a hacer la Cultura Arozia. Arozia Sativa. No voy a tener una remera con el dibujo de una planta de arroz. No voy a decir en una canción lo bien que me siento por comer arroz. No voy a instar a todos a que coman arroz.
Que cada uno haga lo que quiera.

Ni siquiera los otros droguis son tan fanas de su producto como los marihuaneros. Tal vez en segundo lugar estén los bicheros con sus pastillitas tuneadas. Pero están bien lejos. Bien lejos. Los cocainómanos no dicen nada. Los amantes del LSD no joden a nadie. Los pelotudos del paco no tienen un símbolo. Los forros que se dan con cualquier fármaco no hacen alarde de nada.
¿Por qué los fanas de la chala hacen tanto kilombo?

¿Cuántos temas son odas a la marihuana? Sobre todo en el rock nacional. Ya cansan. Serían más originales si no jodieran tanto con esa droga. ¿No se dan cuenta de que ya no son rebeldes? Si son todos iguales. ¿Si son todos iguales contra qué mierda se rebelan? Si yo tuviera una banda de rock no me drogaría, no por ser sano, sólo para estar en contra del resto.
Son todos iguales.
Bandas que tienen temas marihuaneros: Las Pastillas del Abuelo, Viejas Locas, Intoxicados, La Renga, Los Pericos, Kapanga y no se quién más.

Entonces. Droguense. Pero no hagan alarde de eso. No me jodan a mí. No se adornen con hojas. No arruinen una canción. No sean tan poco originales.

Arriba la Cultura Arozia Sativa.
Nos gusta comer arroz. Dale. Comé vos también. Comé un poco de arroz. Te vas a sentir bien. Vos querés.

¿Sabías que el Fentanilo es ochenta veces más potente que la Heroína? Le dicen Bruma Azul. Te pegas un viaje en cinco minutos. Si tenés que volar es la forma más rápida de viajar.
Mierda.

Mierda.

Soy la Frase Jaculatoria de Galahad

110209

martes, 11 de octubre de 2011

¿Alguna vez vieron a la humanidad como si fuesen sólo animales?

No digo porque los humanos hagan una animalada. No estoy diciendo de esos casos en los que se dice que más que un hombre es un animal. No hablo de los hijos de puta que violan a sus propios bebés. De los desgraciados enfermos de mierda que matan a sus novias rompiéndoles la cabeza con un martillo. De los infrahumanos que violan, matan y destruyen. De todos los hijos de remil puta que matan por matar. Que matan por placer. Porque pueden.
No.
No hablo de ellos. Esos no son humanos. No se los puede llamar animales. Ni siquiera los animales hacen esas cosas. Son un desperdicio de piel. De espacio.
Pero no hablo de ellos.
Es un tema un poco más jocoso.

Cambiemos de ánimo.

Hablo de ver a los sublimes y civilizados seres humanos en sus propias “animalescas” bajezas. O realidades.
Si. Los miro desde afuera. Como si yo no fuese un humano.
¿Nunca lo hicieron? ¿Nunca les pasó?
¿De qué carajo estás hablando esta vez, lisérgico ser?
Estoy hablando de ver a las personas como si estuvieras viendo el canal de los animales. De eso.
Me pasa a veces cuando estoy haciendo una cola. Tiempo. Tiempo muerto. No esa clase de cola. Me pasa cuando estoy haciendo una fila. En el supermercado. Miro a las otras personas en las otras colas.
Y sostienen a sus bebes en sus brazos y nada los diferencia de un simio. Y los bebés hablan y sólo la madre los entiende. Y a veces parece que no hablaran ni siquiera ellas en un idioma humano.
Y en el grupo de pibes se joden entre ellos y nada los diferencia de un par de hienas.
Y nos creemos tan superiores. Tan civilizados.
Somos animales.
Y el chico gusta de la chica y se queda mirándola. Y parecen perros moviendo la cola porque recién se conocen.
Y pasa una mujer y los dos varones se dan vuelta para mirarle el culo. Y los mandriles hacen lo mismo.
Y un muchacho flirtea con una dama. Y se ríe con ella. Y le da un regalo. Y se muestra ante ella. Y los pavos reales hacen lo mismo con sus plumas.
Y en un grupo de chicos todos tratan de destacarse para que las minas los miren. Y tratan de ser los mejores. Y tratan de ser el macho alfa. Como los gorilas.
Tan civilizados. Tan tecnológicos.
Y los monos se masturban como muchos jóvenes. Pero el mono es un mono.
Y las gatas hacen ruidos guturales cuando se las garchan. Y las gatas de los humanos también lo hacen.
Y los perros no pueden dejar de comer. Y los hombres están gordos.
Y el chico mima a su chica. Y los leones hacen lo mismo.
Y las minas dancean gatosamente entarimadas. Y a nosotros nos parece ridícula la danza erótica de los cangrejos. De los escorpiones.
Y el pájaro que mejor canta se mueve a la mejor pajarita. Y los cantantes se garchan a sus chicas.
Y si alguien nos jode arremetemos ciegamente como toros.
Nos obstinamos como burros.
Somos animales.
Sólo somos un poco más inteligentes. Y no nos damos cuenta de que hacemos las mismas estupideces.
Dos se franelean. Y a cada grado que se elevan se vuelven más animales.
El amor es una reacción química pero como podemos debatir sobre ella creemos que es algo más humano. Que somos más. Más no se que.
Tenemos vicios. Tentaciones. Sólo el raciocinio nos diferencia.

Tan superiores. Tan civilizados. Tan tecnológicos. Tan sublimes.

Somos animales. Y hacemos lo que hace la manada.

