miércoles, 29 de agosto de 2012

¿A vos no te jode el espíritu de la escalera?

El espíritu de la escalera.

El espíritu de la escalera es lo que pasa cuando te das cuenta de lo que tendrías que haber hecho o haber dicho un momento después. Cuando ya no podés hacer nada. Cuando ya pasó el momento. Cuando ya es tarde.
Eso es.
Así lo dijo San Destripado. Así lo dijo Palahniuk. Así lo digo yo.

Dijo San Destripado:
Los franceses tienen una frase: “ingenio de escalera”. En francés, esprit de l’escalier. Se refiere a ese momento en que uno encuentra la respuesta, pero es demasiado tarde. Digamos que usted está en una fiesta y alguien lo insulta. Bajo presión, con todos mirando, usted dice algo tonto. Pero cuando se va de la fiesta, cuando baja la escalera, entonces, la magia. A usted se le ocurre la frase perfecta que debería haber dicho. La perfecta réplica humillante. Ese es el espíritu de la escalera.

Es una mierda el espíritu de la escalera.
Es una mierda darte cuenta de algo cuando ya no podés hacer nada.

Se te pasó el momento. Ya es tarde. Ya está. Ya fue.
Y lo peor es que sabés exactamente lo que tendrías que haber hecho, lo que tendrías que haber dicho. La llave perfecta que te iba a abrir todas las puertas. El ardid justo que te iba a salvar. La faena que te iba a hacer engañar al demonio.
Pero en ese momento no te diste cuenta. No lo supiste. No lo viste. Se te pasó. No se te había ocurrido. Fuiste.
Que mal.

Estás con una chica hermosa. No creés en el amor pero creés que ella puede ser el amor de tu vida. La conociste. Te pusiste a hablar con ella. La pasaron bien. Todo iba genial.
Y ella se va. No supiste que iba a pasar, así que dejaste que pasara. Le dijiste algo que no tenías que decir. No le dijiste algo que le debías susurrar. Se pasó. Lo hiciste mal. En ese momento no te diste cuenta. No supiste cómo todo iba a terminar.
Pero ahora lo sabés. Sabés que ese era el momento. Sabés lo que tendrías que haber dicho. Lo que tendrías que haber callado. Sabés la frase perfecta que revuela por tu cabeza y te hace recordar que no podés controlar el tiempo.

Las veces que me tendría que haber peleado. Las veces que no tendría que haberlo hecho.

Me mata saber lo que tendría que haber hecho y no haberlo hecho. Me asesina saber lo que tendría que haber dicho y no dije.
Otra toma. Repetimos la escena. Un cambio en el diálogo. Ahora con más emoción. Ahora más real.
Sonido. Anda. Cámara. Anda.
Acción.
Por favor director, necesito repetir la escena. Ahora lo voy a hacer bien. Ahora lo voy a hacer mejor. Voy a decir lo que tenía que decir. No voy a cometer el mismo error.

Ella estaba dispuesta a hacer lo que vos querías que ella hiciera. Si tan solo lo hubieras hecho bien. Si hubieras dicho lo que ella quería que dijeras.

Y vos no lo sabías. Y ahora lo sabés. Porque nunca nada es tan bueno como podría haber sido. Porque todo siempre puede haber sido mejor de lo que es.
El espíritu de la escalera.
Es una mierda.
Me hace saber lo que tendría que haber sabido cuando ya no sirve saberlo. Cuando a veces parece que sería mejor nunca haberlo sabido.

Algunas veces nos sirve. Porque aprendemos de nuestros errores y cuando tenemos una escena similar a la que ya tuvimos hacemos lo que aprendimos en el espíritu de la escalera.
Pero estaría bueno haberlo sabido en ese momento. ¿No?

Por eso es medio mierda.

Somos los que tenemos la frase justa cuando ya pasó el dialogo. Los que sabemos lo que tenemos que hacer cuando ya no lo hicimos.
Somos unos boludos.
Genios a destiempo. Ganadores tardíos.
Giles.

Necesito un subidón de oxitocina, doctor.
¿Doctor?
Doctor.

Soy la Respuesta Tardía de Galahad.

Esa asquerosa inconformidad.

Esa asquerosa desconformidad.
Esa asquerosa disconformidad.

Es todo lo mismo.

Nunca estamos conformes. Siempre podemos estar mejor. Siempre podemos ser mejores.
Nuestro trabajo nunca es muy bueno. Nunca tenemos suficiente tiempo. Siempre podríamos divertirnos más. La plata nunca es suficiente. Nuestra novia no es la más linda. Nuestra esposa no es tan ardiente como podría serlo. El jardín del vecino está más bueno que el nuestro.
Nada es tan bueno como debería serlo.

Si jugás bien al fútbol querés jugar en un club de primera. Si jugás en primera querés estar en un club importante. Si estás en un club importante querés salir campeón. Si saliste campeón querés ganar más títulos. Si ganaste más títulos querés jugar en la selección. Si jugás en la selección querés estar en un club de Europa. Si estás en Europa querés jugar en el mejor equipo. Si estás en el mejor equipo querés ganar todo. Si ganaste todo querés ser el mejor. Si sos el mejor querés ser Maradona. Si sos Maradona no se qué mierda querés pero seguro que querés algo más.
Nunca estamos conformes.
Todo puede ser mejor.

Si estoy en un lugar quiero estar en otro. Si estoy en el otro lugar quiero volver a donde estaba. Inconforme. Soy un boludo. Disconforme. Siempre es lo mismo. Desconforme. Nunca es tan bueno como puede ser.
¿No te pasa? Eso de creer que lo otro puede ser mejor. Que la otra fiesta está más buena que la fiesta en la que estás. Que esa mina podría ser más linda de lo que es. Que podrías tener más aventuras de las que tenés.

Está en el ser humano ambicionar. Ambicionar algo más. Ambicionar algo más de lo que tenemos. Querer. Querer siempre más.
Ambiciosos. Eso somos.
Envidiosos. También.

Queremos más. Queremos que sea mejor. Más calidad. Más cantidad.
Nunca estamos conformes.

Siempre falta algo. Aunque sea poco. Aunque no sea tan importante. Siempre falta algo. Nunca nada es perfecto.

Es parte de nuestra naturaleza el desear lo que no tenemos. Lo que no podemos tener. Y mejorar lo que tenemos. Mejora constante. Eso no está mal. No estoy diciendo que lo este.
Hay que mejorar. Todo puede ser mejor.
Vos decí hasta dónde.

Nunca estamos conformes.

¿Tomaste la pastilla?
Si. Hoy la tomé.
¿Querés esta pastilla?
No.
¿En serio?
No.
¿La querés?
Bueno.

La palabra “lontananza” es una linda palabra. Las “enes” la hacen linda.

Soy La Inconformidad Recalcitrante de Galahad.

Recuerdos nada más.

Todo pasa. Todo va a pasar. Y todo se termina. Y nada va a quedar.
Sólo recuerdos.
Sólo recuerdos y nada más.

La concha de la lora.

Me atormenta lo efímero del todo. La nada. El tiempo que pasa y que pasó. Y de eso no queda nada. Mierda. Todo se termina. Nada queda. Sólo recuerdos de tu vida.
¿Qué son? Nada. Sólo recuerdos.

Lo más baladí y lo más importante van al mismo lugar. Nada es diferente. Todo es igual. Y no importa cuanto te pueda importar.

Ella era hermosa y ese momento fue perfecto. ¿Y qué? Sólo va a estar en mi cabeza. No va a ser nada más. Un momento que no se va a repetir. Un algo que no va a ser nada.

Mierda.

Son sólo reacciones químicas en mi imbécil cerebro. Sólo eso. Algo que no es nada. Descargas eléctricas cerebrales. Rayos en una puta tormenta. Me cago.

“Esto está pasando ahora y no se repetirá.”

Por más que lo haga mil veces siempre va a ser distinto. ¿Y de qué sirve que lo haga mil veces? Todo es diferente. Aunque sea igual. Todo es un segundo.

Todo lo que haga sólo van a ser recuerdos. Buenos, malos, no tengo tiempo de pensarlos.

Lamento arruinarte la mente diciéndote esto… En realidad no lo lamento.

Sólo importa el presente. El pasado no es nada y el futuro tampoco. Vivre la vie. Carpe diem. Chinga tu madre.

Mi cerebro está quemado. Todo va a ser un recuerdo. Esto también. No tengo tiempo que perder. Tengo que dejar de pensar.

Ella es sólo un recuerdo. Ella sólo va a serlo. Me quiero matar. Tengo que dejar de pensar. Como decía el hombre de la máscara de hierro: tengo que dejar de pensar, porque voy a entender muchas cosas o me voy a volver loco.
Ya es tarde para lo segundo.
Tal vez lo mejor sería no recordar. Ser como los gatos que viven el presente.

A veces la memoria es una mierda.

Dicen que si no existe la memoria todo lo nuestro es suicida.

Habría que olvidarse de algunas cosas.
"Tuve una maestra que me enseñó a olvidar, por un momento fui feliz pero no lo puedo recordar."

A veces la memoria es una mierda.

A veces recordás las cosas con una sonrisa. A veces no.
Tal vez serían menos los problemas si no recordáramos todo.
Si supiéramos como mierda olvidar.
Si pudiéramos elegir lo que nos sirve y lo otro poderlo olvidar.
Lo malo de recordar lo bueno es que sabés que ya pasó y su ausencia te destruye.
Lo malo de recordar lo malo es que te atormenta su presencia intangible pero real.

Mierda. Mierda. Mierda.
Los recuerdos me hacen mal.

Estoy pensando. Pienso. Pienso. Pienso. Y eso a veces no es bueno. Mierda.
Tengo que dejar de pensar. Todo pasa. Todo pasó. Todo es diferente y todo va a cambiar. Mierda.
Tengo que dejar de pensar. Pero estoy pensando. Estoy pensando. Estoy pensando seriamente en sacarme una parte del cerebro.
Sacarme la parte que me hace pensar en lo que no tengo pensar. La parte que me hace recordar lo que no tengo que recordar.
Mierda.
Soy La Intolerancia Mental de Galahad.

Todo es un recuerdo. Sólo existe el presente.
Va a llegar un momento en el que los recuerdos van a ser más importantes que tu presente. Y todo va a ser un recuerdo. Sólo recuerdos.
Que mierda.
Y si antes no estaba nadie de los que están ahora, esos sólo van a ser tus recuerdos. Sólo tuyos. Sólo desde tu punto de vista. Y si nunca los contaste van a dejar de existir. No van a ser nada. Nunca lo van a haber sido.
Y cuando te olvides todo va a dejar de existir.

La memoria es una mierda. Y es lo único que tenemos.

“¡Qué feliz es la suerte de la vestal sin tacha!
Olvidarse del mundo, por el mundo olvidada.
¡Eterno resplandor de una mente inmaculada!
Cada rezo aceptado, cada antojo vencido.”
Alexander Pope.

Necesito mi serotonina. Por favor. Un poco más.

Soy el Eterno Resplandor de una mente sin Recuerdos de Galahad.

Todo pasa tan rápido.

Todo. Todo pasa. Todo pasa tan rápido. Todo.
No tengo tiempo ni de pensarlo. En un segundo todo se termina. ¿Y qué mierda es un segundo? No es nada. Es nuestra vida. Y no es nada. Sólo eso. Un segundo. Millones de segundos para que pase todo y todo pasa tan rápido.

Ayer era chico, hoy no, y mañana voy a estar muerto. Todo en un segundo. En un pestañeo.
No me puedo poner a pensar en las cosas. Si lo hago pierdo tiempo. O hago las cosas o las pienso. No puedo hacer todo. Cada vez es menos tiempo. Los segundos pasan. Y yo nunca llego primero.

A Funes el memorioso le llevaba treinta minutos de su vida recordar treinta minutos de su vida. Recordaba cada segundo. ¿Y eso valía la pena?

“Todo pasa, pasa de todo pero todo pasa.”
¿Por qué lo malo dura tanto y lo bueno pasa tan rápido? Es una percepción. Una horrible percepción subjetiva que nos hace creer que un minuto de placer es mucho más corto que un minuto de dolor. Tal vez a veces el tiempo es algo mental. Un estado de la mente. Me cago en eso.
Una noche de amor y de placer dura sólo un par de horas. Unos minutos. Sólo son segundos cuando la recordás. Y una tarde de angustia es inacabable. Es eterna. Y recordás durante horas algo que sólo duró segundos.
En el presente pensás en algo del pasado que te arruinó el futuro. Una puta decisión. Fue sólo un segundo.
Los recuerdos nos recuerdan que todo lo vamos a recordar. Lo bueno y lo malo. Y que nada va a durar. Todo pasa tan rápido. Todo es nada.

