martes, 11 de octubre de 2011

El amor de tu vida, es difícil de encontrar.

“Hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella.”
Ortega y Gasset

Que garrón.

¿Qué pasa si encontrás al amor de tu vida? ¿Todo bien? No se. Dije “si encontrás” no dije nada de que ella te encontrara a vos. ¿Qué pasa si cuando la encontrás ya es tarde? ¿Qué pasa si creías haber encontrado el amor y después encontrás al amor de tu vida? ¿Qué pasa si aunque ella sea el amor de tu vida vos no sos el amor de la vida de ella? Todo mal.

Nada es fácil. Y menos cuando se trata del amor.

Imaginate que estás casado, amás a tu esposa y ella te parece hermosa y todo está bien. Y entonces aparece esa mujer. La que siempre soñaste. La que nunca imaginaste. Es perfecta. Es hermosa. Es tu alma gemela. ¿Qué hacés? ¿Tirás todo a la mierda? ¿Trataste de olvidarla? ¿Creés que vas a poder olvidarla?

Imaginate que la mujer más perfecta del mundo, la más hermosa, la más sensible, las más graciosa, la más seductora, está ahí. La conocés. Ella sabe que vos sos capaz de morir por ella. Y no le importa. ¿Qué hacés? ¿En serio pensás que la vas a poder olvidar?

Imaginate que la mujer de tu vida, la que sería perfecta para vos, la que sería tu séptimo cielo todas las noches; también te amaría a vos. Pero nunca la vas a conocer. Es muy filosófico y volado este concepto. Pero pensalo. Ella vive en España, vos vivís en Argentina. Nunca en sus vidas se van a cruzar. El destino te la puso sin vaselina.

Imaginate que conocés a la que hubiese sido el amor de tu vida, pero ya es tarde. Sabés que fue hermosa, pero ya no lo es. Sabés que fue perfecta pero ya tiene muchos defectos. Sabés que te quiere pero que te hubiera querido más veinte o treinta años atrás. Cuando eran jóvenes. Cuando todo era posible. Y ya es tarde. Estás en el ocaso de tu vida. Ya no tiene sentido casarse. Ya no pueden tener hijos. Ya pasaste toda tu vida sin ella. Y sabés que todo hubiera sido sublime. Y sólo creás recuerdos que te hubiera gustado tener. Y no tuviste. El destino se burló de vos.

A veces pienso que algunas personas se enamoran de otra porque no tienen más opciones. Porque las otras mujeres que amaron no los amaron a ellos. Porque están fuera de su liga. Porque la que aman si los ama. Pero si realmente pudieran elegir amarían a otra. Pero tienen que conformarse. Tienen que engañarse a sí mismos. Suena duro. Pero creo que pasa.

Imaginate que te cruzás una tarde al amor de tu vida. Amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista. Y en quince minutos sabés que la amás. Sabés que no vas a encontrar a otra como ella. Y ella no lo sabe. Sólo vos. Y no te la volvés a cruzar jamás. Y las venas te quedan largas. Y el destino te cagó diarrea.

Que garrón.

El amor. Es todo tan difícil. No sirve si amás y no te aman. No sirve si te aman y no amás. No es completo. No es perfecto.

Hay tantas opciones que nunca van a ser realidad. Que duele. En serio.

No llores, Galahad.
No lloro, sólo filosofeo un toque.

El amor de tu vida. Te envidio si lo tenés. Pocos lo lograron.

Me enamoro muy seguido. Las mujeres hermosas me pueden. Son una debilidad.

“Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.” Antonio Machado.

Tengo en mi bolsillo dos monedas para pagarle a Caronte por si muero de amor.
Entre las dos no hacen un peso.
Y son falsas.


Me voy a esnifar mis lágrimas.

251007

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Galahad es un muchacho delirante que escribe algunas boludeces muy de vez en cuando y si se le cantan las pelotas. La Galaxia conspira contra él pero a veces Galahad le toca la cola.