martes, 30 de octubre de 2012

Compro Delorean modelo 83 con Condensador de Flujo.




Compro automóvil Delorean modelo 83 con Condensador de Flujo, sistema de energía Mister Fusion y sistema de vuelo.
Pero me conformo con que tenga el Condensador de Flujo y el sistema Mister Fusion, sin el de vuelo.
Realmente necesito este vehículo. Tengo que verme en el pasado y advertirme de un montón de cosas. Y siempre llego tarde a todos lados. Pero sobre todo lo primero.

¿Me estás jodiendo?
¿Tengo que decir algo?
Si realmente lo tenés realmente te lo compro.

No puedo delirar. ¿No puedo delirar?

Necesito volver el tiempo atrás.
Back in time.


Soy la Tumesente Locura de Galahad.

Flu-
Si.
-o
Ajá.
-kse
Si...
-ti
Ajá.
-na
Listo.

Te dejo la cancioncita para que cantes "back in time" y lo repitas y lo repitas.


¿Por qué detesto Crepúsculo?



Primero porque lo conozco cuando no debería conocerlo. ¿Y por qué lo conozco? Porque fue un suceso importante aunque nunca debería haberlo sido. Nunca tendría que haber pasado del papel al cine. Y si lo hubiése hecho, tendría que haberse quedado en el olvido con su olvidable primera parte.
Primero por eso, porque es inmerecidamente popular. Convengamos que no es por sus valores artísticos, cinematográficos, ni por la calidad de sus actuaciones, y mucho menos de su historia, ni de sus efectos especiales, ni del tema que tratan. Ni de una mierda.



Así que sigo.
Lo detesto porque…
Me gustan las historias de vampiros, de los vampiros como los hizo popular Stoker. De los vampiros que zarpadamente enalteció la grosa de Anne Rice.
Y que me vengan con los vampiros de Crepúsculo es una falta de respeto.

Christopher Lee



¿Por qué? Te voy a decir porque, Paramecio:
Porque los vampiros no pueden estar tan campantes a la luz del día. Y no brillan. No brillan. Dios, no brillan al sol.
Porque los vampiros son astutos y copados. Y no son unos boludos que desde hace cien años están en la secundaria regodeándose con pendejos infinitamente inferiores. Y no se enamoran a primera vista de una minita que es tan simple que no tiene nada para ofrecer a alguien que lo puede tener todo.
Y estos vampiros pudiendo tener todo, y ser seres copados por el mundo, deciden quedarse en una casa en un pueblo de mierda. Claro.

Y te sigo diciendo porque detesto a esta mierda.
Porque la historia de amor es una mierda. Sólo porque todas las calentoncitas quisieran salir con un vampiro no hace a la historia algo bueno.
La química entre los dos personajes principales es horrenda, no me importa si son o fueron pareja en la realidad, parecen zombies, son aburridos, no tienen pasión, son fríos, son aburridooos.


En la película muestran sus efectos especiales como si debieran vanagloriarse de tenerlos. No. Son malos, son malos efectos especiales. Las criaturas hechas con CGI no están bien hechas. Son de bajo presupuesto. Si no las pueden hacer bien traten de no usarlas demasiado.
La cinematografía y la dirección no destacan para nada. No es que uno pudiera decir, bueno, la historia es una mierda, los personajes también y los efectos especiales también, pero que lindas imágenes, que buenas tomas, que iluminación, que planos, que colores, que paneos zarpados. No. Nada de eso.
Con respecto a los actores. No soy yo el primero en decir que la mina tiene menos emociones que una tabla de madera. Y bueno, el chabón está a juego con ella. Encima las calentoncitas de las espectadoras son bien hipócritas, porque cuando el loco apareció en Harry Potter ninguna le dio bola, ahora, se convirtió en el vampiro de esta historia de mierda y de repente se volvió hermoso. Eso es lo que nos diferencia a los chabones con las minas, para nosotros si una mina está buena, está buena aunque no sea famosa. Punto.
¿Y qué decir de la historia, entonces?
Es una mierda aburrida y predecible. Lo puedo decir porque vi la primera. Y sin entrar en detalles era eso: aburrida y predecible. El chabón y la mina se van a empezar a dar bola, no esperes demasiadas emociones, los dos son zombies. Y después va a pasar un pequeño problema que los separe. Y entonces la mina se va a meter en un quilombo y el chabón la va a tener que rescatar. Y ahí se van a poner bien de vuelta. Y todo lindo para que hagamos las continuaciones. Una mierda. Ni siquiera la recuerdo pero estoy seguro de que era así.


Soy un vampiro, tengo como quinientos años, me voy a quedar en este pueblo de mierda haciendo la secundaria hasta que me quiera cortar las venas. Ah, y me voy a enamorar a primera vista de una mina simplona aunque pudiera tener a la mina que quisiera porque soy joven por siempre y puedo tener millones de dólares y saber un montón sobre un montón de cosas, pero la simplona esa está bien.
Creo que los aburridos vampiros estos se tenían que mantener con bajo perfil en ese pueblo de mierda porque por ahí andaban los lobos y había que mantener una guerra eterna con ellos. Creo. Lo estoy imaginando nada más por lo predecible que es toda la historia.
En fin. Es una mierda.