Si la noche es más larga el día es más corto. Si la noche dura más la mañana dura menos.
Todo pasa tan rápido.
Tengo que elegir. Y no puedo perder tiempo. No puedo quedarme pensando. Detenerme decidiendo. No puedo pensar lo que hago. No puedo hacer lo que pienso.

Todo es efímero. Nada es trivial. Pero todo pasa como si nunca hubiera existido. Todo es finito. Nada es eterno. Se puede ganar mucho pero al final todo se va a haber perdido.
“Un final feliz es una historia que no terminó.”
Gracias señora Smith.

Dura lo que dura dura. Todo termina. Nada dura. “Todo concluye al fin, no es eterna la vida.”
¿Y qué si lo fuera? Tampoco serviría. Todo igual terminaría. Su insistencia sería fastidiosa. Y todo termina. Aunque sea eterno. Se me acaba el tiempo. No hay vuelta atrás. No hay segundas vueltas. Tiempo muerto.
“Cada segundo que pasa es otra oportunidad para cambiarlo todo.”
Gracias Sofía.
Todo cambia. Aunque no cambie. Todo es diferente. Aunque se vea igual. Nada es nuevo. Nada es distinto. Todo es nuevo. Todo es distinto. Según como lo veas. O no lo veas.
“Todo lo que tiene un principio tiene que tener un final.”
Gracias Smith.
Todo termina y todo acaba. Lo que importa es lo que está en el medio. Si te ponés a pensar en el principio o en el final, la cagás. Tenés que pensar en lo que pasa en el medio. O no pensar. Lo mejor es no pensar. No me jodan.
“Las esponjas de mar nunca tienen un mal día.”
Gracias señora Mancini.
No tengo que pensar. No tengo que pensar. No tengo que pensar tanto.

“La vida es eso que pasa por al lado nuestro mientras nosotros estamos ocupados haciendo planes.”
Gracias cantante pacífico.

Todo pasa tan rápido. No tengo ni siquiera tiempo de darme cuenta.

“La vida me la regalaron, la muerte en cuotas voy pagando.”
Gracias Doctor Álvarez.

Todo dura segundos. No me acuerdo quién dijo que cada vez que miraba el reloj decía: uno menos, uno menos, uno menos.
Todo pasa tan rápido.

Cada año tiene trescientos sesenta y cinco días o más. Cada año tiene doce meses. Cada mes tiene cuatro semanas. Cada semana tiene siete días. Cada día tiene veinticuatro horas. Cada hora tiene sesenta minutos. Cada minuto tiene sesenta segundos. Cada segundo tiene cien centésimas.
Mis días duran horas. Mis horas duran minutos. Mis días duran minutos. Mis horas duran segundos.
Mis días duran segundos.

Todo pasa tan rápido. Son sólo recuerdos. Cada segundo que pasa sólo pasa a ser un recuerdo. Y sólo si valió la pena. Si no ni siquiera eso.
Todo pasa en un par de segundos. Y me lleva otro par de segundos recordarlo. Y sólo estoy yo y mi recuerdo. Todo pasó. Todo pasa. Y no dura nada.

Todo pasa tan rápido.

Estoy más incoherente que nunca. Soy más delirante que antes. Estoy tan inconsciente como siempre.

No estoy pesimista. Sólo que no estoy optimista. Todo bien.

El pasado no existe. El futuro tampoco. Sólo el presente. Y no dura nada. Y se vuelve pasado. El pasado sólo es un recuerdo. El futuro es un pensamiento. Y el presente sólo dura segundos. Y se transforma en pasado. Y se convierte en recuerdos. Y no es nada. Todo pasa. Nada queda. Todo pasa.

Todo pasa tan rápido.

Menos tu texto, cabrón. ¿Qué fue eso? No se. Un desliz freudiano.
Todo pasa tan rápido.

No voy a llegar a hacer todo. Tengo que elegir. No puedo hacerlo todo. Alguien dijo alguna vez que hay que leer primero los mejores libros porque nunca se va a poder llegar a leerlos todos.
No voy a poder leer todos los libros que quiero leer. No voy a poder mirar todas las películas que quiero ver. No voy a poder estar en todos los lugares en los que quiero estar. No voy a poder estar con todas las personas con las que quiero estar. No voy a poder hacer todas las cosas que quiero hacer. No voy a poder viajar a todos los lugares a los que quiero viajar. No voy a poder conocer a todas las minas que quiero conocer. No voy a entender todo lo que quiero entender. No voy a garchar a todas las minas que quiero garchar. No voy a insultar a todos los tipos que quiero insultar. No voy a decir todo lo que quiero decir. No voy a enamorarme de todas las minas de las que debería enamorarme. Y mucho menos ellas se van a enamorar de mi.
No tengo tiempo.
Todo pasa tan rápido.
Necesitaría dos vidas para hacer todo lo que quiero. Y ni siquiera así podría. Porque siempre pasa el tiempo. Y todo es distinto. Y sólo voy a tener quince años por trescientos sesenta y cinco días. Y sólo voy a estar ahí en ese lugar, en ese momento con esa persona una vez. Sólo una vez. Y no va a durar nada. Sólo unos segundos.
Necesitaría dos vidas para hacerlo todo. Y que el tiempo se detuviera. Se detuviera cuando todo es perfecto. Aunque nunca todo es perfecto. Y la perfección sólo dura unos segundos como dijo Durden.
Necesitaría dos vidas. Y una más para recordarlo todo. Para ponerme a pensar. Para sonreír por lo que hice.
Necesitaría tres vidas.
Todo pasa tan rápido.

"El tiempo lo destruye todo."
Lo malo. Lo bueno. Todo.
Y sólo quedan recuerdos. Y no son nada. Son sólo recuerdos.

Y te ponés a pensar y nada es tan bueno como debería haber sido. Y nada va a ser tan bueno como debería ser.

Un tipo me dijo que el mañana no existe. No existe mañana. La vida es una sola. Me dijo que perdió la visión de un ojo. Me dijo que vio la luz. Que estuvo dos días en coma. Me dijo que estuvo en rehabilitación.
Y le dieron otra oportunidad. Eso me dijo. Y ahora quiere vivir como si no existiera el mañana. Como si todo fuera hoy.

Esta es tu vida y se está acabando de a un minuto a la vez. Eso me dijo Durden. Me dijo un par de veces que hay que saber, no temer que uno va a morir. Me dijo que la perfección sólo dura un momento y eso es lo más que puede durar. Me dijo que nada está estático.
Todo se está cayendo a pedazos.

Podés despertarte un día y darte cuenta que tenés cuarenta años. Darte cuenta de que se te pasaron un montón de años. Se te pasaron un montón de trenes. Te pasaste de la estación. Y hay un montón de cosas que nunca más vas a hacer. Un millón de cosas que jamás vas a sentir. Un trillón de cosas que nunca en tu puta vida te van a pasar otra vez.
Todo ya pasó. Bueno, todo eso.
No hay vuelta atrás.
Y lamento decirte que eso te va a pasar un día. Te vas a dar cuenta de que la canción que decía que veinte años no eran nada, era verdad. Mierda que era verdad.
Un día te vas a despertar y vas a tener cuarenta.
Y capaz hasta soñaste que eras joven. Quizás soñaste con ella.

Vamos a tirar una frase pesimista.
No tengo nada que perder. Si la esperanza es lo último que se pierde, entonces ya lo perdí todo.

Me gustaría no pensar en ciertas cosas.
“Pensando en nada, que es la más horrible forma de pensar.”

Todo pasa tan rápido.

No creo que vayas a vivir más de, digamos, setenta y cinco años. Los primeros cinco años no entendías nada del mundo. Los últimos cinco el mundo no va a entender nada de vos. Así que sólo te quedan sesenta y cinco. Un tercio de esos años vas a estar dormido. Así que te quedan unos cuarenta y cuatro. Más o menos. Digamos.
Digamos que ya pasaste varios de esos años. Y que te diste cuenta de que pasan rápido. Así que te quedan muy pocos.

"Esta es tu vida y se está acabando de a un minuto a la vez."

"Uno menos, uno menos, uno menos."

¿Te deprimí un poco?
Tenía ganas de hacerlo.

Tal vez lo mejor es no pensar. Ser un poco ignorante.
"A veces el conocimiento es una maldición."
Todo pasa tan rápido.

Nunca fui joven y cada vez soy más viejo.
Todo pasa. Esto también.

Me gustaría tener catorce años y saber que tengo más tiempo. Tiempo para hacer todo. Tiempo para hacer por primera vez un montón de cosas.
La primera impresión sólo se puede tener una vez dijo alguien por ahí.
Me gustaría tener mis primeras veces otra vez. Ser inocente. Ser ingenuo. No pensar en lo que va a pasar. No saber lo que va a pasar. No pensar. No saber.
Me gustaría.

Pasó todo lo que pudo pasar y no pude hacer que pase todo lo que pudo haber pasado.

Me cago en el tiempo y me defeco en el espacio. Me cago en el asqueroso tiempo y espacio. Me cago en eso.
Me cago en el espacio que me aleja de todo. Me cago en el tiempo que hace que todo pase. Me cago en el espacio que hace que todo pase. Me cago en el tiempo que me aleja de todo.

No tengo tiempo. Si leo no escribo. Si escribo no leo. Si pienso no hago. Si hago no pienso.
Mierda.
Mierda.
De verdad, mierda.

No voy a poder ser todo. No voy a poder ser todo lo que quiero. No voy a poder hacer todo lo que quiero. No puedo. No voy a poder.
Tengo que dejar de pensar.
Tengo que eliminar esa parte de mi asqueroso cerebro.

Recuerdos. Sólo recuerdos. Todo pasa a ser eso.
Sólo existe el presente. Cualquier tipo de presente. El presente de estar esperando al cole de mierda. El presente de estar cagando en un baño ajeno. Eso también es presente.

No puedo cambiar las cosas que no puedo cambiar.
Me gustaría dejar de pensar. De verdad. Dejar de pensar.
Ser como un pendejo que no tiene que elegir. Que no tiene que pensar. Que piensa que no se va a morir. Que no va a envejecer. Y que nada va a acabar.
Que cree que va a ser el mejor. Que se piensa inmortal. Que confía en que todo va a salir bien. Que siempre va a triunfar.
Me cago en eso.
En la mierda de pensar.

Vivir sólo cuesta vida dijo un tipo alguna vez y lo repitió muchas más.

Y todo cuesta tiempo. Y cuando pasó el tiempo nada es como era. Ni el amor. Ni el trabajo. Ni tu casa. Ni tus hijos. Ni tu ciudad. Ni tu amor imposible. Ni lo que pensás. Ni vos. Ni vos. Ni yo. Ni ella. Nada.
Todo pasa tan rápido.
Sólo vas a vivir veintiocho mil días más o menos.
Y ya viviste unos cinco mil o unos ocho mil.
Y los últimos diez mil vas a estar más o menos.
Están pasando tus días. ¿Los estás viendo pasar? ¿Los estás disfrutando?
Uno menos. Se te acaban.

Son sólo 8760 horas las que hay en un año, la concha de mi hermana. Y estamos durmiendo unas 2760, digamos. Entonces sólo nos quedan 6000 horas. Seis mil horas para hacer todo lo que quiero hacer en un año. Sólo seis mil horas. En realidad menos.
Miles de horas que pasan tan rápido.
Me muero.
Me muero.
Me muero.

Me acuesto el domingo y me levanto el viernes. Eso pasa. La semana vuela como hijo de puta con las bolas en llamas.
Es verdad, todo pasaba más lento antes. ¿Cada vez va a ser más rápido?
Sólo cuando se sufre el tiempo pasa lento.
Ni siquiera tengo tiempo de aburrirme.

Necesito meterme en el tiempo liminal.
Y a la mierda el tiempo y el espacio.
Y a la mierda todo.

Necesito mi dopamina. Por favor. Por favor. Por favor.