¿Nunca vieron a los humanos como si estuvieran viendo el canal de los animales?
¿Sólo a mi me pasa?

Soy rápido. La cordura me persigue pero yo soy más rápido.

Me voy a dar con feromonas.

Soy la Demencial Incoherencia de Galahad.

301007

Esos personajes que elegimos ser.

Todos somos un personaje. Todos hacemos un personaje. Aunque seamos nosotros mismos. Hacemos un rol. Lo cumplimos. Hacemos lo que se supone que nuestro personaje tiene que hacer.

¿De que mierda estás hablando ahora?
Estoy hablando de ser lo que somos. Lo que elegimos ser. Siempre manteniéndonos en el rol.
Me perdiste.
No. Prestá atención. Todos hacemos un personaje. Aunque no actuemos. Aunque seamos nosotros mismos. Aunque nos mantengamos fieles a nuestra esencia.

A veces algunos en algún momento de sus vidas cambian de rol. Y todos le preguntan: ¿qué te pasó? Ya no sos igual. Ya no sos igual...

Algunos cambian de personajes todo el tiempo. Todos los días. Muchas veces. Pero siguen siendo ellos mismos. Diferentes. Pero leales a sí mismos.

Todavía no entiendo la estupidez que estás tratando de decir.

Inclusive hay distintas tribus urbanas. Todos ellos juegan el mismo personaje pero desde distintos ángulos.
Los rolingas. Los rugbiers. Los chetos. Los hippies. Los nerds. Los ganadores. Los perdedores.
A rasgos generales hay muchos grupos. Individualmente también uno elige un personaje. Y se mantiene en él. A veces uno elige al personaje y otras veces el personaje lo elige a uno.
El gracioso. El ortiba. El amargo. El fiestero. El pirata. El bobo. El vivo.
Hay muchas variantes y en cada una de esas variantes hay muchas otras variantes.

Galahad, no estás diciendo nada que no sepamos.

Aunque no pertenezcas a ninguno de los grupos que dije estás haciendo un personaje. No es todo cuestión de grupos. Ni de características físicas o sociales.
Todos hacemos un papel. Sin actuar. Frente a la sociedad. Frente a la gente.
Quizás cuando estamos solos somos un poco distintos. Hacemos cosas que no queremos que los demás sepan.
Pero de todas formas seguimos cumpliendo un rol. El que elegimos cumplir.
Otras veces no lo elegimos pero tenemos que cumplirlo.

Si sos flaco y chiquito nunca vas a ser un matón. Por más que en tu cabeza seas el más malo de todos.
Tenés que ser lo que tenés que ser porque no podés ser lo que querés.
Si sos feo por más que te sientas el más ganador de los ganadores vas a perder a muchas minas. Aceptalo. No estás con los fachas.
Si sos grandote nunca vas a ser un jockey.
No todo está determinado obviamente. A veces podés cambiar. Pero otras veces no.
Si naciste en Argentina por más que te guste la gaita nunca vas a ser un escocés.

Y esto no se refiere sólo a lo que uno está limitado a ser. O a no ser. No. Todos somos algo. Todos somos alguien. Y ese que somos es un personaje. Lo vamos creando desde que nacemos. Crece con nosotros. Adquiere matices. Elige caminos. Y se vuelve cada vez más un personaje determinado. Determinado por tu infancia. Determinado por tus experiencias. Por tus errores. Por tus aciertos. Por lo que te enseñaron. Por tu familia. Por tus amigos. Por tus gustos.

Y es ese mismo grupo que te rodea el que se va a sentir extraño si vos intentás cambiar un poco al personaje que ellos conocen.
¿Cómo que te perdiste el mundial si a vos te encanta el fútbol?
Bueno, no se, no tanto.
Si, a vos te encanta.

El que se junta con ratas no le tiene asco a la mierda.

Según con quién te juntes va a variar tu personaje. Ya sea porque te ves en la necesidad de hacer lo que los demás hacen o porque realmente lo querés hacer.

Si a vos te enseñaron que está mal rascarse las bolas con gente a tu alrededor no lo vas a hacer. No. Porque vos no lo hacés. Vos no hacés esas cosas. Cuando estás solo capaz.

Todos hacemos un personaje. Somos un personaje.

Si. Ya se. Somos personas.
Todos tenemos matices que se fueron cimentando en nuestro ser social y psicológico a través de los años.
Y que se yo.
No me vengas con intensas inconexas peroratas psicológicas.

Todo esto es más boludo.

Todos somos de una forma. O de otra. Todos distintos. Algunos parecidos. Todos únicos.

Si se supone que no somos malas personas se supone que no hacemos maldades. Porque eso es lo que somos. Somos buenos tipos.
Si sos un hijo de puta podés hacer lo que quieras. Vas a seguir siendo un hijo de puta.
Supongo que el hijo de puta es más libre de hacer lo que quiera que el buen tipo.
Si alguien ve al buen tipo haciendo algo malo lo empieza a ver como un hijo de puta. Pero aunque el hijo de puta haga algo bueno va a seguir siendo un hijo de puta.

Todos cumplimos nuestro rol. Algunos cambiamos. Otros no.

Yo a veces soy distinto. Tengo un par de versiones de mí mismo. Siempre soy yo. Pero soy distinto.
A veces soy un buen tipo. Y otras veces soy un hijo de puta.
Y mi personaje para algunos es uno y para otros es otro. Y para otros es justamente eso. Un personaje dual. O múltiple. Saben que puedo ser bueno o no. Y eso te da libertad. Te saca del personaje. Podés hacer lo quieras. Si querés hacerlo.

A veces soy normal.
“Cuando soy bueno soy bueno pero cuando soy malo soy mejor.”

