miércoles, 29 de agosto de 2012

Recuerdos nada más.

Todo pasa. Todo va a pasar. Y todo se termina. Y nada va a quedar.
Sólo recuerdos.
Sólo recuerdos y nada más.

La concha de la lora.

Me atormenta lo efímero del todo. La nada. El tiempo que pasa y que pasó. Y de eso no queda nada. Mierda. Todo se termina. Nada queda. Sólo recuerdos de tu vida.
¿Qué son? Nada. Sólo recuerdos.

Lo más baladí y lo más importante van al mismo lugar. Nada es diferente. Todo es igual. Y no importa cuanto te pueda importar.

Ella era hermosa y ese momento fue perfecto. ¿Y qué? Sólo va a estar en mi cabeza. No va a ser nada más. Un momento que no se va a repetir. Un algo que no va a ser nada.

Mierda.

Son sólo reacciones químicas en mi imbécil cerebro. Sólo eso. Algo que no es nada. Descargas eléctricas cerebrales. Rayos en una puta tormenta. Me cago.

“Esto está pasando ahora y no se repetirá.”

Por más que lo haga mil veces siempre va a ser distinto. ¿Y de qué sirve que lo haga mil veces? Todo es diferente. Aunque sea igual. Todo es un segundo.

Todo lo que haga sólo van a ser recuerdos. Buenos, malos, no tengo tiempo de pensarlos.

Lamento arruinarte la mente diciéndote esto… En realidad no lo lamento.

Sólo importa el presente. El pasado no es nada y el futuro tampoco. Vivre la vie. Carpe diem. Chinga tu madre.

Mi cerebro está quemado. Todo va a ser un recuerdo. Esto también. No tengo tiempo que perder. Tengo que dejar de pensar.

Ella es sólo un recuerdo. Ella sólo va a serlo. Me quiero matar. Tengo que dejar de pensar. Como decía el hombre de la máscara de hierro: tengo que dejar de pensar, porque voy a entender muchas cosas o me voy a volver loco.
Ya es tarde para lo segundo.
Tal vez lo mejor sería no recordar. Ser como los gatos que viven el presente.

A veces la memoria es una mierda.

Dicen que si no existe la memoria todo lo nuestro es suicida.

Habría que olvidarse de algunas cosas.
"Tuve una maestra que me enseñó a olvidar, por un momento fui feliz pero no lo puedo recordar."

A veces la memoria es una mierda.

A veces recordás las cosas con una sonrisa. A veces no.
Tal vez serían menos los problemas si no recordáramos todo.
Si supiéramos como mierda olvidar.
Si pudiéramos elegir lo que nos sirve y lo otro poderlo olvidar.
Lo malo de recordar lo bueno es que sabés que ya pasó y su ausencia te destruye.
Lo malo de recordar lo malo es que te atormenta su presencia intangible pero real.

Mierda. Mierda. Mierda.
Los recuerdos me hacen mal.

Estoy pensando. Pienso. Pienso. Pienso. Y eso a veces no es bueno. Mierda.
Tengo que dejar de pensar. Todo pasa. Todo pasó. Todo es diferente y todo va a cambiar. Mierda.
Tengo que dejar de pensar. Pero estoy pensando. Estoy pensando. Estoy pensando seriamente en sacarme una parte del cerebro.
Sacarme la parte que me hace pensar en lo que no tengo pensar. La parte que me hace recordar lo que no tengo que recordar.
Mierda.
Soy La Intolerancia Mental de Galahad.

Todo es un recuerdo. Sólo existe el presente.
Va a llegar un momento en el que los recuerdos van a ser más importantes que tu presente. Y todo va a ser un recuerdo. Sólo recuerdos.
Que mierda.
Y si antes no estaba nadie de los que están ahora, esos sólo van a ser tus recuerdos. Sólo tuyos. Sólo desde tu punto de vista. Y si nunca los contaste van a dejar de existir. No van a ser nada. Nunca lo van a haber sido.
Y cuando te olvides todo va a dejar de existir.

La memoria es una mierda. Y es lo único que tenemos.

“¡Qué feliz es la suerte de la vestal sin tacha!
Olvidarse del mundo, por el mundo olvidada.
¡Eterno resplandor de una mente inmaculada!
Cada rezo aceptado, cada antojo vencido.”
Alexander Pope.

Necesito mi serotonina. Por favor. Un poco más.

Soy el Eterno Resplandor de una mente sin Recuerdos de Galahad.

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Galahad es un muchacho delirante que escribe algunas boludeces muy de vez en cuando y si se le cantan las pelotas. La Galaxia conspira contra él pero a veces Galahad le toca la cola.