Todo cuesta tiempo. Y los años no duran nada. Y cada vez duran menos. Y cuando seas viejo nada va a tener sentido. Por eso. Porque vas a ser viejo. Y todo va a haber sido. Todo va a ser un recuerdo. Un asqueroso recuerdo. Triste porque fue bueno. Triste porque fue malo. Sólo un recuerdo. Todo va a haber sido mejor. Y nada va a poder ser. Porque si sos viejo no tenés mucho futuro. Y cargás con mucho pasado. Y tu presente es impresentable.
Mierda.

Todo cuesta tiempo. Años. Años que no duran ni una hora. ¿Querés ser contador? Dame cinco años de tu vida. ¿Querés que esa chica se case con vos? Dame un par de años. ¿Querés conseguir ese trabajo? Dame siete años tuyos. ¿Querés que tu hijo se de cuenta de que te ama? Dame nueve años. ¿Querés darte cuenta de que amás a tus padres? Dame veinte años. ¿Querés darte cuenta de que nunca vas a amar a alguien como la amás a ella? Dame toda tu vida.
Mierda.

Hagas lo que hagas tu vida es efímera. Y se va a acabar. Aunque creas en el cielo. Aunque creas en la reencarnación. Aunque creas en otros mundos. Esta es tu vida y se va a terminar pronto.

Y no importa lo que hayas hecho. Vas a ser nada. Sólo te va a recordar tu hijo. Y tu nieto se va a olvidar de vos. Y tu bisnieto no va a saber que exististe. Y listo. Así, desapareciste.

No quiero escribir más sobre esto. No quiero pensar más en esto.

Cambio y fuera.

Soy La Mente Quebrada de Galahad.

Hablemos de la muerte.

“Hablas como si los hombres importaran. Los hombres están muertos desde que nacen. Son cadáveres esperando la realidad de la muerte. La muerte es lo único absoluto en los hombres. La vida es sólo una fantasía disparatada.”

¿Te estás deprimiendo?

La muerte es el fin de la vida. La muerte es parte de la vida. Que mierda. Que deprimente.
Todos nos vamos a morir.
Todos nos estamos muriendo.
Vos te vas a morir.
Y así como si nada, vas a ser nada.

“La magia de la muerte, en un momento sos una persona que camina y respira y en el siguiente segundo sos un objeto.”

Cada segundo mueren dos personas en el mundo. Ahora. Ahora. Ahora. Otras dos. Dos más. Dos más.
Para cuando termines de leer esto van a haber muerto miles de personas.
Que deprimente.

¿Te estás deprimiendo?

“La muerte está tan segura de vencer que nos da toda una vida de ventaja.”

El señor Allen decía que no le temía a la muerte pero no quería estar ahí cuando sucediera. El señor King decía que no tenía miedo de morirse en un accidente aéreo, tenía miedo de los segundos que iban a pasar entre que supiera que se iba a morir y el momento en que muriera.

“Cuando termina el juego tanto el peón como el rey van a la misma caja.”
Todos nos morimos. Los Delfines también como dijo el señor Wilde. Nadie puede escapar de la muerte. Algunas atrasan su cita, pero no se escapan.

¿Te estás deprimiendo?

A veces la vida es una mierda. Será a veces porque la muerte es una mierda.
Leí hace un tiempo, creo que fue en vísperas de navidad, no se de que navidad. Una mierda. Pasó una gran mierda. Como siempre pasa.
Una joven mujer estaba a punto de convertir en padre a su joven pareja. Iban a ser padres. Iban a ser una familia. Iban a ser felices. Más felices.
La ambulancia que los estaba llevando al hospital chocó. Chocó asquerosamente. Horriblemente.
El conductor murió. La mujer murió. El bebé no nacido murió.
Horrible.
El hombre quedó vivo. ¿Para qué? ¿Cómo puede seguir viviendo después de vivir la muerte de esa manera?
Estaba a punto de ser padre y se convirtió en viudo. Esposo de una mujer que murió joven. Padre de un bebé que no nació.
A veces la vida es una mierda.

¿Te estás deprimiendo?

Algunas personas buscan la muerte.
Ramón Sampedro quería morir. Después de haber pasado la mayor parte de su vida confinado en su propio cuerpo sólo anhelaba la muerte.
Ramón Sampedro era cuadripléjico. No podía hacer nada. Sólo mover la cara. Sólo seguir viviendo.
Si es que eso era vivir.
Para Ramón Sampedro la única solución era la muerte.

“No hay dolor tan grande que la muerte no pueda solucionar.”

¿Te estás deprimiendo?

No todos vivimos pero todos vamos a morir.
Tu hermano se va a morir. Se va morir tu viejo. Si. Ese, el mismo que jugaba al fútbol con vos cuando recién habías aprendido a caminar. Se va a morir tu madre. Si, la misma que te ayudó a aprender a caminar. Se van a morir tus amigos. Tus amores. Tu familia. Todos se van a morir.
A menos que te mueras vos primero.

¿Te estás deprimiendo?

James O´Barr era un tipo que amaba mucho a su novia. Un día un conductor borracho la mató. La atropelló y le quitó la vida. Y le quitó el sentido a la vida de O´Barr. Él pensó en matar al tipo que mató a su novia. Estaba dispuesto a hacerlo. Pero no lo hizo.
Hizo una historieta para apaciguar su inquietante dolor. Hizo el Cuervo. En esta historia Eric Draven pierde a su novia y muere. Y vuelve de la muerte para vengarse.

¿Te estás deprimiendo?

“La muerte es ese reino del que nadie vuelve.”
No me importa si creés en el Reino de los Cielos. No me importa si creés en el más allá. No me importa si creés en la reencarnación. En la inmortalidad. En la vida eterna. En lo que se te ocurra. No me importa.
Igual te vas a morir.
Y yo te lo quería decir.

“Esta es tu vida y se está acabando de a un minuto a la vez”
Te estás muriendo, man. Lentamente.
Capaz que salís a la calle y te morís. Capaz que no salís y te morís.
Quizás este es tu último día.
Aprovechalo.

“Tenés que saber, no temer, que algún día te vas a morir. Hasta que no sepas eso, no servís para mi.”

¿Te estás deprimiendo?

Todo se termina. Tu vida también. Es todo lo que conocés. Y es la única vida que tenés. Y un día la vas a perder.
Que mal.

“Un día perderás todo lo que tienes. Nada te preparará para ese día. Ni la fe, ni la religión… nada. Cuando muera alguien a quien amas, conocerás el vacío… Sabrás lo que es estar completamente solo. Nunca olvidarás y nunca perdonarás.”
John Bergin.

¿Te estás deprimiendo?

Un día se van a morir tus papás. Tus amigos. Tus chicas. Tus primos. Tu familia. Tus conocidos. Todos.
O te vas a morir vos antes.

La vida es efímera. La muerte es para siempre.
No soy yo. Somos todos. No me escuches. No me leas. Quisiera yo poder hacer lo mismo. No soy yo. No me hagas caso. No me hago cargo de todo esto.

“No es la muerte si la rechazas… Lo es si la aceptas.”
El Cuervo.

¿Te estás deprimiendo?

Entonces no leas más.

No voy a escribir más sobre esto. Pero ya lo tenía hecho. Ya lo hice. No lo voy a hacer más. De verdad. Voy a pensar en castillos encantados. Y en duendes. Y hadas. También en hadas. En serio. Voy a pensar en doncellas. Y en dragones. Y en lugares de ensueño. Y en mujeres bellas.
Te lo prometo.
Cuando me digas: ¿Por qué hiciste eso, Galahad? Te voy a decir que no lo hice. O no te voy a decir nada. Me voy a olvidar de todo. En serio. Voy a entrenarme para olvidar. Me voy a quitar un pedazo del cerebro. Y no lo voy a extrañar. No me va a hacer falta.
De verdad.

Soy El Tejido Necrótico de Galahad.

Nepento, por favor.
¿No te quedó nada?
Por favor.
Por favor.
Porfavor.

El Club de los Perdedores.

Yo soy el que tiene una sota debajo de la manga. Soy el que junta los cuatros. El que tiene las tres cartas de diferente palo. Soy el de los unos de oro y de copa. Soy el que no puede pescar un envido ni amedrentar con un truco.
Yo soy el que cambia las cartas de póker y recibe peores.
Yo soy el que saca un uno en los dados cuando tiene que ser alto y un seis cuando debe ser bajo.
Yo soy el que mueve la maderita que mantenía todo el equilibrio.
Yo soy al que le toca la tarjeta que te manda a la cárcel o te quita dinero.
Yo soy al que le sale mano roja izquierda detrás de su espalda.
Yo soy el que repite muchas veces “hundido”.
Yo soy el que en el último milisegundo elige la piedra cuando tenía que elegir la tijera.
Yo soy el que no entiende las señas que mímicamente descubren la palabra.
Yo soy el que no conoce la canción. El que no recuerda la escena.
Yo soy el que no sabe la respuesta. El que no estudió. El que pasa al frente sin guitarra.
Yo soy el que no salió votado.
Yo soy el que no recordás.
El que no entendés.
El que no elegiste.
El que no querés.
Yo soy el que no te gusta.
El que no te importa.
Si.
Yo soy ese.
Yo soy el perdedor.
El que pierde. El que perdió. El que va a perder.
Muchos están conmigo. Algunos no.
Bienvenidos al Club de los Perdedores.

Siempre vamos a ser más. Tristemente. Generalmente sólo gana uno. Todos los demás perdemos.

¿Estás conmigo?
La chica que te gusta no gusta de vos. Mierda. Ni siquiera te registra.
Cuando jugás perdés. Y si ganás en realidad no ganaste nada.
Si las cosas pueden terminar bien o más o menos, terminan más o menos. Si pueden terminar mal terminan mal.
Si alguna vez ganaste algo, algo te salió bien, algo, algo, algo. No te lo olvidaste más.
El caldo de la derrota ya no sabe tan mal. Ya estás acostumbrado. En ese momento de carencia de gloria te sentís como en casa. Todo normal.
¿Sos uno de los míos?
Vamos.
Deprimámonos con diversión. O divirtámonos con depresión.
Vamos.
Los últimos seremos los primeros. Si. Cuando podamos caminar sobre el agua o convertirla en vino.
Vamos.

No creo que lograr cosas sea una razón para no preocuparse; sin entrar demasiado en debates psicológicos, uno busca la felicidad y la realización personal entre muchas cosas, sin entrar mucho en detalles, y si no podés lograr nada porque fracasás siempre no vas a conseguir ni la felicidad, ni la realización personal, ni nada.

Una vez escuché de un chabón que se sentía no tan facha y viajando en un subte vio a otro que no tenía nariz, y se dijo a sí mismo, bueno, este no tiene nariz, yo tan mal no estoy...
Yo no veo las cosas así.
Yo siempre creo que el barman me podría haber llenado más el vaso.
Si, tenés dos ojos, tenés dos piernas, comés todos los días, no vivís postrado en una cama y no te vas a morir mañana en una terrible agonía. Pero si te ponés a ver las cosas así...
Yo soy de los que no se conforman, si ya se que no es bueno, pero yo siempre espero más. Prefiero compararme con los que están mejor que con los que están peor.
Y en eso radica también el seguir luchando.
Hay muchos perdedores, que tienen un trabajo de mierda, su vida amorosa es una mierda, no tienen nada en su vida que valga más que la mierda, pero ellos están conformes, algunos pobres infelices hasta están felices.
Ni siquiera, quizás, se consideran perdedores.
Este grupo es para aquellos que luchan y caen, porque todos caemos. A la larga todos vamos a perder.

Soy la Carencia de Serotonina de Galahad.

Ella me miró y se puso a bailar con otro. Y yo no pude dejar de mirarla.

lunes, 20 de agosto de 2012

Me gustaría volver el tiempo atrás.

De verdad. No estoy hablando de viajar a un pasado lejano y fantástico. No. No estoy hablando de máquinas del tiempo. Ni Deloreans. Ni del Doctor Brown.
Es algo así. Pero no es así.

Me gustaría volver el tiempo atrás.
Un rato. Un poco. Un tiempo. Sólo un poco. De verdad.

Esto tiene mucho que ver con el espíritu de la escalera. Y con las muchas vidas posibles. Con el destino. Con la suerte. Y con todo lo que puede pasar. Con lo que no. Con lo que pasó. Y con lo que no pasó.

Me gustaría volver el tiempo atrás.