Un hecho: Pixar creó una mejor historia de amor en 8 minutos que Crepúsculo en 4 libros.

Me costó terminar de ver a esa película de mierda y en ese momento supe que no iba a ver las continuaciones.
Viendo las colillas de las películas que siguieron me di cuenta de que no estaba equivocado en pensar que toda la saga era una mierda.
Más efectos especiales de mierda mostrando a lobos mal diseñados y mal dibujados. Más historias de amor patéticas, sin química y predecibles, mezclando el triángulo amoroso con el lobo amigo de la infancia de la mina. Más supuestos problemas de clímax para culminar salvando a la inútil de la mina.
Lo último que vi en estos avances es que se casaron y que el virgo del vampiro se la puso y le metió un monstruito en la cajeta, un bicharraco que le empezó a crecer en la panza al toque. Oh, que tensión.


Y por último quiero decir que detesto que tenga todas esas seguidoras y a algunas de ellas las detesto por la forma en la que se relacionan con esta saga de mierda.
Vamos, ¿cómo les puede gustar esta mierda? Para romances hay mejores. Para historias de vampiros también. Para éxitos adolescentes también. ¿Qué mierda pueden destacar? ¿Encima tienen que ponerse tan locas por semejante mierda? Es como esa frase que dice: no me molesta Jesús, me molestan sus seguidores. Bueno, este caso, las seguidoras y lo que siguen es lo molesto.



Vamos, que por suerte el mundo no está tan equivocado, por lo menos no todo. Por algo en IMDB, por ejemplo, ninguna de las películas pasa los 5 puntos. Cuando las películas buenas, obviamente, tienen por lo menos 6 y algo o 7 aunque no sean queridas por todos. Y las que son queridas por todos tienen entre 7 y 9.
Y eso, básicamente, es porque detesto Crepúsculo.

Nótese que todos los “detesto” y sus derivados en este texto no se refieren a algo que realmente me quite el sueño. Son sólo utilizados para demostrar lo contrario al aprecio.

Ahora si. Una imágenes de lo que son los vampiros de verdad.
Empezando por Drácula.

Gary Oldman


Bela Lugosi
  
Y siguiendo por las mejores crónicas vampíricas que hayan sido escritas. Las que corresponden a Lestat y los otros. Las de “Entrevista con el vampiro” y sus continuaciones.
Si, estos vampiros son amanerados e incluso a veces algo homosexuales. ¿Y qué? Siguen siendo más vampiros que los que están en la porquería de Crepúsculo. Siguen siendo más reales. Más interesantes. Más creíbles. Más profundos psicológicamente. Más todo.
Matan y se morfan toda la sangre. Tienen personalidad, no son zombies. Tienen ambiciones y hacen cosas con los siglos que tienen por vivir. Y no brillan a la luz del sol. Punto.










  
Soy La Sombra Brillante de Galahad.

No me gusta que las bocinas de los autos suenen como las de las motos. Arreglala.

Y así, al final, agrego la captura de IMDB de todas las películas de esta diminuta saga. Entre las cuatro que hay hasta ahora hacen un promedio de 4.8 puntos. Y fueron votadas por más de 90 mil personas cada una.

martes, 23 de octubre de 2012

¿Leíste el Cuervo de James O´Barr?

  

Es un comic under. Es raro. Está muy bueno.

¿No lo leíste?
Es un comic rarisimo que hizo un tipo a fines de los ochenta. Es en blanco y negro. Y es de culto. Y es raro. ¿Ya lo dije? Si, ya lo dije.

Este señor, O´Barr tenía una novia. Y estaba muy enamorado. Y un día un borracho la atropelló y la mató. Esto también ya lo dije antes. O´Barr había perdido al amor de su vida y se sentía para la mierda. Y quiso matar al tipo que la mató. Pero no lo hizo.
Escribió una historieta sobre un tipo que mataba a los que lo habían matado y vengaba la muerte de su novia.

¿No conocés la historia?
No tengo ganas de contarla.
Bueno, te cuento algo.
Eric Draven es el personaje principal. Es un tipo que se iba a casar con Shelly Webster. Pero una pandilla se metió en su vida. Y la violaron a ella. Y la mataron. Y lo hirieron mortalmente a él. Y después se murió. Y volvió de la muerte para vengarse. Para matar a todos los que lo mataron. Y a unos más.




En el noventa y cuatro hicieron una película con Brandon Lee. Después hicieron otra. Y después hicieron otras dos que son lamentables. Y una serie.


Brandon Lee como El Cuervo

Pero estamos hablando de la historieta.

Es rara. La historia no es lineal. Está desarmada entre lo que pasó antes y lo que está pasando. Entre cuando el Cuervo estaba vivo y cuando volvió de la muerte.
Y en el presente todo es dolor y muerte. Y en el pasado todo era felicidad. Y por eso la desdicha es mayor. “Por haber visto lo que vio para ver lo que ve.” “Porque el dolor es más grande cuando se recuerda la felicidad del pasado desde la tristeza del presente.”