A veces soy piola y otras veces soy ortiba. Soy un enfiestado o un amargo. Según. No es siempre por como me sienta. Sino por lo que me conviene ser.
Si estoy en un lugar en el que no quiero estar soy un forro. Y me voy.
Si quiero quedar bien soy más simpático.
Yo elijo.
Desorden de disasociación de personalidades múltiples.
Ni siquiera tanto.

Creo que es peor mantenerse en un rol que no querés cumplir. Y ser hipócrita con vos mismo. Y sufrir. Y no poder cambiar. Y hacer lo que los demás quieren que hagas. Ser lo que los demás quieren que seas.
A algunos les pasa.
Y se hacen socios del club del psicólogo de la esquina.

Algunos que me conocieron en mi estado de joda me preguntan si me pasa algo cuando me ven tan calmo la segunda vez que los encuentro.
Los que me conocieron en mi estado de calma se quedan sorprendidos si me ven en un momento de joda.

Soy distinto pero siempre soy yo.
A algunos les pasa. A otros no.
Por las noches soy otro.
Tengo que dejar de leer a Palahniuk.

Aunque cambiemos, todos nos atenemos a ciertos límites. No son cambios totales. Hay cosas que en ninguna de mis versiones yo haría. Y hay cosas que hago sea como fuese.
Los estados de ánimo también afectan a nuestros personajes.
Estados ciclotímicos.
De todas formas todos nos mantenemos en nuestros personajes. Somos distintos pero seguimos siendo iguales.

A veces cambio sólo superficialmente. Para joder.
Un poco más punkie.
Un toque rolinga.
Versión elegante.
Versión zaparrastrosa.
Me rapo y me dejo crecer el pelo por cinco meses. Una y otra vez. Para variar.
Cambios superficiales.
Algunos lo hacen.
¿Alguno lo hace?

Todos hacemos un personaje. Y nos atenemos a él. Yo nunca voy a ser fascista. Ni muchas otras cosas más.

Todos somos un personaje.
¿Vos cuál sos?
¿Qué opinás?


Me ofrecieron Ilex Paraguayensis y les dije que no. Yo sólo me doy con Arozia Sativa.

Soy la Inusitada Demencia de Galahad.

271107

¿Qué onda con el destino?

Eso. ¿Creés en el destino? ¿Qué onda?

Supongamos que todos creemos. Supongamos que existe el destino. Supongamos. Supongamos que todo está destinado a ocurrir y que todo pasa porque tiene que pasar. Juguemos.

Que mierda. Si existe es una mierda y si no existe también.
No trates de entenderme ni siquiera yo puedo.

Todo pasa por una razón. Acuérdense que estamos haciendo como si el destino existiera. Escépticos abstenerse de pensar. Todo pasa porque tiene que pasar.
Y si es así es una mierda. ¿Lo que hice lo hice por idiota o porque era la única posibilidad que tenía?
Y si no existe... ¿cómo es posible que ella estuviera en ese lugar en ese momento? En el mismo lugar del mundo en el que estaba yo. Y de los miles de segundos que pueden haber sido haya estado en los mismos en los que estuve yo. Como dice McFly, es el destino...

Tal vez tenía que hacer ese viaje. Quizás debía estar en ese lugar en ese momento. ¿Si eso no es el destino que mierda es?
A veces, si se piensa que todo está destinado a ocurrir, y lo que ocurre es algo malo se manda a la mierda a todo el cabrón destino de mierda. Y cuando es algo bueno las estrellas están con nosotros. Si se dan las casualidades para algo bueno es chido el destino y si se dan para algo malo es naco.

Eso es. Las casualidades. Cuando se dan ciertas cosas. Casualmente. ¿Eso no es el destino en su paroxismo?

Faltaste al trabajo y justo te llama esa chica para que la veas a la tarde. Si hubieras ido a trabajar no hubieras podido. Pero sin embargo podés. Fue una casualidad. Fue el destino.
Te quebraste la pierna y no podés hacer ese viaje que ibas a hacer. Estás puteando al puto destino. El colectivo se hace mierda. Y a vos no te pasó nada. ¿Fue el destino?
Vas a ir a un recital. No podés ir. Ya está pagada la entrada. Va tu amigo por vos. En el recital se arma kilombo. Tu amigo se muere. ¿Fue el destino? ¿Era su destino? ¿Era tu destino? ¿Cambiaste el destino?
¿Qué onda?

Si el destino existe, ¿se puede cambiar? ¿O si pretendés cambiarlo es porque estabas destinado a hacerlo? ¿Realmente lo cambiaste o el destino sigue su curso en el cambio?
Como cuando Neo tira el florero.
Algunos no creen en el destino porque se sienten encerrados si se ponen a pensar que todo está decidido. Quizás no todo. Tal vez es como le pasa a Frank Cadillac, que puede cambiar su destino porque sabe lo que le va a pasar dos minutos en el futuro.
No creo que todo ya esté escrito. Pero tal vez algunas cosas suceden, cuando entra en juego la casualidad por medio de la causalidad sobre todo, porque tienen que suceder. ¿Por qué tienen que suceder? Para joderte la vida. Para hacertela más fácil. Que se yo.
Que se yo.

¿Qué piensan del destino?

Después prosigo con mi inconexa perorata delirante.

Soy la Inconsciencia Turbadora de Galahad.

Necesito nuevas pastillas.

280408

¿Por qué no somos perfectos?

No se. A mi me gustaría ser perfecto. O ser lo más parecido a eso. A mi si. ¿A vos no? A mi si.

¿Por qué no somos perfectos? No se. No se porqué no somos perfectos. Estaría bueno. Sería genial. Muchos problemas desaparecerían. Todo sería más fácil.