Porque cuando ya sabés lo que va a pasar es más fácil. Porque cuando ya sabés lo que pasó es más fácil saber lo que tendrías que haber hecho. Porque nada es tan bueno como debería haber sido pero todo puede ser mejor después.
Entonces.
Me gustaría volver el tiempo atrás. Y hacer lo que no hice. Y saber lo que tengo que hacer.
Gueim over. Vuelva a empezar.

Y estar de vuelta en ese momento. Y hacer lo correcto. Du de rait zing.
Y estar con ella. Y hacer lo que no hice. Y no hacer lo que hice.
Y saber lo que va a pasar. Lo que puede pasar. Lo que seguro pasa.

Estás con ella. Están ustedes dos solos. Y ella es hermosa. Y vos estás fascinado. Y están hablando. Y todo está joya. Y todo está saliendo bien.
Pero.
Cuando estás en ese momento creés que va a haber otro momento mejor. Que ese no es el momento. Que algo va a pasar. Y esperás.
Y nada.
Después te das cuenta de que ese era el momento. De que no va a haber otro mejor. Y de que lo perdiste. Y te das cuenta de lo que tendrías que haber dicho. De lo que tendrías que haber hecho.
Y no lo hiciste.
Y todo pasó.
Y ella no está más. Y ella es diferente. Y ese momento no va a volver a suceder.
Y vos sos un tarado.

O tal vez es algo que hiciste y no tendrías que haber hecho. Algo que dijiste y no tendrías que haber dicho.
La besaste. Y no era el lugar. Y no era el momento. Ella quería que la beses. Pero no en ese lugar. No en ese momento. Y vos querías besarla. Pero ahora no lo vas a hacer más. Porque ya la cagaste. A destiempo.
Y sos un tarado. ¿Te lo dije?

Dijiste algo. Y todo cambió. Ya nada es como antes. Y vos sabés que si no hubieras dicho eso todo sería como siempre fue. Pero ya está dicho. No siempre a las palabras se las lleva el viento. A veces dejan mierda detrás. Como una estela. Y te cagan.

Y ya no hay una solución para eso. Sólo estar otra vez ahí y hacer lo mejor. Y hacerlo mejor.
Y no hay forma de que eso pase. A menos que pudieras volver el tiempo atrás.
Entonces.
Me gustaría volver el tiempo atrás.

Como en las películas.
Pero la vida no es una película. Por lo menos no una fantástica. Y las cosas no se solucionan en tres actos.

Porque nada es tan bueno como debería haber sido. Porque todo puede ser mejor. Porque cuando sabés qué va a pasar es más fácil que pase.

Como en la ficción.
Como Marty McFly que puede cambiar su pasado para mejorar su futuro.
Como el chabón de esa serie que volvía a su adolescencia en los ochenta.
Como Ichitaka Seto que volvió a vivir lo mismo para hacer las cosas bien con Iori.

Me gustaría volver el tiempo atrás.

Me gustaría volver a ese momento. Y saber todo lo que va a pasar. Volver a esa época. Y teniendo esa edad. Pero sabiendo todo. Sabiendo todo lo que va a pasar.
Y tomar las decisiones correctas.
Me gustaría volver el tiempo atrás.

Me gustaría volver a tener trece años. Y hacer todo bien.
Por favor.

Por favor.

Me gusta como suena “desasosiego”. No se. Tiene muchas “eses”.

Necesito Nepento.
¿Tenés la receta?
No.
Entonces no.
Gracias igual.
Andate.

Soy el Delirio Prematuro de Galahad.

Hablemos de la felicidad.

Contame tus cinco segundos de felicidad.

La efímera felicidad. La escasa felicidad. La esquiva felicidad. La felicidad condicionada.
El mundo es esencialmente triste. Su esencia es triste.
La felicidad es olvidarnos por un segundo de la tristeza reinante. Por ese segundo que logramos olvidarnos de todo podemos ser felices. Felicidad es no recordar lo malo. O recordar lo bueno.
La felicidad dura lo que dura nuestra mente atontada. Dura el tiempo que podemos estar ajenos a la realidad.
La felicidad es una ilusión química.
Son sólo subidones de nuestro imbécil cerebro.
Las personas más felices son las que menos piensan. Porque pueden dejar de pensar en sus problemas. Pueden dejar de pensar en lo que no tienen. En lo que no tuvieron. En lo que no podrían tener. Y en lo que nunca tendrán.
Y tal vez por eso son más inteligentes. Porque pueden dejar de pensar.
¿Qué mierda es la felicidad? ¿Una ilusión, un sueño, una ficción?
La tristeza es más poderosa que la felicidad. En un texto de Dolina, el pensador dice que si una persona recibe dos noticias, una triste y una feliz, la triste va a imponerse sobre la otra. El ejemplo que usa es que una persona se entera de que ganó la lotería y que falleció su hermana. Obviamente no va a estar feliz por haber ganado la lotería, va a estar triste por haber perdido a su hermana.
Entonces seguimos afirmando que la felicidad es sólo una distracción. Algo que nos haga olvidar la tristeza general.
Sean felices. Encuentren un hobbie, metanse de lleno en una religión, haganse fanáticos de algo. Llenen ese puto hueco existencial con estupideces efímeras y triviales.
Haganlo por mí. Por ustedes. Por Papá Noel.
¿Es todo por placer?
¿E tutto per codere?
Nada tiene sentido. Nada importa. Todo pasa. Nada existe. Nada queda. Todo cae. Todo se pierde. Todo termina. Todo pasa. Todo se olvida.

Me miró y yo la miré y en ese segundo el mundo se detuvo.

Soy La Mano Helada de Galahad.

viernes, 17 de agosto de 2012

¿Alguna vez te pusiste a pensar en la nada?

La Nada.
L
a nada. La Nada. Que terrible. Nada. Que horrible. Nada. Nada. Nada.
A veces me ahogo en el horrible desasosiego de pensar en la nada. Odio la nada. Odio pensar en nada. Aunque pienso en todo. Y en como todo resulta no ser nada. Todo va a ser nada. Es horrible. Pero todo termina siendo nada.
Hasta nosotros.
Cuando voy en un vehículo en el medio de la ruta en el medio de la noche no puedo dejar de pensar en eso. Es horrible. Todo ese cielo negro y nada. Sólo algunas luces y nada. Horrible. Los colectivos esos de noche son horribles para pensar. No hay que pensar. No hay que pensar en la nada. Es horrible. Pero todo termina siendo nada.
Hasta nosotros.
Pensá en tu vida sin vos. Olvidate de que existís. Bueno, eso es. ¿Viste que difícil? No pienses que te vas a convertir en un ángel o un fantasma. No pienses en nada. Eso es la nada. Pum. Ya no estás. No estás ni siquiera para pensarlo. Ni siquiera para darte cuenta de que no estás.
Eso es la nada.
Como dormirse pero sin sueños.
Como un game over sin fichas.
Un día apareciste y un día vas a desaparecer. Así. Pum. Bang. Zoom. Listo. Ya no estás.
¿Alguna vez te pusiste a pensar en la nada?
Pensá en lo insignificante que es todo. Ampliá tu mente y escapá de la tierra. Escapá del sistema solar. Escapá de tu galaxia.
Sumergite en la nada.
Eso es.
Respirá. Que no te agarre un ataque de pánico. Esta es una buena razón para que te pase eso.
Quedate un rato más ahí. Es todo negro. Es todo nada.
Sin planes. Sin tiempo. Sin vida. Sin nada.
Nada tiene sentido.
Ok.
Volvé. Volvé. Volvé.
Y ahora…
¿Alguna vez te pusiste a pensar en la nada?

Sin vos tu vida no tiene sentido.

Soy El Asqueroso Existencialismo de Galahad.

Voy a mezclar Fentanilo con nuez moscada y un poco de lanzaperfume. Un viaje de ida. Igual no tengo a dónde volver.

Yo me quiero casar… ¿y vos?

No. Juntos no. A menos que seas hermosa y seas copada. O estés hermosa y estés copada. Si no, no.

Volvamos. Si. Yo me quiero casar.
¿Suena raro? ¿Muy de novela? ¿Muy demodé? ¿Muy de mina?
No me jodas.
Yo me voy a casar. No ahora. Pero me voy a casar.

Ahora hay tantos que se juntan. Tantos que dicen que no se van a casar. Que no se quieren casar. Que es más “cul” no hacerlo. Se juntan. Y todo bien. O nada. No se hacen nada. Ni se juntan. Nada. Y no se casan. Y no se quieren casar, como dice la canción. Y gritan: “yo”, cuando un animador bolichero les pregunta: ¿quién nunca se va a casar?
Yo no.
Yo me voy a casar. No ahora. Pero me voy a casar.

Muchas cosas no tienen sentido. Si me agarra el absurdismo te digo que nada tiene sentido. Entonces. Nosotros le damos sentido a las cosas. Le damos un sentido a todo. A la vida. Creamos significados. Tenemos símbolos. Hacemos como si las cosas fueran más de lo que son para que se sientan mejor de lo que son.
Hay que darle sentido a todo. O nada tendría sentido.

Por eso nos hacemos tatuajes. Porque se ven bien. Porque significan algo. Porque nos sirven para recordar.
Por eso hacemos fiestas de quince. Por eso festejamos aniversarios. Por eso hacemos rituales. Por eso hueveamos al recibido. Por eso tangueamos a la divorciada. Por eso jodemos con el cumpleañero. Por eso chamuyamos a la de la barra.
Porque todo tiene un sentido. Un significado que nosotros le damos. Porque todo vale lo que nosotros queremos que valga. Casi todo. Casi siempre.

Por eso nos vestimos de traje. No es sólo para abrigarnos. Es porque significa algo. Es porque se ve bien. Porque se siente bien.

Porque hay que encontrarle sentido a las cosas. Hay que hacer que las cosas signifiquen algo. Que trasciendan.
Por eso.
Por eso yo me quiero casar.
Por eso me voy a casar.
No ahora. Pero lo voy a hacer. Eso va a pasar. No hay dudas.

Me voy a casar por Iglesia. Con todo el kilombo. Con toda la parafernalia. No porque necesite que un tipo en toga me diga que estoy casado y que lo confirme con un libro en sus manos.
Lo voy a hacer porque está joya.

Voy a usar un traje copado alquilado. Alquilado para no verlo nunca más. Y copado porque me copa.
Y ella va estar más hermosa que nunca. Aunque no lo esté. Aunque siempre sea hermosa.
Y van a estar todos. Y va a sonar esa música.
Y cuando el cura diga eso de que si alguien quiere hablar que hable o calle para siempre, alguien va a gritar. Va a gritar: Yo. Yo me opongo. Y todos se van a dar vuelta para mirar al desubicado. Y vamos a hacer una pequeña escena.
Y nos vamos a reír un rato.

Y ella va a ser hermosa. Y yo la voy a amar como si nunca hubiera amado antes. Y ella me va a amar como si siempre lo hubiera hecho. Y todo va estar bien. Y voy a creer en los cuentos de hadas. Y en los finales felices. Aunque nada termine.
Y me voy a olvidar de todo lo que me tengo que olvidar. Y no voy a pensar. No voy a pensar en lo que no tengo que pensar. Y no voy a recordar que el tiempo pasa tan rápido. Y no voy a saber que nada es tan bueno como debería serlo.
Y todo va a estar bien. Y ella me va a decir: mi amor. Y yo le voy a decir: mi cielo.
Que cursi.
Que cursi que sos.
Empalagoso.
Asqueroso.

Y ella va a ser la Señora Galahad. Y yo voy a ser su Señor.
Y no voy a pensar en nada.

No me digas eso, nena. Me voy a terminar enamorando de vos.

Necesito Nepento. Necesito beber del Leteo. Necesito meterme en Lacuna Inc.

Soy el Zigomático Mayor de Galahad.

¿Sos una buena persona?

Yo no. No soy una buena persona.
Ya está, lo dije. ¿Y qué? Eso no me hace una mala persona. No soy una mala persona. Pero tampoco soy una buena persona. La ausencia del mal hace que no sea una mala persona. Pero la carencia del bien no me convierte en una buena persona.