Es rara. No tiene una estructura de conflictos normal. Más que un cuento es una poesía. Como dijo uno. Es una poesía. Es una carta de amor escrita por un depresivo.
Es genial.

Y Eric recuerda a Shelly. Y vive por ella. Y mata por ella. Y sonríe cuando la recuerda. Y llora.

Y se pinta la cara como un mimo porque la vida perdió la gracia. Y se corta las venas con un cuchillo cada vez que piensa en ella.
Está copado. ¿No lo leíste?

Soy el Iris Dilatado de Galahad.

domingo, 14 de octubre de 2012

Desaparecieron las estadísticas de Blogger.

Y a la mierda. Unos días que no me meto y misteriosamente todo desapareció. Aparentemente es algo que ocurrió hoy y que les pasó a varios, si no es que a todos. Nuestros amigos de Blogger ya están trabajando en eso, eso dicen. No se. Que se yo.

lunes, 8 de octubre de 2012

¿Por qué las mujeres siempre dicen que las hicimos perder el tiempo?

Cuando cortás con una chica, siempre, siempre, siempre, lo primero que te recrimina es: “me hiciste perder el tiempo”.

¿Por qué mierda dicen eso?

No entremos en detalles de la ruptura. No importa si hubo cuernos, si todo se fue apagando lentamente o si pasó de golpe. El tema es que habiendo habido una pareja, de por lo menos unos meses, quizás años, en los que esos tiempos fueron por lo menos buenos (si no no hubieran durado); lo primero que le molesta a la mina cuando todo termina es haber perdido tiempo.
O sea, para ella todo fue una pérdida de tiempo.
Eso es lo preocupante.

No se si tiene algo que ver con el reloj interno de las mujeres y todos esos temas hormonales que las aquejan mensualmente cuál ríos de sangre.
La cosa es que si la cuestión no termina en casamiento y dura hasta el fin de los días de uno de los dos, para ella es pérdida de tiempo.
Y a la mierda los buenos momentos, a la mierda las alegrías acontecidas, a la mierda la efímera felicidad. A la bosta los recuerdos. A la concha de la lora con las horas de sexo, las películas, las caminatas, los paseos, los parques de diversiones, las fiestas, las cenas, las horas de abrazos y de besos. A la concha de su tía con todo eso que pasó.
Todo eso sólo eran niveles que se iban avanzando en un extraño videojuego del mundo real y que nos llevaban a un desenlace que hacía que todo eso tuviera sentido. Si te rendís en la mitad, nada sirvió de nada.
¿Es así?
¿Qué onda?
¿Es acaso que si pasaron un par de años, la mina piensa que ya no está tan buena como estaba cuando empezó la relación y entonces le va a costar trabajo conseguir otro sujeto y entrenarlo como lo había entrenado a este que le hizo perder el tiempo?
¿Por qué perdieron el tiempo si la pasaron bien mientras duró?
No creo que sea una pérdida de tiempo. Está bien que querrían que siguiera, pero no quiere decir que nada de lo que pasó sirvió para algo.
Es como decir que no tiene sentido aprender algo si nadie te va a tomar un examen.

Como cuando te peleás con un amigo, no pensás que lo que hiciste no tuvo sentido. Por ahí querrías seguir siendo su amigo. Pero no pensás que no valió de nada todos los ratos en los que boludeaste y te cagaste de risa con él. Todas las cosas que conociste. Todo lo que aprendiste. Todo.
Es como si te echaran de un trabajo, este es el mejor ejemplo, tal vez vos querrías seguir teniendo ese trabajo, y en este caso si que los años que le diste te hubieran servido para seguir escalando posiciones; pero eso no quiere decir que una vez que todo terminó haya sido una pérdida de tiempo. Seguro que aprendiste a hacer bien lo que tenías que hacer. Seguro que conociste gente nueva. Te sirvió para vivir todo el tiempo que duró. La experiencia que obtuviste te va a servir para conseguir otro trabajo.
No perdiste el tiempo, de todas formas.  

Lo mismo pasa con las relaciones. Siempre algo bueno hubo.
Supongo que hubo buenos momentos. Supongo que algo te dejó. ¿Por qué anularlo todo como si hubiera sido una pérdida de tiempo?
Es como si algunas minas pensaran al principio de la relación: “si esto sólo va a durar siete meses, mejor ni empecemos”.
¿Qué harían las mujeres si supieran por alguna fuerza superior e inequívoca que algo no va a durar? ¿Lo harían igual? ¿O sería perder el tiempo?

No es que sea algo que me haya pasado a mi. Yo no hago esas cosas. Mis tres esposas todavía no se quisieron sentir aludidas como para irse.
Posta. Es algo que escuché varias veces. “Me hizo perder el tiempo”.

¿Por qué las minas dicen eso?
¿Ustedes qué piensan?

Soy La Vena Braquial de Galahad.