No me vengan con eso de que la perfección es aburrida. No me jodan. La perfección es perfecta. Aunque sólo dure un momento. Que es lo más que puede durar. Pero es perfecta.

¿Por qué tenemos defectos? No lo se. Yo si fuera un Dios haría a mis hijos perfectos. A mis hijos predilectos, los que son a mi imagen y semejanza, a esos los haría perfectos. Sin defectos. Sin problemas. Para que no sufran. Para que disfruten.

Tal vez Dios no es perfecto. No se. Y nos hizo a su imagen y semejanza. Imperfectos. No se.

A mi me gustaría ser perfecto. Sin defectos.

No me vengan con preguntas como “qué es ser perfecto”, o “quizás lo que vos ves como un defecto no lo es para todos”. No me jodan.

Todos tendríamos que ser perfectos. O casi perfectos.

¿Por qué hay más gente con problemas que gente sin ellos? Hay más gente con problemas que gente sin ellos. Somos una copia de una copia de una copia, como dice el narrador.

La inmortalidad es una mierda. Se los digo yo que soy inmortal. Pero la perfección es excelente. Se los digo yo que no soy perfecto.

No se a dónde carajo estoy yendo con este desliz mental. No se. Creo que estoy haciendo agua por algún lado.

No sería sublime que fuéramos más los lindos, inteligentes y con perfecta salud que los feos, brutos y enfermos. La balanza está al revés. Todo sería tan fácil. No habría discriminación. No habrían amores no correspondidos. No habrían suicidios. Ni asesinatos vengadores por ofensas recibidas. Porque todos seríamos lo más que podríamos ser. Y no habría envidia. Y no habría tipos casados con hembras feas mirando a minitas infartantes. Y no habría coreanitos asesinos en escuelas yankis. Y no habría hombres árbol. Y no habrían pobres tipos. Infelices. Tímidos sufridos. Todo sería tan fácil. Y los cirujanos plásticos se morirían de hambre. Todo sería tan fácil. Y los psicólogos se harían taxistas. Todo sería tan fácil. Y los canas estarían al pedo.
Todo sería tan fácil.
Tan fácil.

Un mundo perfecto. O casi.

Por favor lean mis siguientes posteos en este mismo tema antes de decir alguna boludez. Si ya los leyeron pueden decir todas las boludeces que quieran.

Estoy delirando. Me voy a meter todo el paquete. Todo el paquete de pastillas. Si. Si. Si. Todo. Todito. Todo mío. Mío. Mío. Mío.

Es un flash.

Soy la Demencia Infinita de Galahad.

271107

El amor de tu vida, es difícil de encontrar... parte dos.

“El amor eterno sólo dura tres meses.”

“La única diferencia entre el amor eterno y un capricho es que el capricho dura más.”

“Sólo hay un amor que dura hasta la muerte: el último.”

Después de citar a no se quién, a no se quién y a no se quién; prosigo con mi inconexa perorata alucinógena.

El amor químico dura entre un año y medio y tres años. Es la naturaleza. Si sigue es por otras razones. No se. La mente. El alma. No se. Pero no es químico. A veces sigue. A veces no. A veces muere por un rato para renacer más fuerte. No se.

“Cuando ames no hagas como los cuerdos que aman con cordura. Hacé como los locos que aman con locura.” No se quién lo dijo.
Soy la Melosa Cursilada de Galahad.

Está bueno creer en el amor. Aunque sea por un rato.
Creía en el amor hasta que creí enamorarme.

Voy a darme un subidón de péptido feniletilamina.

301007

El amor de tu vida, es difícil de encontrar.

“Hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella.”
Ortega y Gasset

Que garrón.

¿Qué pasa si encontrás al amor de tu vida? ¿Todo bien? No se. Dije “si encontrás” no dije nada de que ella te encontrara a vos. ¿Qué pasa si cuando la encontrás ya es tarde? ¿Qué pasa si creías haber encontrado el amor y después encontrás al amor de tu vida? ¿Qué pasa si aunque ella sea el amor de tu vida vos no sos el amor de la vida de ella? Todo mal.

Nada es fácil. Y menos cuando se trata del amor.

Imaginate que estás casado, amás a tu esposa y ella te parece hermosa y todo está bien. Y entonces aparece esa mujer. La que siempre soñaste. La que nunca imaginaste. Es perfecta. Es hermosa. Es tu alma gemela. ¿Qué hacés? ¿Tirás todo a la mierda? ¿Trataste de olvidarla? ¿Creés que vas a poder olvidarla?

Imaginate que la mujer más perfecta del mundo, la más hermosa, la más sensible, las más graciosa, la más seductora, está ahí. La conocés. Ella sabe que vos sos capaz de morir por ella. Y no le importa. ¿Qué hacés? ¿En serio pensás que la vas a poder olvidar?

Imaginate que la mujer de tu vida, la que sería perfecta para vos, la que sería tu séptimo cielo todas las noches; también te amaría a vos. Pero nunca la vas a conocer. Es muy filosófico y volado este concepto. Pero pensalo. Ella vive en España, vos vivís en Argentina. Nunca en sus vidas se van a cruzar. El destino te la puso sin vaselina.

Imaginate que conocés a la que hubiese sido el amor de tu vida, pero ya es tarde. Sabés que fue hermosa, pero ya no lo es. Sabés que fue perfecta pero ya tiene muchos defectos. Sabés que te quiere pero que te hubiera querido más veinte o treinta años atrás. Cuando eran jóvenes. Cuando todo era posible. Y ya es tarde. Estás en el ocaso de tu vida. Ya no tiene sentido casarse. Ya no pueden tener hijos. Ya pasaste toda tu vida sin ella. Y sabés que todo hubiera sido sublime. Y sólo creás recuerdos que te hubiera gustado tener. Y no tuviste. El destino se burló de vos.