¿Entonces que mierda soy? No soy una buena persona. Sólo eso.
¿Por qué? Porque no ando haciendo buenas acciones por ahí. Porque no me acongoja el mal en su mínima expresión. O mejor dicho la ausencia del bien. Porque no junto la bandeja en los restaurantes al paso. Porque no le compro estampitas a la húngara. Porque no aplaudo cuando no quiero hacerlo. Porque la Iglesia de los Santos de los Últimos Días no me vería como un buen samaritano. Porque no ayudo a los ciegos a cruzar la calle. Porque no ayudo a las viejitas a llevar las bolsas del supermercado a sus casas. Porque no le doy monedas a los pibes de la calle. Porque no colaboro con un comedor público. Porque no hago donaciones. Porque no le habilito un par de mangos al choborra que se alquiló la esquina. Porque no despliego buenas costumbres por doquier. Porque no ayudo a empujar un auto que no arranca. Porque no me mantengo caminando detrás de las viejas lerdas. Porque no ayudo al viejo de al lado a mudarse. Porque no limpio la calle. Porque no le pregunto a las embarazadas como llevan el asunto. Porque me importa tres carajos lo que le pasó al vecino que no conozco. Porque no me importa que los pibes de trece fumen. Porque no le hago el favor a las que me parecen feas. Porque no digo cosas lindas a gente que no conozco sólo para hacerlos sentir mejor. Porque no dejo el carrito del super en el estacionamiento de los carritos. Porque puteo al que se pone en doble fila en una calle transitada. Porque no me interesa entenderte si no me interesa entenderte. Porque no me importa lo que te importa a vos. Por eso. Por eso no soy una buena persona. ¿Y? Nada. Eso.

No es que vaya por ahí realizando malos actos. Pero tampoco hago el bien desinteresadamente. No soy agarrado o avaro. Si un amigo me pide plata se la doy. Y ni se la pido. Pero a los de la calle no les ando dando monedas todo el tiempo. A alguno alguna vez le di. ¿Y qué? Eso no cambió nada. Y yo no me voy a llenar los bolsillos de monedas para ellos. Una buena persona quizás lo haría. Yo no. Cuando me piden en mi casa les doy comida. Me parece mejor. Pero tampoco es que compro comida especialmente para ellos. Si no sería una buena persona. Pensando en ellos. Pensando en los otros. Y yo no soy una buena persona. Ya lo dije. Con unas monedas no se hace una mierda. Tendría que tener millones para hacer algo de verdad. Y no me vengan con que con poco se hace mucho. No me jodan. “Si no se puede tener todo, la nada es la perfección.”

Deliro. Deliro. Deliro. Odio a los que hacen algo bueno para quedar bien. Sólo para eso. No sean tan hipócritas. Si lo hacen para recibir algo, para ganarse una mina o algo específico, bueno. Los entiendo. Ustedes saben que lo hacen por fines que no son perfectos pero no son hipócritas. Pero si sólo lo hacen para parecer buenos es cualquiera. Es tan falso. Y los que hacen el bien porque se sienten bien. Dejame de joder. ¿Eso no es egoísta? Hacen cosas buenas porque eso los hace sentirse bien. Dejame de joder. Háganlo porque quieren hacerlo no porque les hace bien. Sean mártires, putos. O no sean nada. Si vas a hacer algo bueno no lo digás. Mantenete humilde, tarado. Si lo andás diciendo por ahí es que sólo lo hacés para que los otros lo sepan o para sentirte bien. No seas tan falso, tan soberbio.
¿Estoy dando consejos? No se. Estás delirando. Un poco. Si, ya se.
¿Y? ¿Y ahora que pasa, eh? Nada. No me interesa hacer el bien. No me interesa tu vida. No me jodas. No soy una buena persona. Hago lo que quiero.
Que mala persona que sos Galahad. Bueno. No, dije malo.
Espero que no vean en mis pecados los suyos reflejados. No me interesa que me vean como alguien bueno y no necesito hacerme bien haciendo el bien. No me interesa hacer el bien por todos lados. Por eso no soy una buena persona.

Ya se, hay algunas personas que desinteresada y humildemente hacen el bien. No estoy hablando de ellos. No me jodan.
Creo que cada vez soy peor. Y no me jode. Me pinta la misantropía. No es que voy enojado por ahí, pero no me interesan las personas que no me interesan.
Si hago algo bueno es sólo porque quiero hacerlo.
Pero no voy a hacer nada por nadie si no me beneficia a mí.
Hay dos fuerzas creadoras, el amor y el odio.
El camino del lado oscuro es más sencillo. El mal se empeña más en conseguir seguidores.
Soy la Estupidez Sin Filtro de Galahad.

¿Qué pasa si ella no es ella?

Tiempo. Tiempo. Tiempo.
Esperá un segundo. Hola, soy Galahad. ¿Y qué? Nada, te estoy avisando. Sólo eso. Soy Galahad y uso la palabra “mierda” muchas veces. Soy Galahad y uso esas palabras que la gente trata de no usar cuando no quieren que piensen que usan esas palabras cuando no los escuchan. Pero todos lo hacemos. Aunque no estemos enojados. Yo voy a usar esas palabras groseras a continuación. Si sos susceptible a la grafía vulgar no leas.
Ahora si.
Sigamos.
¿En qué estábamos?
Ah, si.

¿Qué pasa si ella no es ella?

¿De qué concha estás hablando ahora? Justamente de eso. De conchas.
¿Qué pasa si te enamorás de una chica y después te das cuenta de que no todo es como pensabas? Quizás ni siquiera te enamoraste. Te gustó. Tal vez ni siquiera eso.
Saliste con ella. La ves. Estás con ella. Lo que sea.
¿Y?
Y te das cuenta un día que ella no es ella.
¿De qué mierda hablás? No des vueltas.
Doy vueltas. Para marearme. Me gusta la sensación.

Hay tantas cirugías.
Ah, ahora estamos llegando a algo.
Si.
¿Qué pasaría si tu chica no es... una chica?
Lo dijiste. Lo dijiste nomás. Así nomás. Sin anestesia. Pensé que ibas a dar más vueltas. Pero no. Lo dijiste.
Bueno, eso. Puede pasar que un día te des cuenta que la chica con la que estás, con la que salís, la que te gusta, la que pasa muchas tardes con vos, no es lo que vos pensabas.

Veamos otros casos parecidos.
Puede ser que tu chica aún siendo una chica tiene un pasado que vos no conocías.
Puede pasar que te enteres que ella antes era la presidenta del club de fans oficial de Axel. Puede pasar. Y es pasable. Tal vez vos detestás a Axel, pero todo bien. Es algo del pasado. Y todo bien.
Puede pasar que antes ella tuviera labio leporino, nariz de proporciones gigantescas, tuviera obesidad mórbida, los ojos desviados y usara un flequillo horrible. Y vos sos asquerosamente superficial. Y vos sos un esteta a ultranza. Puede pasar. Y es pasable. Ahora ella es hermosa. Y todo eso es cosa del pasado. Todo bien.
Puede pasar que antes ella fuera miembro del partido neo- nazi, fuera coronada como la más estúpida de la escuela, fuera el hazmerreír del barrio. Puede pasar. Ahora ya no es nada de eso. Ahora eso es pasado. Y es pasable.
Pero.
¿Qué pasaría si un día te enteraras que esa chica es o fue o nació o creció como un chico? Tu chica es un chico. Antes se llamaba Fabio. Y era el cuatro del club del barrio. Y le bajó el incisivo de una piña a otro chaboncito en segundo grado. Y tenía más levante con las minas que vos.
¿Qué?
¿Qué pasaría?

¿Cómo puede pasar eso?
Bueno, puede ser que este ser humano todavía es joven y tiene rasgos andróginos. Y parece una mina. Y vos no te diste cuenta de que sólo parecía.
Puede ser que este ser humano parezca una mujer. Porque si. Porque vos sos boludo y no notás la voz de “bajo” que tiene. Porque no notás el pedazo de protuberancia que arruina la perfección de su cuello. No notás la mandíbula recta. No notás la piel afeitada. No notás el bulto. No notás que el Señor te debe un cerebro porque el tuyo no funca.
Puede ser que este ser humano haya ingerido hormonas femeninas desde temprana edad y haya adquirido rasgos femeninos. Y ahí hasta los más avezados en mirar hembras pueden confundirlo. Tal vez es todo una mujer. Excepto por la verga que esconde en la pollerita.
Puede ser que este ser humano sea como el anterior pero tenga todavía algo más que lo acerca a las mujeres.
Se hizo una vaginoplastía.
Y ahí, mi querido amigo, cagaste. Ya no tiene casi nada que lo aleje de las etéreas mujeres. Ya no tiene verga.

No me vengan con que soy homofóbico. En este caso, en realidad sería transfóbico. No me jodan.
Me gustan las mujeres. Nada que se le parezca.
Y no hay nada que se le parezca.

Sigamos.
Porque ese no es el “cuid” de la cuestión.

¿Qué pasa si la chica con la que estás, antes era un chico?
Obviamente yo no sabría si eso puede pasar porque no me pasó. Pero lo leí en una novela. Era una mina perfecta. Y era en realidad un chabón. No les digo la novela porque se las cago.
Y también leí sobre el chico de Córdoba que se hizo la operación.
Entonces. ¿Ahora qué pasa, eh?

Bueno, entonces. Están los dos casos. Primero el caso en que ella sea un travesti. Como en la canción de Vilma Palma. Ella era un travesti.
Armemos toda la escena.
Lo conociste en un boliche. Vos estás en pedo. Él parece una chica. Estás solo. Él también. Nadie te muestra lo que vos no ves. Y lo encarás. Y hablan. Y bailan. Tal vez hasta transan. Y él te dice que quiere que vayan a un lugar más tranquilo. Y vos pensás que es tu noche. Pensás. O no pensás.
Están solos. Hacen cosas. Digamos, el prolegómeno. A vos se te paró. A él también. Tiempo. Tiempo muerto. Ahí caíste. Te das cuenta de que no sos el único que mea de parado.
Elige tu propia aventura. ¿Qué mierda hacen ustedes? Algunas personas van a decir que le dan a los travas. Otros van a decir que si ya están en el baile van a bailar.
Y otros van a rajar a la mierda. Yo estoy en ese último grupo. ¿Transfóbico? Tendría miedo, man. Sería un shock de la concha del mono. Si no lo preví sería horrible. Y si lo hubiera previsto nunca hubiera hecho nada.
¿Qué hacen? Es todo hipotético. No me jodan. No tienen que haber pasado por eso.

Bai de uei.
Una vez me contaron de un chabón que le hicieron una fiesta de cumple y le pagaron una puta. El flaco se la puso por el culo y después le dijo que se diera vuelta para darsela por adelante. Parece frula pero así me lo contaron. El sujeto cogido dijo que no se podía por adelante. Y el flaco se dio cuenta. Se dio cuenta de que se había garchado a un trava. Y no lo había sabido. Salió corriendo. Y se sintió mal por un par de días.
Que amigos.
Pobre flaco. ¿Transfobia?

El segundo apartado es todavía más interesante.
Él es casi una chica. No se cómo será el tema con la vaginoplastía. ¿No se nota para nada? Supongo que si. Pero supongamos que el tipo que está con el otro tipo. Digamos que sos vos. Vos no te das cuenta. Pensás que es una chica. Ni siquiera te pusiste a pensar.
Y un día él te lo dice o vos te enterás por lo que sea. Como fuese. No importa.
Y capaz que la amabas, tal vez te gustaba.
¿Y ahora qué pasa, eh?
¿Todo sigue igual?
No lo creo. No. Seguro que no. Ahora todo es diferente.
Es un engaño. Un engaño supremo. No te van a poder decir algo peor. Nunca nadie te va a quitar algo que creías que tenías tan agarrado cómo cuando te digan lo que se supone que te dijeron.
Tu papá no es tu papá. Papá Noel no existe. Te estás muriendo.
Hay muchas cosas que te pueden cagar. Bueno, esta es una de ellas. No exageremos. No es la peor. Pero estás jodido.
Nada es cómo creías.
Ella no es ella.
Nunca le preguntó a su mamá porqué no tenía pito como los nenes cuando era chica. Nunca tuvo su primera menstruación. Nunca tuvo vergüenza de sus tetas. Nunca se puso a sacar cuero en el baño de minas en la primaria.
Nunca hizo nada de eso.
Todo lo que vos pensabas es diferente.

¿Qué onda? ¿Qué pasa? ¿Qué hacés? ¿Qué sentís?

Transfobia. Transfobia. Transfobia. ¿Te enseñé una palabra nueva?