Tomate estas pastillas y llamame por la mañana.
Doctor, ¿no estoy tomando demasiadas pastillas?
¿Vos quién sos?
Galahad.
Ah, eh, si, no importa, igual. ¿Y yo quién soy?
El doctor.
Entonces hacé lo que te digo.

Perdedor

Por Chuck Palahniuk

Traducido por Galahad.

Título original: Loser

El programa todavía se ve exactamente como cuando estabas enfermo con una fiebre muy alta y te quedabas en casa a ver la televisión todo el día. No es “Vamos a hacer un trato”. No es “la Rueda de la Fortuna”. No es “Monty Hall”, o “Pat Sajak”. Es ese otro programa donde la gran voz dice tu nombre a la audiencia, dice "Bajá acá, sos el siguiente concursante," y si vos adivinás el costo del arroz A-Roni, entonces volás ida y vuelta para vivir una semana en París.
Es ese programa.

El premio nunca es algo útil, como ropa o música o cerveza. El premio es siempre alguna aspiradora o un lavarropas, algo que tal vez podrías alegrarte de ganar si fueras, no se, la mucama de alguien.

Es la semana de más quilombo, y la tradición es comprometer a que todos los Zeta Deltas tomen el cole escolar y vayan a algún estudio de TV y vean como se graba este programa de juegos. Las reglas dicen, que todos los Zeta Deltas tienen que llevar la misma remera roja con, impresa en ella, la cosa griega de la Zeta Delta Omega serigrafiada en negro.   
Primero, tenés que tomar una estampita de Hello Kitty, tal vez media estampa, y esperar por el subidón. Es como si fuera esa estampita de papel impresa con Hello Kitty que vos chupás y tragás, excepto que en realidad es ácido en papel secante.

Todo lo que hacen los Zeta Deltas es sentarse juntos para hacer este parche rojo en el medio de la audiencia del estudio y gritar y chillar, todo para aparecer en TV. Estos no son los “Gamma Agarrá una Pierna”. No son los “Lambda Viola a una Cita”. Los Zeta Deltas, ellos son los que todos quieren ser.
Cómo el ácido va a afectarte, si vas a volverte loco y matarte a vos mismo o comerte vivo a alguien, ellos no te lo van a decir.
Es una tradición.

Desde que eras un nenito con fiebre, los concursantes que llaman para jugar a este juego son siempre los mismos, la gran voz siempre llama a un tipo que es Marine de los Estados Unidos y que viste algún uniforme de banda con botones de latón. Siempre está la vieja abuela de alguien vistiendo una camiseta. Siempre está el inmigrante de algún lugar donde no podés entender la mitad de lo que dice. Siempre hay algún científico nuclear con una gran panza y con el bolsillo de su camisa lleno de lapiceras.
Es justo como vos lo recordás, como lo viste creciendo, sólo que ahora, todos los Zeta Deltas empiezan a gritarte a vos. Gritan tan fuerte que se les arrugan los ojos y se les cierran. Todos son solamente remeras rojas y grandes bocas abiertas. Todas sus manos te empujan afuera de tu asiento, paleándote fuera de las gradas. La gran voz está diciendo tu nombre, diciéndote que bajes. Vos sos el próximo concursante.

En tu boca, el Hello Kitty sabe a chicle rosa. Es el Hello Kitty más popular, no ese con sabor a frambuesas o el que tiene sabor a chocolate cocinado durante la noche por el hermano de alguien en el Edificio General de Ciencias donde trabaja como conserje. La estampa de papel se siente atrapada a medio camino en tu garganta, pero vos no querés atragantarte en TV, no siendo grabado en video, con extraños mirándote, por siempre.

Todo el estudio se da vuelta para mirarte tambalear mientras bajás de las gradas con tu remera roja. Todas las cámaras de TV hacen zoom. Todos aplauden como vos lo recordás. Esas luces de Las Vegas iluminando, contorneando todo lo que está en el escenario. Es algo nuevo, pero vos lo viste un millón zillón de veces antes, y entonces automáticamente te ponés en el atril vacío al lado de dónde está parado el Marine de los Estados Unidos.

El anfitrión del programa, que no es Alex Trebek, mueve un brazo y toda una parte del escenario empieza a moverse. No es un terremoto, pero toda una pared se mueve en ruedas invisibles, todas las luces en todas partes se prenden y se apagan, sólo que más rápido, sólo son un pestañeo, pestañeo, pestañeo, más rápido que lo que una boca humana lo puede decir. Toda esta gran pared de fondo del escenario se desliza hacia un lado, y desde atrás emerge una gigantesca modelo brillando con un millón billón de brillos en su apretado vestido, moviendo un largo y flaco brazo para mostrarte una mesa con ocho sillas como las que viste en la sala de alguien en el día de acción de gracias, con un gran pavo cocido y patatas y todo. Su cintura de modelo, todo alrededor es tan gruesa como el cuello de alguien. Cada una de sus tetas, es del tamaño de tu cabeza. Esas luces onda Las Vegas brillan todo alrededor. La gran voz está diciendo quién hizo esta mesa, de qué clase de madera. Diciendo que el precio sugerido al por menor realmente lo vale.