A veces pienso que algunas personas se enamoran de otra porque no tienen más opciones. Porque las otras mujeres que amaron no los amaron a ellos. Porque están fuera de su liga. Porque la que aman si los ama. Pero si realmente pudieran elegir amarían a otra. Pero tienen que conformarse. Tienen que engañarse a sí mismos. Suena duro. Pero creo que pasa.

Imaginate que te cruzás una tarde al amor de tu vida. Amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista. Y en quince minutos sabés que la amás. Sabés que no vas a encontrar a otra como ella. Y ella no lo sabe. Sólo vos. Y no te la volvés a cruzar jamás. Y las venas te quedan largas. Y el destino te cagó diarrea.

Que garrón.

El amor. Es todo tan difícil. No sirve si amás y no te aman. No sirve si te aman y no amás. No es completo. No es perfecto.

Hay tantas opciones que nunca van a ser realidad. Que duele. En serio.

No llores, Galahad.
No lloro, sólo filosofeo un toque.

El amor de tu vida. Te envidio si lo tenés. Pocos lo lograron.

Me enamoro muy seguido. Las mujeres hermosas me pueden. Son una debilidad.

“Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.” Antonio Machado.

Tengo en mi bolsillo dos monedas para pagarle a Caronte por si muero de amor.
Entre las dos no hacen un peso.
Y son falsas.


Me voy a esnifar mis lágrimas.

251007

lunes, 18 de julio de 2011

La trivialidad de la vida. Parte dos.

Y la gente inventa razones para que todo tenga sentido. Le encuentra sentido a lo que no lo tiene. Y se inventa razones para que este videojuego absurdo tenga gracia.
Me río. Je je.
La casa siempre gana. El cero siempre sale.
No se puede ganar.
Es como leer revistas que no te interesan en la sala de espera. Sólo lo hacés para pasarla mejor. Para no escuchar las conversaciones imbéciles de los otros.
La revista no importa. Y no te podés ir de esa sala de espera.
Alguien dijo que la vida es una sala de espera a la muerte.
Alguien lo dijo.
No fui yo.
No.

Estoy podrido de todo. El universo es una mierda. Estoy cansado de que todo sea cómo es y no cómo podría ser.
Las luces se encienden y se apagan. Listo. No hay más misterios. Principio, nudo y desenlace. Todo empieza y todo termina. Listo. No hay nada más. Todo decae. Todo termina. Todo está cayéndose. Todo está terminándose. Todo está muriéndose. Nada dura. Nada importa. Nada tiene sentido.
Maldita memética. Maldito absurdismo.
Galahad me dijo: “La realidad es sólo en lo que creemos. Si no creemos en nada entonces nada es real y si nada es real, nada importa.”
La vida no tiene sentido. La existencia no tiene razón. Nada vale nada. Nada importa.

Soy la Carencia de Fluoxetina de Galahad.

120410

La trivialidad de la vida.

La vida es tan trivial. Tan nada. Tan efímera. Tan corta. Tan insignificante. Se acaba en dos segundos. Y esos segundos nunca fueron tan buenos como podrían haber sido.
Nada dura para siempre. Nada es perfecto. Ni siquiera una vida plena.
Todo no dura nada. Nada dura todo. Todo no es nada. Nada es todo.

El absurdismo me está matando.
La vida me está matando.
Es todo absurdo. Insignificante.

No me importa cómo sea tu vida. Sólo te importa a vos. Y a los que les importás. Y a nadie más. Sos una estadística. Un aviso a futuro en las necrológicas. Sos un nombre en un padrón. Un grabado en una medalla. Una cara desconocida en una foto grupal. Sos una sombra. El reflejo de una vida extinta. Sos la nada expirada. Sos una planta sin vida. Sos uno más en la multitud. Sos parte de la masa. Sos un número. No sos nada.

Supongamos que ya pasó toda tu vida.
No me importa si tuviste más amores que Casanova. O si fuiste más seguido que Gandhi. No me interesa que hayas tenido más dinero que un Sultán. O que hayas sido más conocido que Jesucristo.
No me importa.
No me importa si tu nombre va a aparecer en todos los manuales de historia. Si tu apellido va a ser una calle. Si vas a tener una estatua en cada ciudad.
Realmente no es importante.
No para mí. No para vos.
No vamos a estar para verlo.
Y aunque estuviéramos, tampoco tendría sentido. Aunque no te pase la de Kafka y puedas tenerlo todo en vida. No importa.
No es importante. ¿Y qué es realmente importante? Nada. Ese es el problema.
Aunque puedas tenerlo todo no importa.
¿De qué sirve? Es sólo placer. Y es efímero. Algunos perros tienen placer follándose tu pierna. Es sólo placer. Justificado o no. Más o menos.
Todos tenemos problemas. Todos tenemos alegrías. Bueno, casi todos.

Hagas lo que hicieses vas a dejar de hacerlo. Seas lo que fueses vas a dejar de serlo.
Hagas lo que hicieses te vas a morir. Tarde o temprano todo llega a su fin. Es absurdo.
El absurdismo me está matando.

Si tenés suerte vas a conocer al amor de tu vida. Y un día la vas a perder.
Si tenés suerte vas a conocer a la mina más hermosa y más copada. A la mina más perfecta. Y vas a saber que ella te ama.
¿Y qué?
¿Cuánto puede llegar a durar? ¿Diez mil días? ¿Menos? Y sólo van a ser recuerdos. Al final sólo vas a ser memoria. Sólo un recuerdo.