Es triste que las cosas no sean como vos pensabas que eran.
No se.

Olamurbroucmaijortnauaimeiquingforiu...

Necesito mi Corporación Lacuna...
Necesito Nepento.

Soy el Párpado Enjuto de Galahad.


Hablemos de la belleza.

¿De la belleza de quién? ¿De ella? Si. De la belleza. De la belleza en si. De la belleza en la humanidad. De la belleza de las formas humanas. De la belleza de los seres humanos. En el más superficial de los sentidos. De la belleza física. Belleza estética. Belleza visual. La belleza de las mujeres. La belleza de ella.
Beldad.

Delirio. Anda.
Circunlocuacidad. Anda.
Superficialidad. Anda.
Vamos.

Belleza: Armonía y perfección de una persona.

Todo tiene que ver con la belleza. No jodamos. Todo tiene que ver con que se vea bien. Con que algo se vea lo más bien que se puede ver. Que sea lindo.

Si vas de compras no compras cualquier cosa. ¿No? Comprás algo lindo. Comprás la ropa linda. Comprás muebles lindos. Comprás cosas lindas.
Si vas a comprar comida preparada querés que se vea bien. No sólo que sea rica. Tiene que verse bien. Verse rica.
Si comprás comida en el super, elegís la más linda. No comprás tomates verdes, machucados, arrugados, podridos. No. Comprás los más lindos.
Siempre queremos que lo que tenemos sea lindo.

Esto es así en todo.
La belleza está en todo. Y todos buscamos lo más bello. Lo mejor.

Por eso las minas lindas la pasan mejor. Porque todos las miran. Porque todos las eligen. Porque todos las quieren.
Por eso los jefes eligen a minas lindas para que trabajen con ellos. Porque una promotora linda promueve más.

La distinción de la belleza es algo innato en nosotros. Por ende la discriminación. Porque cuando elegimos algo bello estamos discriminando lo otro. Aunque discriminación suene a insulto. No lo es. Siempre discriminamos algo cuando hacemos una elección. Si yo tengo una góndola de pan enfrente y elijo el pan negro estoy discriminando al pan blanco. No es que tenga algo contra los blancos. Pero elegí al negro.
Cuando elegimos algo discriminamos al resto. Y esto no es algo malo. Es lo que se hace. Lo que hay que hacer.
Elegir.

Sigo con lo que decía. Solemos elegir la belleza. No tengo que poner a explicarme porque es así. Pero es algo innato.
La bestia es mala. Bella es buena. La bruja es mala. Blancanieves es buena.
Hay otras opciones en las que el feo es bueno pero si podemos elegir que el lindo sea bueno siempre es mejor.
Porque nos gusta la belleza. No nos jodan.

Sigo con lo que decía. Me estoy yendo. La elección de la belleza es algo innato. Si tenemos dos personas buenas, igual de buenas, y una es bella y la otra es fea, vamos a elegir a la bella.
Hicieron una prueba con los chicos de jardín. Siempre elegían a la seño más linda.
Las lindas ganan.
No hay con que darle.

No se porqué se subestima tanto al don de la belleza. Está mal.
Si alguien nace más inteligente es un capo. Si alguien nace más bello no tiene ningún mérito.
O sea, estamos hablando de algo que viene con uno desde que nace. Algo que no se adquiere.

Todo es por la belleza.
El arte es una búsqueda de la belleza. El arte que más gusta es el que se ve bello. Aunque sea feo. Aunque represente algo feo puede ser una bella composición. Es algo agradable a nuestros ojos.

Todo lo que se desea es bello. Y todo lo bello se desea. Todo lo bello se desea. Y todo lo que se desea es bello.

La belleza es relativa. Obvio. Pero no quita que no se elija la belleza, sea cual fuese esta. Presten atención.
Obviamente que los standards de belleza fueron cambiando. Obvio. Obvio. Obvio. Si, antes las gorditas eran las bellas. Y por eso se elegía a las gorditas sobre el resto. Porque eran las bellas. Y eso es lo que dije. Que se elije a la belleza, no dije que no se elije a las gorditas.
Y con esto de las gorditas y con todo eso entra lo de los tomates. Presten atención. Se elije lo que se cree mejor. La belleza no se toma solo en cuenta por que si, es una cuestión de supervivencia, replicación y evolución. Si queremos seguir existiendo y procreando elegimos una mina que nos sirva para evolucionar. No tengo ganas de explicar esto.
Seguí escribiendo, Galahad.
Entonces elegimos lo que conviene a nuestra descendencia. Si elegís al mejor espécimen te estás asegurando unos buenos descendientes y estás asegurando que ellos puedan tener buenos descendientes.
En serio, no tengo ganas de explicar esto.
Galahad.
A veces la elección no es algo tan racional, es algo inherente a nuestra especie, somos un poco animales, no se si lo saben. Galahad escribió algo sobre eso, leanlo.
Según la época los valores cambian pero siempre se elige lo que acabo de decir. En milsetecientosmierdatantos las minas lindas eran las blancas porque eso implicaba que no tenían que trabajar al sol porque tenían guita. Después fueron bronceadas porque eso significa que no están enfermas y que podían estar al pedo al sol. Eran gorditas porque eran sanas. Después se puede ejemplificar sobre todos los valores que no cambian mucho. Si tiene linda piel no tiene enfermedades, si tiene todos los dientes está sana. Si tiene hermosa cabellera está bien. Todo eso significa que la mina está sana y que tus descendientes van a ser sanos y van a ser lindos y van a ser elegidos para tener más descendientes por estas razones.
Las caderas anchas y los bustos prominentes implican fertilidad. Entonces las minas tetudas y con buen culo se supone en nuestra imbécil mente por lo menos que son más fértiles que el resto. Descendencia. Si tiene buenas caderas y es sana entonces eso significa también que no va a tener complicaciones durante el parto. Antes las minas tenían bastantes probabilidades de morir al dar a luz, y el tipo tenía que criar a su cría. Descendencia. Esto es todo una mierda.
Sean más gorditas o no la proporción entre caderas y cinturas es siempre la misma para que sean lindas. Es algo de setenta por ciento. Por eso el sesenta, noventa mantiene esas proporciones. En más ancho o más fino es lo mismo.
Las minas lindas rubias y de ojos claros son menos que las morochas de ojos oscuros, por eso fueron más buscadas por toda esa mierda de la descendencia que estaba diciendo. Al ser una figurita difícil es más fácil que tus descendientes con estas características tengan descendientes.
Entonces, que una mina tenga linda cara, linda cabellera, linda piel, lindos ojos, lindos dientes, linda nariz y lindo cuerpo no sólo nos importa porque garcharla va a ser más copado, sino porque nuestra idiota cabeza solo piensa en la procreación. Aunque no lo sepamos.
De verdad, no tengo ganas de hablar de esto.
¿Y qué tiene que ver esto con los tomates? Todo. Por las mismas razones no racionalizadas que se elige un tomate rojo y redondo se eligen a las minas lindas.
Punto.

Si ya se, la personalidad importa. Yo no dije que no.
Si hay una linda y una no tan linda, y la linda es una mierda y la otra es piola te quedás con la que no es tan linda. O por lo menos no te quedás con la linda.
Si son las dos lindas y una es más piola, te quedás con la piola.
Si ninguna de las dos son lindas, te quedás con la piola. O con ninguna.
Pero.
Si las dos tienen la misma personalidad, una está re buena, la otra es linda. Te quedás con la que está re buena.
A eso voy.
Si podés elegir elegís a la bella.
No me jodan.

Y no digan más que la inteligencia no es innata. El conocimiento se adquiere. Con inteligencia se nace o no.

Necesito meterme en el tiempo liminal. Necesito volver a empezar. Necesito mi efecto mariposa.

Soy la Cicatríz Curva de Galahad.


jueves, 9 de agosto de 2012

¿Qué carajo es el amor?

Según el diccionario es: Sentimiento, inclinación o afecto vivo experimentado hacia una persona o cosa. Pasión que atrae un sexo hacia otro. Conjunto de actitudes y actividades que estimulan el apareamiento. Persona o cosa amada. Esmero con que se ejecuta una cosa.

Según otros es una palabra con dos sílabas, cuatro letras y dos idiotas...

Volvamos a la definición, por favor, Galahad. Si.
Según la primera definición yo puedo sentir amor por alguien. O por algo. Si a mi me gusta bañarme con agua calentita, ¿puedo decir que lo amo? Si, puedo. No se si será para tanto. Pero puedo.
Si yo disfruto estando con ella y tengo inclinación o afecto vivo hacia ella, ¿puedo decir que la amo? Si. La amo. ¿Y? ¿Aunque ella no me ame? Si. ¿Puedo amar a más de una? Si. Si tenés inclinación o afecto vivo, si. ¿Puedo amarla sin conocerla de verdad? Si. ¿Puedo amarla a primera vista, a última vista, a cualquier vista? Si. Si. Si.

Entonces...
¿Qué carajo es el amor?

Eso. No se. ¿Se puede amar mucho? Supongo que si. ¿Se pueden amar a muchas personas? Si. ¿Se puede amar muchas cosas? Si.

Si nos ponemos extremistas me imagino que sólo existe el amor, el odio y la indiferencia. Si algo no te parece odioso y no te es indiferente supongo que podés amarlo.

La segunda definición del diccionario dice que es lo que atrae a un sexo hacia el otro. El amor en su paroxismo.
Bueno, ya lo dije, si yo la amo es amor y si ella me ama es amor si yo la amo y ella me ama es amor. Sea como fuese. Es amor. Y a la mierda.
El amor puede existir en cualquier lugar y en cualquier momento. Hacia cualquier persona y hacia cualquier cosa. Supongo que entonces puede haber mucho amor. Digo.

Cualquiera puede amar y ser amado. ¿Estoy delirando? Estoy patinando. Seguro.
Tanto un par de mozalbetes como un par de gerontes pueden amar.
Un pendejo puede amar como puede amar un adulto. Así que no jodan con eso de que sos muy chico para amar o para saber lo que es el amor. Y tampoco se es muy grande.
Digo.

Ya que la definición de amor no es algo muy matemático y exacto el amor tampoco lo es. No hay niveles de amor. Niveles de amores. Sólo en la manera en que se dicen o se expresan. Y hay veces que no se dicen y no se expresan pero existen igual. Así que no se.

“Cuando ames a alguien, díselo porque si no, no se entera.”

La definición del diccionario dice: Conjunto de actividades o actitudes que estimulan el apareamiento. Bueno esta parte de la definición no necesita demasiado análisis. Digamos afrecho y listo. O podemos meternos en los términos de índole más sexual y decir que se refiere al garche, a la murra. A todo eso.
Aparentemente, según el diccionario, esto también es amor. Así que no nos jodan cuando decimos que las queremos garchar. Porque quiere decir que sentimos amor por ustedes. Supongo.
Digo.
Que se yo.

Ahí entramos en otro tema. Hay muchas clases de amor. El amor filial, fraternal, amistoso, romántico, platónico, superficial, obsesivo. Muchos. Y todos son amor. Y todos son diferentes.
¿Cuando mierda deja de ser sólo algo parecido al cariño o la simpatía y se vuelve amor?
Que se yo.
No hay niveles para esto tampoco.
No es que alguien dice: La quiero en nivel 14 así que ya es que la amo en nivel 1.
Bueno, alguien puede decirlo pero no tendría forma de comprobarlo.
Digo.

Persona o cosa amada, dice después la definición del diccionario. No hay muchas vueltas.
Ella es mi amor.
Aunque ella no me ame sigue siendo mi amor.
Mi amor.

Esmero con que se ejecuta una cosa. Aburrida parte de la definición diccionarística. Listo, lo hizo con amor. No tiene gracia decir nada más.

Entonces. ¿Qué carajo es el amor?
Un sentimiento fuerte. Una palabra para definir algo que no se puede explicar.
Que se yo.
¿Por qué me preguntas?

Estoy delirante. No me hagan caso. Mi mente divaga y mis dedos tratan de seguir las líneas difusas de mis pensamientos. Trato de no pensar. Porque pensar tanto no es bueno. Necesito escapar. Aunque sea un momento.

Necesito...

Soy la Incertidumbre Resonante de Galahad.

Cuando sos chico todo es más fácil.