Para ganar, el anfitrión levanta una cajita. Como un mago, les muestra a todos lo que hay debajo, sólo está este pan en su estado natural, en la forma en la que el pan viene antes de que se haga algo como para vos lo puedas comer, como un sánguche o tostadas francesas. Sólo este pan, en la forma en la que tu mamá lo encuentra en la granja o dónde sea que el pan crece.

La mesa y las sillas son totalmente, fácilmente tuyas, excepto que tenés que adivinar el precio de este gran pan.
Detrás de vos, todos los Zeta Deltas se juntan bien cerca con sus remeras rojas, haciendo algo que parece un gigante grano rojo en el medio de la audiencia. Ni siquiera te miran, todos sus cortes de pelo están acurrucados, haciendo un gran centro peludo. Es como totalmente tarde cuando suena tu teléfono, y la voz de un Zeta Delta te dice qué tenés que ofertar.
Ese pan simplemente sentado ahí todo ese tiempo. Cubierto con una corteza marrón. La gran voz dice que está cargado con diez vitaminas y minerales esenciales.

El viejo anfitrión del juego, te está mirando como si quizás nunca, pero nunca hubiera visto un teléfono antes. Entonces dice, “¿Y qué ofertás?”.
Y vos decís, “¿Ocho mangos?”
Por la mirada que la vieja abuela tiene en la cara, es como si capaz alguien tuviera que llamar a los paramédicos por su ataque al corazón. Colgando de una manga de su camiseta, este trozo arrugado de Kleenex parece el interior todo salido y blanco de un oso Teddy que alguien quiso con mucha furia.

Para confundirte usando alguna brillante estrategia, el Marine de los Estados Unidos, el bastardo, dice, “nueve dólares”.
Entonces para ganarle, el chabón científico nuclear dice, “Diez. Diez dólares”.
Debe haber alguna trampa en la pregunta, porque la vieja abuela dice, “Un dólar y noventa y nueve centavos”, y toda la música empieza a sonar bien fuerte, y las luces se prenden y se apagan. El anfitrión lanza a la abuela arriba del escenario, y ella llora y juega un juego en el que lanza una pelota de tenis para ganar un sofá y una mesa de pool. Su cara de abuela se ve tan destrozada y arrugada como el Kleenex que saca de la manga de su camiseta.
La gran voz llama a otra abuelita para que tome su lugar, y todo sigue avanzando deprisa.

En la siguiente ronda necesitás adivinar el precio de una papas, pero algo así como una gran cosa de verdad, papas vivas, de antes de que se vuelvan comida, en la forma en la que vienen de las minas o de donde sea que se extraigan las papas en Irlanda o Idaho o algún otro lugar que empiece con la I. Ni siquiera están hechas papas fritas.
Si adivinás bien, te llevás un gran reloj adentro de una caja de madera onda ataúd de Drácula pero parado, excepto que tiene estas campanas de iglesia adentro que hacen ding ding según la hora que sea. En tu teléfono, tu mamá lo llama reloj de abuelo. Se lo mostrás en video, y ella te dice que se ve barato.

Vos estás en el escenario con las cámaras de TV y las luces, todos los Zeta Deltas están en llamada en espera, y vos ponés tu teléfono sobre tu pecho y decís, “Mi mamá quiere saber, ¿no tienen algo más lindo que tal vez pueda ganar?”.
Le mostrás a tu mamá esas papas en el video, y ella pregunta: ¿El anfitrión las compró en el supermercado o en un lugar más ordinario?
Llamás con el marcado rápido a tu papá, y él te pregunta por la posibilidad de que se le sumen impuestos.
Probablemente es el Hello Kitty, pero la cara de este gran reloj de Drácula te frunce el ceño. Son como ocultos ojos, las pestañas bien arriba, y el diente empieza a aparecer, y vos podés escuchar un millón billón de gigantes cucarachas arrastrándose por ahí en el interior de la caja de madera.
La piel de todas las supermodelos se vuelven completamente aceitosas, sonriendo con sus caras sin mirar a nada.

Decís el precio que te dice tu mamá. El Marine de los Estados Unidos dice un dólar más. El chabón científico nuclear dice un dólar más que él. Sólo que esta vez, vos ganás.
Todas esas papas abren sus ojitos.
Excepto que ahora tenés que adivinar el precio de la leche de una vaca entera puesta en una caja, de la forma en la que la leche viene en el refrigerador de la cocina. Tenés que adivinar el precio de todo un paquete de cereal como el que encontrás en el gabinete de la cocina. Después de eso, un coso gigante de sal pura en la forma en la que viene del océano sólo que puesta en una caja redonda, pero más sal de la que nadie podría comer en toda su vida. Tanta sal que podrías aderezar aproximadamente un millón billón de margaritas.