Si no les hablo no existen. Sólo son los extras de mi vida. Las figuras de fondo. No son nada.
Ella sólo va a ser un recuerdo en tu cabeza. Una reacción química en tu cerebro. Un poco de energía. Un par de células. Nada.
Y cuando vos te olvides de ella, ella va a dejar de existir.
Porque siempre existió sólo en tu cabeza.

Nos creemos tan grandes y nuestra vida es tan absurda. Aunque haya sido perfecta fue sólo una vida. Es sólo una vida. No es nada. Veintiocho mil días. O menos.

No me importa si fuiste Alejandro Magno. No me importa si sos Donald Trump.
Tu vida sólo dura segundos. Igual que la mía. Tu cerebro asimila el placer igual que el mío. Todo tu presente se transforma en pasado. En recuerdos. En nada. Sólo existe en tu mente.
A mi me pasa lo mismo.
La vida pasa en un instante.
Las cosas pasan dejándolas pasar.
Cuando ya no estés nada de esto va a importar. Ni cuantas minas tuviste. Ni cuanta fama alcanzaste. Ni cuanto poder obtuviste. Ni cuantas cosas lograste. Ni cuanto amaste. Ni cuanto te amaron.
Es sólo una vida.
El absurdismo me está matando.

El absurdismo me está matando.
Volvámonos más severos todavía.
Digamos que si la vida en si misma es insignificante. Digamos que si la vida es absurda. Si todas las vidas carecen de sentido. Si cualquier vida es intrascendente. Entonces. Todos estamos mal. Todos estamos peor. Estamos jodidos. Tu vida es más insignificante todavía. Como la mía.

Durden me dijo que fuimos criados para creer que vamos a ser algo grande. Fuimos criados para ser estrellas de rock. Astros de cine. Millonarios. Famosos. Poderosos. Amados. Queridos. Idolatrados.
Y no lo somos. Y no lo vamos a ser.
Así que la vida nuestra es todavía más intrascendente que la insignificante vida de los que tienen o tuvieron todo eso.
Tu vida vale menos que la de Chaplin. Y la de Chaplin no vale nada. Así que…
No me digas que tu vida es importante. Ya lo se. Es tan importante como la del infeliz que apareció hoy muerto en los policiales del diario.
Intrascendente. No sos nadie. Y aunque lo fueras no serías nada.
El absurdismo me está matando.
No me importa si sos importante.
Es como un jardín de infantes. Pensá en eso. ¿Lo ves? Un aula pequeña y colorida. Una docena de nenes de cinco años. Una señora bonita con un guardapolvo ridículo. Porquerías pueriles pegadas en las paredes. El sol de la mañana entrando por la ventana.
¿Lo ves? Bueno.
Ahora sabé que uno de esos nenes, Eustacio, es un nene muy capaz. Su seño está orgullosa. No sólo hace las pinturitas más bonitas del aula. También sabe las vocales. Y las sabe escribir. Guau. Que zarpado. Es lo mejor del aula. Es el orgullo de sus padres.
¿Y qué? Fuera del jardín no es nada. Fuera de su escuela no es nadie.
Bueno. Eso es la vida.
Por más que seas zarpado, en el esquema general de la existencia no sos nada.
No sos nada en el mundo. Realmente no sos nada.
Pensá bien, realmente no es importante que hayas descubierto la teoría de la relatividad.
No se a dónde mierda estoy yendo.
El absurdismo me está matando.

Es como un videojuego. Quizás es eso. Un videojuego. Jugás un rato. Te divertís. O no. Pero es sólo eso un videojuego.
Termina. ¿Y qué?
Tal vez por eso lo que tenés que hacer es jugar bien. Divertirte. Si jugás y ganás es más divertido. Y si jugás más es mejor.
Tal vez por eso hacemos lo que hacemos. Aunque no tenga sentido.
Para pasarla mejor.
Todo por placer. Aunque nada tenga sentido.

Algunos llenan su absurdismo con algo más allá. Unos con la religión. Otros con sus obsesiones. Unos con esperanzas. Otros con locura.
Con lo que sea.
Lo que sea es mejor que la nada.

Si no se puede tener todo la nada es la perfección. Eso dijo alguien. Alguien que no fui yo. No fui yo.
Si toda la creación no es digna de la eternidad lo mejor es que no hubiera existido. Eso dijo Mefistófeles. Tipo raro.
Y después dijo que después de dar tormento a su alma por seis días Dios pudo crear algo que valiera la pena. Creó a la mujer.
Galahad, ¿te estás yendo?
¿A dónde?
El absurdismo me mata.
Mató mil.
Cambio.

Cambiemos totalmente. Olvidémonos de todo eso.
Ya se que no somos nada. Ya se que nada realmente importa. Ya se que nada dura. Que todo se termina. Que nada vale la pena.
Ya lo se.
Ya se.
Y por eso lo voy a olvidar.
Lo voy a olvidar.
Voy a tener la sombría astucia de saber que puedo hacer lo que quiero pero no voy a saber porqué.
Me voy a olvidar de que nada es todo. De que todo es nada.
Voy a olvidarlo todo.
Para seguir.
Sin memoria.
Sin pensar.
Sin sentir.

Cambio. Cientoochentagradeo.
Y voy a pensar como Eric Draven. Shelly le dijo que nada es trivial.
Nada es trivial.
Y lo más importante es el amor. El amor es eterno aunque se termine.
El amor es lo único por lo que vale la pena vivir. Por lo que vale la pena luchar. Por lo que vale la pena morir. Por lo que vale la pena matar.
Nada es trivial.

¿Qué pensás? ¿Pensás como yo? ¿Pensás algo? ¿Qué onda?
¿Mejor me callo? Mejor me callo.