Sos un genio. Que tipo inteligente. Que conclusiones que tirás.
Bueno, no siempre es mejor cuando sos chico. Algunos chicos la pasan mal.
Corrijamos. En una vida normal. En una infancia feliz. Cuando sos chico todo es más fácil.

Cuando sos chico todo es más fácil.
Cuando eras chico todo era más fácil.

No importaba el futuro. Y el pasado no existía. Sólo estabas vos y ese momento. Y lo que hacías en ese día.

Nada te podía pasar. Eras inmortal.
Tenías miedo. Más miedos que ahora. Pero pensalo bien. Te animabas a hacer muchas otras cosas. Tal vez más cosas que ahora.
Y ahora que te dije que lo pienses bien, yo también lo pensé bien y no se si tenías más miedos que ahora. En serio. Tal vez tenías menos miedos. Sólo le tenías miedo a Freddy Krueger. Y era difícil que te lo encontraras. Pero no le tenías miedo a todas las estupideces diarias que temen los adultos. No temías que te pasara nada. Porque eras inocente. Porque no pensabas en esas cosas malas. Porque todo podía ser bueno.

Cuando eras chico ignorabas un montón de cosas. Eso puede parecer algo malo. Pero también puede ser algo bueno. Porque tenías menos preocupaciones. Porque había cosas que realmente no te importaban.

Cuando era chico todo era tan fácil.
No pensabas en nada. Había un montón de gente más fuerte y más inteligente que vos. Entonces había un montón de gente que te podía ayudar. Y que estaba dispuesta a hacerlo.
Tu mamá podía solucionar casi todo.
Y tu papá lo podía solucionar todo.
¿Escuchaste “Crecer” de A77aque?

La felicidad estaba en cualquier cosa. En una pelota. En un autito. En un asqueroso avión de papel.

Tus amigos eran tus amigos y nunca te iban a traicionar. Un nene no puede elucubrar un ardid para crear una traición suprema. Nadie te iba a hacer mal.
Todo era más sincero. Si algo te caía bien, te caía bien. Si algo te caía mal, te caía mal.
Nada de hipocresía. Nada de falsedad.
Podías tener mil amigos. Y confiabas en todos ellos. Y cualquiera de ellos podía ser tu mejor amigo. Por siempre. Para siempre. La eternidad era infinita.

Hasta las peores situaciones se solucionaban en una tarde. Nada podía ser tan malo. Y todo podía ser tan bueno. Todo era nuevo.

Todo era nuevo. Podía pasar cualquier cosa. Todo te podía sorprender. Y todo te sorprendía. No habías visto nada. Todo podía ser mejor.

El tiempo. El tiempo era genial. Las tardes eran inmensamente largas. Aunque te estuvieras divirtiendo. Las horas duraban como tienen que durar. Duraban. Podías hacer un montón de cosas. O podías no hacer nada y eso estaba bien también. El tiempo pasaba más lento. Era genial. Tenías todo el tiempo del mundo. Nunca se hacía tarde. Nunca era tarde. Nunca había pasado todo.
Podías hacer lo que quisieras. Si tus papás te dejaban. O si no te veían.
Después de todo tenías el tiempo.

Ellas. Las chicas eran tan distintas y a la vez tan parecidas. A ellas les gustaba el color rosa y a vos no. Para todo lo demás eran iguales.
Si una chica te miraba a los ojos estabas hecho. Y si podías robarle un beso eras un dios.
Al principio sentarse al lado de una chica no era ningún problema. Era sólo una chica y vos eras sólo un chico. Después te diste cuenta de que ella era una chica y vos eras un chico y entonces sentarte al lado de ella precisaba de una cuota de coraje. Y hacerlo era genial.
Cuando las chicas dejaron de ser iguales a vos pasaron a ser un misterio. El mapa ininteligible de una joya perdida que querías encontrar. Y eso era genial.
Nosotros seguíamos siendo iguales. Ellas habían cambiado. Habían dejado de jugar a juegos brutos con nosotros. Habían dejado de escupir si tenían que hacerlo. Habían dejado de ser como nosotros.
Recién había pasado eso. Entonces eso también era nuevo. No como ahora. Que pasó hace un millón de años y las chicas se olvidaron de que una vez fueron como nosotros.
Y en ese momento los chicos inventamos juegos idiotas para poder estar con ellas. Que zarpado. Que sublime. Juegos idiotas. Más respeto. Fueron los mejores juegos que jugamos. Los mejores que vamos a haber jugado.
Un chico inventó esos juegos, y todos los otros chicos estuvimos tratando de convencer a todas las chicas a que los jueguen. Desde ese momento hasta la eternidad.
Todo por ellas. Por lo que éramos nosotros en ese momento. Por lo que eran ellas. Porque todo era posible. Porque todo era nuevo. Porque todo era genial.
Y jugamos a la botellita. Y jugamos al semáforo. Y al verdad consecuencia. Y quisimos jugar al Twister. Y tratamos de hacer prendas en todos los juegos de cartas. Hicimos los asaltos y pusimos los lentos. Nos hicimos amigos de boludos por sus hermanas. Fuimos buenos con las madres por sus hijas. Tratamos bien a las masomenos por sus amigas. Nos juntamos con los giles por sus conocidas.
Hicimos todo eso.
Hicimos todo lo que pudimos.
Y estuvo genial.

Cuando éramos chicos todo era más fácil.
Le pregunté a un chico pequeño: Si mañana pudieras hacer lo que quisieras en el mundo, lo que quisieras ¿qué harías?
Me dijo que iría a la pileta. Estaría en la pileta.
Le pregunté que es lo que más feliz lo haría en el mundo. Me dijo que meterse en la pileta. Estar en la pileta.
Le pregunté a una chica pequeña que haría si pudiera hacer cualquier cosa y me dijo que andaría en bici.
Cuando sos chico la felicidad está tan cerca. Es tan fácil ser feliz.
Es tan fácil ser feliz cuando sos chico.
Cuando sos chico todo es más fácil.

Todo es diversión.
No hay responsabilidades.
Peter Pan era chico y jamás creció. Vivía en un verano eterno jugando por siempre. Salvando a su chica. Luchando con piratas. Teniendo aventuras.
Cuando sos chico todo es posible.

Cuando eras chico todo era posible.
Podías llegar a conocer a la mujer de tu vida antes de terminar la primaria y ser feliz con ella desde entonces. Porque cuando sabes con quién querés pasar la vida querés que tu vida empiece cuanto antes.
Podías llegar a ser cualquier cosa. Todo podía llegar a pasar. Tu vida era una hoja en blanco que podía ser escrita con las líneas más sublimes.
Podías ganar la lotería y hacerte millonario antes de tener licencia para manejar.
Podías tener un don que ni siquiera vos conocías y volverte famoso y querido en todo el mundo.
Podías ser una estrella de cine. Podías ser un astro de rock. Podías ser el sueño líquido de todas las mujeres. Podías ser todo lo que quisieras. Todo era posible.
Todavía no habían pasado los años. Todavía tenías esperanzas. Todavía tenías sueños que podían hacerse realidad. Todavía todo podía pasar.
Era como una película que querés ver cuando recién está empezando. Es todo emoción. Todo te puede sorprender. Todavía tenés dos horas. Dos horas de entretenimiento. Dos horas de sabiduría por obtener.
Y cuando termine la película puede haber sido buena, puede haber sido una bosta, puede haber sido genial pero sólo va a ser un recuerdo. Va a ser algo que pasó.
Pero ese es otro tema.

Galahad, me tenés cansado con eso. Con el pasado. Con los recuerdos. Con lo que pasó. Con lo que no pasó. Con lo que pudo haber pasado. Con lo que nunca debería haber pasado. Con que todo pasa a ser recuerdos. Con que nada es tan bueno como debería haber sido. Con que todo pasa a estar en tu cabeza. Con que todo pasa muy rápido. Con que te gustaría arreglar un montón de cosas. Con que no podés volver el tiempo atrás.
Me tenés cansado.
De verdad.

Cuando era chico todo era más fácil porque no me ponía a pensar en todo esto.
Mierda.

Linda, me rompe el corazón romperte el corazón.

No hay Nepento. Lo necesito. No encuentro el Leteo. Lo necesito.

Soy El Dedo Acusador de Galahad.

Te voy a arruinar la vida.

Naciste un día sin importancia en un lugar intrascendente en una familia normal. Creciste con tus hermanos y con tus amigos haciendo boludeces por la tarde y sin ninguna preocupación por la vida. Esos momentos van a haber servido esencialmente para añorarlos en los tiempos de responsabilidad, angustia y dolores existenciales en los que el tiempo trivial se mueve a mil doscientos segundos por hora. Esos momentos van a servir para añorarlos por siempre.
Tuviste un par de amores platónicos y nunca consumados en tus pueriles años que si bien pudieron haberte marcado no pensaste en ese momento que iban a ser tan importantes o tan únicos. Creías que todo podía ser mejor y todavía no te habías dado cuenta de que es más fácil que todo empeore.
Y ahora. Ahora estás en el presente. El pasado son sólo recuerdos que no recordás y el futuro son sólo planes que no existen y muy posiblemente no existan.
Sigamos con tu vida carente de sentido.
Vas a haber crecido creyendo que la grandeza te espera con un ramo de rosas rojas detrás de una gran puerta de oro que se va a abrir con sólo apoyarle tu mano. Estabas preparándote para ser una estrella de rock. Un astro del cine. Un inventor revolucionario. El Don Juan más extraordinario que hubiera existido. El tipo más rico del planeta. La celebridad más adorada.
Pero nada de eso va a pasar. Vas a caer cientos de veces y te vas a volver a levantar unas cuantas. La chica de tus sueños no te va a dar bola. Y seguramente un par de potables se van a hacer las reinas con vos. Vas a acostumbrarte al fracaso. Tanto vas a perder que te vas a convencer que así es la vida, que eso les pasa a todos.
Si no fuiste lindo cada vez lo vas a ser menos. Cada vez vas a ser más feo. Más viejo. Más invisible.
Si antes no te daba bola la chica de tus sueños, te diste cuenta de que un día vas a caer tanto que ninguna te va a dar bola. Así que hacés algo antes de que sea tarde. Y te conformás. Te vas a conformar con una chica bastante bien. Algo linda. Algo simpática. Nada mal. Ella va a estar a tu alcance. Y te vas a convencer de que eso es la felicidad.
Pero te digo la verdad. La felicidad es una ilusión. La tristeza es la reina del corso.
Vas a conseguir un trabajo “más o menos” y te vas a convencer otra vez de que así es la vida. De que tenés que trabajar para vivir. Y en un momento te vas a olvidar de vivir. Y sólo vas a vivir para trabajar. Y chau familia. Chau amigos. Chau diversión.
Y toda esa mierda te va a arruinar lo poco que tenías.
El tiempo va a seguir pasando. Cada vez más rápido. Y tus sueños se van a seguir nublando.
Un día, pobre infeliz, te vas a dar cuenta de que perdiste todo. Tus amigos fueron desapareciendo. Las chicas dejaron de mirarte hace años. Ya se te pasaron todos los trenes. Tus sueños sólo existen en tu almohada. Y vas a seguir viviendo por inercia.
Vas a convencerte de que esa trivialidad efímera es la felicidad. Un triunfo pasajero. Quince minutos de sonrisas. Siete segundos de placer. Una risa. Dos miradas. Una palabra. Un momento. Nada. Nada. Nada.
Los años van a pasar cada vez más rápido. A ciento cinco días por año. Todo va a ser más rápido. Y vos vas a ser cada vez más lento. Cada vez tu pasado va a ser más brillante que tu futuro. Cada vez va a ser más importante lo que pasó que lo que va a pasar.
Y cada vez vas a olvidar más todo eso que pasó. Y cada vez va a ser más lejano. Como si no hubieras sido vos. Como si hubiera sido otra vida.
Te vas a empezar a cansar de todo. De tu trabajo. De tu mujer. De tu vida.
No porque estén mal. Sino porque siempre van haber sido iguales. Y siempre van a seguir siéndolo.
Todo va a ser igual. Día tras día. Porque te vas a dar cuenta de que ya no podés cambiar nada. Tu trabajo es lo que es porque ya sos muy viejo para empezar otro proyecto. Ya sos muy viejo para cambiar de mujer. Ya sos muy viejo para seguir vivo.
Años y años de vida y lo único que recibís como premio es la vejez. Un cuerpo débil, cansado y feo.
Vas a tener que dejar de pensar en todo eso que no hiciste, en todo eso que no podés hacer, en todo eso que jamás vas a hacer. Si no dejás de pensar te vas a querer matar.
No te preocupes, ya te vas a morir. Pero antes vas a sufrir un rato más.
Vas a ver como todo se cae a pedazos. Vas a empezar a padecer más dolores y enfermedades. Vas a tener que dejar de hacer muchas cosas. Ya no vas a poder correr, ni montar, ni coger, ni nada raro. Ya vas a estar viejo para todo eso. En tu cabeza van a pasar más cosas que en tu vida. La envidia te va a corroer. La envidia por los que hacen lo que vos no podés hacer. La envidia por los que hacen lo que vos nunca pudiste y jamás vas a poder.
Cada vez todo empeora.
Sólo te va a quedar tu familia y algunos amigos.
Y los vas a querer tanto para que tanto los sufras cuando los empieces a perder.
De a uno los vas a ver enfermar. Y vas a sufrir cuando mueran.
Todos mueren. Tus padres van a morir. Tus hermanos van a morir. Tus amigos van a morir. Y tu esposa también.
Todos mueren.
Y vos vas a estar ahí para padecerlo.
Hasta que te toque a vos.
Solo.
Y te vas a dar cuento de que todos esos años sólo duraron segundos. Unos minutos tal vez. Nada más. Todo pasa muy rápido. No tuviste tiempo de darte cuenta de nada.
Y te vas a dar cuenta de que todo fue trivial y efímero. Te vas a dar cuenta de que no pudiste hacer todo lo que quisiste. Te vas a dar cuenta de que no existieron las segundas chances. De que tu destino te la puso un par de veces. De que nada es tan bueno como lo soñaste.
Te vas a dar cuenta de que en realidad no hiciste nada. La felicidad fueron pepitas de chocolate en una galleta fallada. Nada tuvo sentido.
Y vas a ser nada.
Y sólo te van a recordar unos pocos que se van a ir olvidando de a poco.
Hasta que ya no seas más que una foto. Vieja y gastada.
Eso es todo.
No hay trucos.
No hay magia.
No hay vidas paralelas, ni segundas oportunidades. No hay vida eterna. No hay elixires de la juventud.
No hay batallas celestiales para cambiar el destino del Universo.
No hay nada más raro de lo que le pueda pasar a un pollo, a un perro, a una tortuga.
Nada.
Listo.