Todos los Zeta Deltas te empiezan a mandar mensajes de texto como locos. Tu casilla de entrada está apilando todo. Después vienen estos huevos como los que tenés que buscar en pascuas, sólo que totalmente blancos y alineados adentro de alguna especie de clase de caja de cartón. Todo un set completo de doce. Estos realmente minimalistas huevos, todos blancos… tan blancos que los podrías ver por siempre, sólo que justo ahora tenés que adivinar frente a una botellota de algo como champú amarillo, excepto que es algo más espeso llamado aceite de cocina, vos no sabés para qué es, y la siguiente cosa a la que tenés que adivinarle el precio es una cosa congelada.

Te ponés la mano sobre tus ojos para poder ver más allá de las luces, excepto que todos los Zeta Deltas están perdidos a tu mirada. Todo lo que podés escuchar es a ellos gritando diferentes precios. Cincuenta mil dólares. Un millón. Diez mil. Sólo gente loca gritando sólo números. Como si el estudio de TV fuera sólo una jungla oscura, y la gente sólo fueran monos haciendo sus ruidos de monos.  

Los molares adentro de tu boca, se están moliendo entre ellos tan duro que podés sentir el metal caliente de tus rellenos, ese derretimiento de plata en tus dientes posteriores. Mientras tanto, las asquerosas manchas de sudor bajan desde tu axila hasta tu codo, todas rojas oscuras bajan por ambos lados de tu remera Zeta Delta. El sabor de plata derretida y chicle rosa. Es apnea del sueño sólo que en el día, y vos te tenés que recordar a vos mismo que tenés que tomar la siguiente bocanada de aire… tomá otra bocanada… mientras las supermodelos caminando en brillantes tacos altos les tratan de proxenetear a la audiencia un horno microondas, proxenetean un caminador de gimnasio mientras vos seguís mirándolas para decidir si están realmente buenas. Te hacen girar el artilugio que gira todo alrededor. Tenés que emparejar un montón de imágenes diferentes para que queden todas perfectas. Como si fueras una especie de rata en Principios del Comportamiento Psicológico 201, te hacen adivinar cuál lata de frijoles horneados costó más que otras. Todo ese quilombo para ganar algo en lo que te sentás mientras cortás el césped.

Gracias a tu mamá diciéndote los precios, ganaste una cosa como las que ponés en una habitación cubierta cuidadamente con un bien limpio, resistente al óxido, vinilo. Ganaste uno de esos que la gente podría montar en vacaciones de por vida, para completa diversión y alegría de toda la familia. Ganaste algo pintado a mano con el encanto del Viejo Mundo e inspirado por la reciente película épica que arrasa en los cines.

Es lo mismo a cuando te sentías enfermo con una gran fiebre y tu corazoncito de nene golpeaba bien duro y vos no podías respirar, con sólo la idea de que alguien se pudiera llevar a su casa un órgano eléctrico. No importa cuan enfermo te sintieras, tenías que ver este programa hasta que tu fiebre pasara. Todas las luces parpadeando y los muebles de patio, parecían hacerte sentir mejor. Para sanarte o para curarte de alguna forma.

Es como totalmente tarde, pero vos ganás todo el camino hasta el último asalto.
Ahí, son sólo vos y la vieja abuelita de camiseta de antes, sólo la normal abuela de alguien, pero ella vivió a través de guerras mundiales y bombas nucleares, probablemente ella vio a todos los Kennedy ser disparados y a Abraham Lincoln, y ahora ella está haciendo saltitos en puntitas de pie con sus zapatillas, aplaudiendo sus manos de abuela y siendo rodeada por supermodelos y titilantes luces mientras la gran voz le promete un vehiculo deportivo utilitario, un televisor pantalla plana, un abrigo de piel largo hasta el piso. Y probablemente es el ácido, pero es como si nada pareciera sumar.