Escribirlo es una forma de sacarlo. Ya no me jode. Está afuera. No pienso más en eso. Hacé lo mismo. Dale. Copate.

Me gusta que uses medias como esas. Me gustan tus piernas. Eso pensé.
Ella me preguntó cómo me llamaba. Yo le dije: Galahad.

¿Leíste todo o sólo estás leyendo esto?

Necesito mi Nepento. Necesito beber del Leteo.

Soy la Incoherencia Astral de Galahad.

110908

Hablemos de puteadas. Parte cuatro.

Oligofrénico. ¿Lo habían escuchado? Suena bien para putear. Es una palabra rara. Es larga. Y tiene la "fr". Y creo que la parte de "co" también suena bien.
Es como algo menor a Idiota. Así que no es un insulto zarpado. Pero suena bien. Y es raro.

Puteadas Bizarras Matemáticas:

Tetraidiota. *
Tarado al cuadrado.

Por ahí escuché que en cierto modo "Carajo" no se porque carajo tenía cierta alusión al miembro masculino. Así que en ese caso que te manden al carajo no es algo bueno. Es como irse a la concha. Pero peor.
Una que se puso muy popular ahora... Sos la cara de la verga. Si, no es ni cara de verga, ni caraverga, es: la cara de la verga. Se puede escuchar a muchos decirse a sí mismos soy la cara de la verga. No funciona con: la cara de la pija, ni con la cara de la chota, ni con la faz del porongo, ni nada parecido.

Soy la Inconsciencia Consciente de Galahad.
*la de Noble.
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Hablemos de puteadas. Parte tres.

Estuve pensando en el tema de las puteadas. Si, pensando. Tampoco es que me maté pensando. Lo pensé un toque. Un segundo.
Bueno, no es la gran idea. Yo no dije que lo fuera. Es sólo un pensamiento.
Ahora no lo digo nada.
Está bien, lo digo.
Creo que la puteada en su esencia es la palabra “puta” y sus derivaciones.
Que loco, man. Te pasaste. Que pensador. Que genio escondido. Que ilustre sabio.
Gracias por tu apoyo, man. Me hacés quedar mal.

Soy la Mente Partida de Galahad.

Cuando hablamos de “putear” se supone que nos referimos a eso, si nos ponemos exhaustivos con el origen de las palabras. Putear. Tiene que referirse a todo lo que tenga que ver con “puta”.
Puede cambiar de género. Puede ser en plural. Puede estar en diminutivo. Adornado. Pero tiene que tener alguna derivación de la palabra “puta”.
Obviamente sólo si nos ponemos en pelotudos con los significados de las palabras.

Puta. Puto. Putas. Putos. Putita. Putazo. Putón. Putero.
Hijo de puta. La puta. La gran puta. Hijo de una gran puta. La puta que te parió. Andate a la puta madre que te remil parió, puto de mierda.

Todo lo demás serían “insultos” o “insultar”. Todo lo que no tiene “puta” en alguna de sus formas.

Con respecto a lo que es una buena o una mala palabra, no se. A veces las buenas palabras pueden insultar más que las malas. ¿Y por qué son malas? Si no estás insultando a nadie en particular son sólo palabras. No hacen nada.
Si estás insultando a alguien, ese es su fin. Y por eso pueden ser malas.
¿Pero si no insultás a nadie?
No son malas. Conmigo se portan bien. Cuando salen de mis labios.

Con respecto a las buenas y las malas palabras dije que las buenas pueden ser más insultantes. Y es verdad.
Pasa en los “insultos a medida del destinatario”. Que es lo contrario a los insultos genéricos.
Ya expliqué lo que eran los insultos genéricos.

Si yo le digo a un chabón: forro de mierda, es insultante. Pero es peor si uso un insulto a medida como: gordo vago tu buzarda no te deja pensar.
El chabón se va a sentir más ofendido si uso un defecto de él. Y use sólo palabras permitidas.
Lo puedo hacer más permitido: obeso perezoso tu prominente barriga no te permite utilizar la mente.
Sigue siendo más insultante para el muchacho de huesos gruesos que padece retención de líquidos.
Si realmente lo quiero insultar tendría que combinar el insulto genérico con el hecho a medida. Y eso de verdad que lo va a insultar.
Gordo forro tu buzarda llena de mierda no te deja pensar.

Creo que los insultos a medida del destinatario son mucho más hirientes. Les recuerdan sus defectos. Sus errores. Sus problemas. Los pueden hacer mierda. De verdad.

Por eso yo si tengo que insultar a alguien con el que me puedo haber llegado a enojar pero es alguien que veo todo el tiempo, o es un amigo, o es un familiar o algo así; no uso insultos a medida del destinatario. No soy tan forro. Algunos lo hacen. Yo no. Me sentiría mal después.

No tengo nada más que decir.
Gracias.

Che, vos. Si, vos. El deprimido. Tengo algo que decirte.
Todos nos vamos a morir. No es joda.

Si pienso distinto. Si me veo distinto. ¿Sigo siendo yo?

Tengo un par de pastillas. Me las voy a tomar.

Soy el Subidón de Endorfinas de Galahad.

91107

Hablemos de puteadas. Parte dos.

Putear nos hace libres.

Es verdad que “estirando” una puteada con adjetivos se potencia y parece más insultante.
Es verdad eso que dijeron de que si usás las puteadas todo el tiempo cuando realmente las tenés que usar pierden un poco el sentido. Pero no importa. Porque yo creo que lo que importa es la intención. La expresión que utilizás cuando estás puteando de verdad. No tanto lo que decís.

Yo a veces puteo en “lenguas”.
Si.
En lenguas. ¿Qué carajo estás diciendo? Generalmente lo hago cuando algo sale mal en un segundo. ¿Qué? En esos momentos en los que no podés hilvanar una puteada con estilo. Ahí. Yo puteo en lenguas.