Ya está Dios, ya te descubrí.
Si es que hay alguien ahí.

Soy La Mente Podrida de Galahad.

No todo tiene que ser así. Pero hay tantos mensajes que te dicen que la vida es hermosa y que tu vida va a ser perfecta, que esto es la contraparte. Sabelo, no todo va a ser tan bueno.

Estoy teniendo problemas existenciales del primer nivel.

Estoy complicado.

En serio, es serio. No te jodo.
No tengo que pensar. No tengo que pensar. No tengo que pensar.
Bueno, voy a pensar un poco en todo esto para poder escribir todo esto.
Ahí vamos.

Peeero antes. Si sos una de esas personas que no pretenden leer mucho y les gusta opinar de todas formas, leé  lo que está en negrita para saber más o menos de que trata todo esto y si no entendés de todas formas y todavía querés opinar, bueno, el texto que hay a continuación te va a llevar unos seis minutos leerlo. Estás advertido. Soy Galahad, ¿no te habías dado cuenta? Seguí de largo si no te interesa.

Ahora si. ¿En qué estaba? Ah, si.

Digamos que hay tres niveles de problemas existenciales.

El primero es cuando, por ejemplo, te deja tu novia y te ponés triste y te empezás a preguntar qué hiciste mal y qué podrías haber hecho. O se muere tu perra, no se, eso. En un mes, en un año, en un tiempo vas a estar bien y ya no vas a tener más problemas existenciales hasta que este ciclo se repita. Digamos que simplemente estuviste un rato en el grupo de los Seres con Problemas Existenciales. Sacaste un pase y lo usaste. Y listo.
Este es el grupo más común, todos osaron estar en él en algún momento por alguna razón. Es una pena pasajera, un dolor momentáneo. No importa si ese momento sólo dura unas semanas o un par de años, es algo que no forma parte de vos, viene y así como viene se va.
Estos serían los problemas existenciales de tercer nivel.

Después vienen los de segundo nivel. Un gran grupo de gente está en ellos. Por lo general son esas personas depresivas, pesimistas, taciturnas que piensan todo el tiempo en todo. En todo lo que podría ir mal, en todo lo que salió mal, en todo lo que podría haber sido mejor. En todo.
Las personas de este grupo se cuestionan su existencia. Se preguntan porqué existen. Viven envidiando a los que tuvieron más suerte. Se la pasan pensando qué podrían hacer para cambiar las cosas. Se la pasan pensando si aunque hicieran algo para cambiar las cosas las cosas realmente cambiarían. Se viven cuestionando a si mismos y a su mundo. Viven pensando que la chica de sus sueños no les dio bola, viven creyendo que si el destino hubiera sido un poco más caritativo con ellos las cosas hubieran sido diferentes y ellos podrían haber sido más felices.
Yo estuve en este grupo, pero como siempre busco superarme, me pasé al de primer nivel. ¿Cómo me iba a quedar en el segundo nivel?

Y ahora si. Vamos a hablar de lo que íbamos a hablar.
Los problemas existenciales del primer nivel.
Y el hecho de que ahora yo formo parte de esta elite.

Si. Que bueno. Diversión, diversión, diversión.

En los problemas existenciales de primer nivel ya no importa tanto el yo sino que importa más el nosotros. Ya no importa tanto el porqué sino que importa más el para qué.
En los problemas existenciales de primer nivel uno no piensa lo que podría pasar con uno, sino lo que podría pasar con toda la existencia. Uno no se pregunta porqué las cosas salen como salen sino que se pregunta para qué salen.

Cito:
(…) Hubo un momento en que empecé a mirarme las manos y a preguntarme si eran mías. Un tiempo en que empecé a mirar todo lo que pasaba a mi alrededor como si yo no estuviera ahí, como si fuera simplemente un espectador, como si yo no existiera.
Busqué en internet y decía algo como que esa sensación se llamaba “despersonalización”, que es cuando dejás de darte cuenta de tu propia existencia, o algo así.
Y ahí me agarraban unos principios de lo que internet llamaba “ataques de pánico”, y en esos momentos me ponía a pensar y tenía terribles dilemas existenciales. Pero de los más jodidos, no de los simples. De los de primer orden. No era que me preguntaba porqué estaba yo ahí y no en otro lado o porqué me pasaba lo que me pasaba y cuál era el sentido de que me pasaran esas cosas o que no me pasaran otras. No me preguntaba cuál era el sentido de mi vida ni qué tenía que hacer. Era peor. La pregunta era: ¿para qué? y no era sólo para mi, era para todo. ¿Para qué existe la humanidad? La pregunta no era tanto: ¿existe la vida después de la muerte? La pregunta era: ¿para qué existiría la vida después de la muerte? Aunque existiera la reencarnación, aunque existiera el cielo, aunque existieran las otras dimensiones; la pregunta sería: ¿para qué? Aunque todo esto fuera interminable, aunque hubiera ciclos y ciclos de vidas, aunque hubiera un lugar eterno. La pregunta es ¿para qué?
Internet no tenía respuestas para esto.
Lo mejor que podía hacer era tratar de no pensar más.
Así que volvía a los videojuegos. Y a las pelis. Y a las historietas. Y a Soda Stéreo. Y a Jennifer Connelly. (…)
Dejo de citar.

Entonces, no es tanto que a uno le preocupe lo que pueda pasar con su vida, es más bien que uno se pone a pensar lo que puede pasar con la existencia toda.
Y ahí no tan queridos amigos, meretrices y ogros es cuando nos metemos en un lío mental. En una lid psicológica.
¿A dónde está yendo todo?
No es la falta de sentido de las cosas lo más preocupante. Lo preocupante es que aunque hubiera un sentido para todo, nada tendría sentido de todas formas.
Explayándonos. Si estás en el segundo nivel, en lo más alto del segundo nivel de problemáticas existenciales, te decís: “estaría bueno que hubiera un sentido para todo, una gran razón para que todo pase”. Algo así como que venga un tipo de otra dimensión y te diga que sos la única esperanza de la humanidad y te lleve a otro mundo y te presente a la chica de tus sueños que se enamora perdidamente de vos y todo marcha bien hasta que es capturada por el cruel ser que está poniendo en jaque al universo hasta que vos después de un superentrenamiento te volvés re copado y salvás a la humanidad toda y te convertís en el mayor héroe del universo.
¿Genial, no?
No.
¿Cómo que no? Es genial. Como Matrix, como Star Wars. Como John Carter. Como Flash Gordon.
Genial, genial, genial. Y no importa lo que digas. Si tan sólo mi existencia tuviera tanto sentido.
No, no es genial. Si pensás así, te felicito*, estás o podés llegar a estar en el segundo nivel de problemas existenciales.
Te voy a contar porqué los que estamos en el primer nivel no lo encontramos tan copado.
Es sólo una oración de dos palabras:
¿Para qué?
O también puede ser:
¿Y qué?

Salvaste a la humanidad. Conseguiste a la chica. Te convertiste en un héroe. Te volviste copado. Las minas mueren por vos. Todos te idolatran. Tenés todo lo que podés desear.
Quiero que te regodees un rato en pensar bien en todo eso.
¿Listo?
Y ahora yo te digo: ¿y qué?
¿A dónde va todo? ¿A dónde te llevan tus acciones? ¿Cuál es el fin de todo?

Incluso los que se excusan en la existencia de siguientes mundos perfectos no pueden solventar todas esas disfunciones eréctiles del recto pensamiento.
Supongamos que tu vida fue genial y te moríste y conociste a tu creador preferido. ¿Y? Y te dice que si querés podés jugar un rato más al juego de la vida metiendo otra ficha, o te podés ir con él a tomar un naranjú y hablar de la vía láctea. Vos le decís que querés jugar un rato más pero que esta vez querés ser pelirrojo y tener pies grandes, y un nombre más largo y que tu novia tenga un lunar en la frente.
Y jugás otra vez y morís, y volvés otra vez al mismo lugar y te preguntan otra vez si querés jugar de nuevo. Jugás de nuevo cinco o seis veces más y por último aceptás el naranjú y la plática láctea.
¿Y?
No se. Sos feliz, la plática es re linda y vos te sentís re bien y el naranjú está riquísimo. ¿Y?
¿Después? ¿Y? ¿Para qué?

Eh, no se. Dejame que te invento algo copado enseguida… Ahí está, te convertís en un dios y te ponés a crear a tu propia humanidad, a tu propia galaxia, a tu propio universo.
¿Y?
Y no se. Vas a estar ocupado un rato.
¿Y?
Lamento** decirte que aunque hayas vivido miles de vidas y seas el mayor héroe de la existencia toda y te hayas convertido en todo un dios, creador de muchos universos. Bueno, nada. No me importa. Sólo te tengo una pregunta:
¿Y?

A la larga todo parece un videojuego. Mientras estás jugando todo tiene sentido.

Entonces, los que no se habían puesto a pensar nada de esto, bueno, estemm, de nada.
No, en serio, no me lo agradezcan.
Para los que estaban en el tercer o en el segundo nivel, ¿vieron? Todavía pueden subir un poco más.
En serio, de nada.

Entonces.
¿Están o estuvieron en alguno de los niveles de Problemas Existenciales? ¿Qué piensan del primer nivel? ¿Qué piensan? ¿Están pensando algo?

Ahora si. Piensen un poquito en todo esto y opinen. Yo ya estoy. Ahora si. A pensar en idioteces por un rato.

Hace mucho que no vuelo en los sueños. Cuesta tanto. Es como estar nadando en el aire.
Interrumpen mi pensamiento diciéndome “hola” y preguntándome qué necesito.
Hola que tal, le digo, venía a buscar a ese Pegaso y un anillo mágico. Si, soy Galahad.

*    en realidad no te felicito.
**  en verdad no lo lamento.

Soy Los Ojos Secos de Galahad.

Datos personales del copado que escribe estas boludeces.

Mi foto
Galahad es un muchacho delirante que escribe algunas boludeces muy de vez en cuando y si se le cantan las pelotas. La Galaxia conspira contra él pero a veces Galahad le toca la cola.