Es como si, si vos vivís una vida lo suficientemente aburrida, sabiendo el precio del arroz A- Roni y de las salchichas para panchos, ¿tu gran premio es que te vas a vivir una semana a un hotel en Londres? Lográs un viaje en avión a Roma. Roma, o sea, Italia. Llenás tu cabeza de la suficiente basura ordinaria, ¿y tu pago es que una gigante supermodelo te da una moto de nieve?
Si este programa quiere ver cuan inteligente sos, tendría que preguntarte cuántas calorías hay en una rosca de cebolla y queso cheddar. Dale, preguntate el precio de los minutos de tu celular en cualquier hora del día. Preguntate el costo de una multa por ir treinta millas más del límite de velocidad. Preguntá la tarifa de un viaje a Cabo para las vacaciones de primavera. Contando los centavos, vos les podés decir el precio de un asiento decente del tour de la reunión de Panic at the Disco.
Deberían preguntarte el precio de un té helado de Long Island. El precio del aborto de Marcia Sanders. Preguntarte por los costosos medicamentos para el herpes que tenés que tomar pero que no querés que tus papás sepan que necesitás.
 Preguntarte el precio del los textos escolares de la Historia del Arte Europeo, que costaron trecientos mangos, jodidas muchas gracias.
Preguntarte qué estampa de Hello Kitty te puso así.
La amorosa abuelita oferta alguna cantidad de dinero común por su caja de muestra. Como siempre, los números de su oferta aparecen en lucecitas, brillando en el frente del atril de concursante en el que está ella.
Acá, todos los Zeta Deltas están gritando. Tu teléfono sigue sonando y sonando.
Por tu caja, una supermodelo te muestra quinientas libras de bife crudo. La carne entra adentro de una barbacoa. La barbacoa entra sobre un bote motorizado que entra adentro de un tráiler de carga que encaja con una zarpada camioneta pickup que entra en un garaje de una totalmente nueva casa en Austin. Austin, o sea, en Texas.
Mientras tanto, todos los Zeta Deltas están de pie. Se pusieron de pie y sobresalen entre la audiencia gritando y animando, no gritando tu nombre, sino gritando, “¡Zeta Delta!” Gritando, “¡Zeta Delta!”
Gritando, “¡Zeta Delta!” lo suficientemente alto como para que se grabe en el video.
Es probablemente el ácido, pero, estás batallando con una vieja que nunca conociste, peleando por cosas que ni siquiera querés.
Probablemente es el ácido, pero, acá mismo y ahora, a la mierda con conseguir una gran Empresa. A la mierda con Los Principios Generales de la Contabilidad 301.
Atorado a medio camino en tu garganta, algo te hace atragantarte.
Y a propósito, o por accidente, apostás un millón, trillón, ga-zillón de dólares, y noventa y nueve centavos.
Y de repente todo se vuelve calmo y silencioso. Quizás sólo el ruidito de clickeo que hacen todas las luces onda Las Vegas cuando se prenden y se apagan. Se prenden y se apagan.
Es como totalmente tarde cuando el anfitrión del juego se pone de pie muy cerca tuyo, parado al lado de tu codo, y susurra, “No podés hacer eso”. El anfitrión susurra, “Tenés que jugar este juego para ganar…”
De cerca, su cara de anfitrión se ve quebrada en un millón billón de torcidos fragmentos que solamente están pegados de nuevo juntos con maquillaje rosa. Como el huevo Humpty Dumpty o un rompecabezas. Sus arrugas, como si fueran las cicatrices de guerra por haber jugado este mismo juego de TV desde que empezó hace una eternidad. Todos sus pelos grises, siempre peinados en la misma dirección.
La gran voz pregunta, esa gran, profunda voz surgiendo de ningún lugar, la voz de un gigantesco gigante hombre que no podés ver, demanda: “¿podés por favor repetir tu oferta?”
Y tal vez vos no sabés que querés de tu vida, pero sabés que no es un reloj de abuelo.
Un millón, trillón… decís. Un número demasiado grande como para caber en el frente de tu atril. Más ceros que todas las luces brillantes en el juego alrededor del mundo. Y probablemente es el Hello Kitty, pero lágrimas caen de tus dos ojos, y estás llorando porque por primera vez desde que sos un chico no sabés lo que va a pasar a continuación, las lágrimas arruinan el frente de tu remera roja, tornan las partes rojas tan negras que el coso griego del Omega no tiene ningún sentido.
La voz de un Zeta Delta, sólo en toda esa gran, tranquila audiencia, grita, “¡Apestás!”
En la pantallita de tu teléfono, un mensaje de texto dice, “¡Idiota!”
¿El texto? Es de tu mamá.
La abuelita de la camiseta, está llorando porque ganó. Vos estás llorando porque… no sabés porqué.
Resulta que la abuelita gana la moto de nieve y el abrigo de piel. Ella gana el bote motorizado y los bifes de carne. La mesa y las sillas y el sofá. Todos los premios de las dos cajas de muestra, porque tu oferta era muy, muy, muy alta. Ella está saltando alrededor, sus totalmente blancos dientes falsos tiran sonrisas en todas las direcciones. El anfitrión del juego hace que todos empiecen a aplaudir, excepto que los Delta Zetas no lo hacen.
La familia de la vieja abuelita se trepa sobre el escenario, todos los hijos y los nietos y los bisnietos de ella, y se mueven por ahí para tocar el brillante vehículo deportivo utilitario, tocar a las supermodelos. La abuelita planta rojos besos de pintalabios sobre toda la fracturada y rosa cara del anfitrión del juego. Ella está diciendo, “Gracias”. Diciendo, “Gracias”. Diciendo, “Gracias”, justo cuando sus ojos de abuelita giran y se ponen en blanco como para mirar el interior de su cabeza, y su mano agarra la camiseta donde cubre su corazón.

martes, 2 de octubre de 2012

¿Soy el único que les mira las cejas?



En serio. Para mi las cejas son importantes.
Una mina me puede gustar más o menos por el tipo de cejas que tiene. Eso no quiere decir que si es fea y tiene lindas cejas me va a parecer linda, de todas formas.

Las cejas también hablan del estilo de mina que es.
Las cejas también son una de las principales partes de expresión de la cara.
Por eso es que no entiendo porque algunas minas se hacen esos flequillos horribles que les tapan las cejas. Por eso no entiendo porque algunas minas se depilan tanto y se las arruinan o simplemente no les dan bola y las dejan como si no importaran.