En ciertas Iglesias. Digamos que son Iglesias. Creo que son Iglesias... Ciertas personas se toman de las manos y oran y rezan y alaban. Y eso.
En ese sublime momento. En ese delirio místico hay a veces alguien que habla en “lenguas”. ¿Se entiende? Hablan en un idioma raro. Ni siquiera es un idioma. Dicen cosas sin sentido. Y se supone. -Fanáticos religiosos por favor abstenerse de sentirse ofendidos o de agredirme.- Y se supone que están hablando, rezando, orando, alabando en un idioma místico. Hablan en “lenguas”. No se entiende un carajo.

Yo puteo en lenguas.
Y tampoco se entiende un carajo.
Parece turco, arabe, hindú o algo así.
SABARASÁ JANACTARAJJJ RASTRANDRURGKKK
Es algo así. Es impulsivo. Es momentáneo. Es espontáneo.

Creo que me pasa cuando se me está por caer algo. O algo así. No se muy bien cuando pasa. Pero pasa rápido.

¿Se pusieron a pensar que cualquier adjetivo, ya sea bueno o malo, que se una a la frase: “de mierda”, pasa a ser una puteada? Si. Todos lo sabíamos. Sos re incisivo, loco. En serio... Sabiondo de mierda. Incisivo de mierda. Locuaz de mierda. Loco de mierda.
¿Qué otros casos hay? De mierda. Del orto. Del culo. No se.

¿Y esos insultos raros que ni siquiera tienen malas palabras en su esencia?
Como: “Tu vieja en tanga.” “Tomá por mirón.” “Esta.”

¡¡Maestro de química sustituto!! Esa me mata. En serio.

¿Porqué en las puteadas se manda a alguien a otro lado? ¿Para que no joda?
Andate a... la mierda/ a cagar/ a la concha de tu hermana-madre-tía-abuela/ la puta que te parió.

Como dijo alguien que posteo. ¿Porqué se los manda a la “vagina” de algún pariente? ¿Porqué ahí? ¿Por alguna razón en particular? En caso de que fueran. ¿Tienen que hacer algo ahí? ¿Nada? ¿Sólo ir? ¿Qué onda?
¿Porqué tanto machismo? ¿Porqué no los mandamos a las bolas de sus padres? A las vergas de sus tíos. A las pelotas de sus hermanos.

La concha de la lora. ¿Sabían que lora en lunfardo es prostituta? ¿Pensaban que esa puteada se refería a la esposa del loro?

Lunfardo: otario, farrita, gil.
En mexicano: “Chinga tu madre, pendejo, hijo de la chingada, pinche cabrón, tu jefa es una güila.”
En español de España: “Gilipollas, puñetero, putón verbenero, lamepollas hijo de perra.”

Puteaditas naive: mocasín, zapato, zapallo, zoquete, melón, mamón, memo, nabo, ganso, bobo, tonto, troncomóvil, zopenco, cabeza de chorlito/ alcornoque, menso, golfo, salame.

Puteadas con estilo novelesco: Vil, desleal y maldita escoria del demonio. Despreciable sanguijuela del Infierno. Asqueroso rastrero. Estropajo. Perrito faldero. Zafio. Sayón.

En una reunión directiva mientras el jefe está dando las nuevas normativas uno de los empleados se pone de pie y mirándolo con desprecio le dice: Sos un sayón. Y se retira de la habitación. Diez de diez saben que lo insultó. Nueve de diez no saben que carajo le dijo.
Creo que lo más importante es la intención y no tanto la palabra que se emplea.
Lo contrario pasa cuando querés insultar sin que sepan que lo hacés. Como cuando insultás a alguien que no habla tu idioma. No sean ortibas, yo se que lo hicieron. No estoy hablando de insultar a un inocente. A alguien que se lo merece pero no tiene porque saberlo. Le decís con una sonrisa franca: “Sos un pelotudo de mierda la concha de tu madre, hijo de remil putas.” Lo hacés muy tranquilamente. Muy sereno. Sin dejar de sonreír. Y él te responde: “Mi no comprende.” Y lo seguís insultando un rato más o le hablás bien en su idioma.

Alguna vez puteé a alguien cuando no debería haberlo hecho de la siguiente manera:
Yo le dije: ¿Te duele el estómago? Él me dijo: No. ¿Por qué? Y yo le respondí: Porque si te doliera te podrías ir a cagar.
Que loco. Que duro. Que tipo jodido.
Soy la Puteada Desenfrenada de Galahad.

Boludo. Pelotudo. Tarado. Las tres hablan de lo mismo. De varones con testículos grandes. ¿Quién inventa estas puteadas? Por favor.

Yo creo que “mierda” e “hijo de puta” son las puteadas por excelencia. No se. Digo, nada más.

Tirame la goma. No llego a comprender de dónde salió esta porquería. ¿Porqué “la goma”? ¿Porqué “tirame”? Entiendo de dónde salió “pete”. ¿Pero “goma”?

Yo creo que nadie putea tan bien como los argentinos. Ya es un oficio lo nuestro.

Lea a Palahniuk.
Soy el Descarado Mensaje Subliminal de Galahad.

Voy a darme un subidón de Dopamina.

Soy la Jerga Fulera de Galahad.



Nueve de diez van a buscar “sayón” en el diccionario.

301007

Datos personales del copado que escribe estas boludeces.

Mi foto
Galahad es un muchacho delirante que escribe algunas boludeces muy de vez en cuando y si se le cantan las pelotas. La Galaxia conspira contra él pero a veces Galahad le toca la cola.