Hay diferentes tipos de cejas. Varían por su posición, por su densidad y por su forma.
Por su densidad:
Están las cejas ultrafinas y casi inexistentes.
Están las cejas finas.
Están las cejas standard.
Están las cejas pobladas.
Y están las cejas ultrapobladas.

Por su forma varían entre las que son muy curvas, las standard y las rectas.

Y después por su posición se dividen entre las que están muy arriba, las standard y las que están cerca de los ojos.

Según su densidad, las que tienen cejas ultrafinas o finas están bastante complicadas. Por lo menos para mi gusto, y viendo y considerando que parece que casi nadie les mira las cejas, mi gusto es importante. Están complicadas porque hay casos en los que sus cejas son tan claras o tan finas que casi no se ven. Y chau detalle cejístico en tu rostro, y chau expresiones variadas.
Lo malo es que hay casos de minas que tienen buenas cejas y se van a la concha de la lora depilándoselas y terminan teniendo estas microcejas. He visto minas que tiene cejas hechas del grosor de un solo pelo o dos. No se hagan eso, por favor.
Incluso hay minas que se maquillan un poco las cejas cuando no las tienen muy pobladas, si no es muy notorio y si lo hacen bien me parece algo bueno.
No es cuestión de dibujárselas. He visto un par de minas que se habían sacado las cejas y se las dibujaban. Y se las hacían como la Bruja Malvada de Blancanieves. Si, como las cejas de malo del Señor Cara de Papa.
Una vieja una vez se las había hecho a las apuradas, aparentemente, y tenía una ceja recta y la otra apuntando para abajo. Onda la cara que pone The Rock.
Para las que tienen las cejas más pobladas o ultrapobladas, considero que está bien que se saquen en alguna parte algunos pelitos, pero no al punto de quedar como las que no tienen cejas o las que se dejan las cejas de un pelo de grosor.
Está bien que se depilen el entrecejo, de todas formas algunos entrecejos con pelos diminutos no quedan del todo mal. Pero, las que se sacan del entrecejo, por favor consideren que el entrecejo termina en alguna parte. He visto minas que se sacaron tanto del entrecejo que cada una de sus cejas comenzaba en la mitad de sus ojos. O sea, les quedaban dos cejitas cortitas y un entrecejo larguísimo. Fíjense que donde termina el ancho de su nariz se acaba su entrecejo, no es muy difícil.
Y después están las que se depilan el límite que está en las sienes, si se lo afinan correctamente queda bien, si se van al carajo les queda como el carajo. No exageren.

Con respecto a la forma de las cejas nos metemos otra vez en esta cuestión de cómo algunas se dibujan sus cejas. No te jodo, he visto un par de minas que se hicieron las cejas de la Bruja Malvada de Blancanieves. Muchas wachiburras se hacen eso. No se hagan eso, por favor. Tampoco las que se quitan todo de abajo para que les queden todas las cejas igual de gruesas y les terminan quedando dos líneas por cejas. O las que se depilan todo el entrecejo y más allá y se dejan dos cejitas en las sienes. O las que se quitan todo de las sienes y se dejan dos rayitas sobre los ojos.
Por favor, tómense su tiempo si se van a depilar las cejas y háganlo bien.




Con respecto a la posición no hay mucho que se pueda hacer. Si las tenés muy arriba, las tenés muy arriba. Si las tenés cerca de los ojos, las tenés cerca de los ojos. Quizás con un poco de maquillaje y con un poco de depilación leve se pueden mejorar.
Pero.
La cuestión es esa. Si se van a tocar las cejas, háganlo con tiempo y con cuidado. Háganlo bien. No se las manden. Para mi las cejas son importantes. (Si alguien no tiene cejas, ey, no son taaaan importantes, podés seguir viéndote bien) Sigo.
Tengan alguna noción estética. No se quiten tooodos los pelitos. No se dibujen las cejas de Marlene Dietrich.
No se tapen las cejas con un horrible flequillo (Asociación en Contra de los Flequillos Femeninos).
Sus cejas son lindas. Sus cejas demuestras sus expresiones. Sus cejas las muestran como son.
No se el resto, pero…
Yo les miro las cejas.
¿Soy el único que les mira las cejas?
¿Qué piensan de la estética cejística? ¿Qué tipo de cejas tienen? ¿Qué tipos de cejas quisieran tener?


Y no crean que las cejas pobladas son feas. No son el único tipo de cejas que me gustan pero a mi me gustan. Fíjense en las cejas de Jennifer Connelly. Incluso antes las tenía más pobladas. Y era hermosa.


Soy La Ceja Herida de Galahad.

Soñé con una fiesta en una casa a principios de los noventa. Todo estaba bien. Todo era tan inocente. Había lindas chicas por conocer. Todos eran amigables aunque no se conocieran. Nadie estaba conectado al face en su celular.     

Datos personales del copado que escribe estas boludeces.

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Galahad es un muchacho delirante que escribe algunas boludeces muy de vez en cuando y si se le cantan las pelotas. La Galaxia conspira contra él pero a veces Galahad le toca la cola.