Estuve pensando en el tema de las puteadas. Si, pensando. Tampoco es que me maté pensando. Lo pensé un toque. Un segundo.
Bueno, no es la gran idea. Yo no dije que lo fuera. Es sólo un pensamiento.
Ahora no lo digo nada.
Está bien, lo digo.
Creo que la puteada en su esencia es la palabra “puta” y sus derivaciones.
Que loco, man. Te pasaste. Que pensador. Que genio escondido. Que ilustre sabio.
Gracias por tu apoyo, man. Me hacés quedar mal.
Soy la Mente Partida de Galahad.
Cuando hablamos de “putear” se supone que nos referimos a eso, si nos ponemos exhaustivos con el origen de las palabras. Putear. Tiene que referirse a todo lo que tenga que ver con “puta”.
Puede cambiar de género. Puede ser en plural. Puede estar en diminutivo. Adornado. Pero tiene que tener alguna derivación de la palabra “puta”.
Obviamente sólo si nos ponemos en pelotudos con los significados de las palabras.
Puta. Puto. Putas. Putos. Putita. Putazo. Putón. Putero.
Hijo de puta. La puta. La gran puta. Hijo de una gran puta. La puta que te parió. Andate a la puta madre que te remil parió, puto de mierda.
Todo lo demás serían “insultos” o “insultar”. Todo lo que no tiene “puta” en alguna de sus formas.
Con respecto a lo que es una buena o una mala palabra, no se. A veces las buenas palabras pueden insultar más que las malas. ¿Y por qué son malas? Si no estás insultando a nadie en particular son sólo palabras. No hacen nada.
Si estás insultando a alguien, ese es su fin. Y por eso pueden ser malas.
¿Pero si no insultás a nadie?
No son malas. Conmigo se portan bien. Cuando salen de mis labios.
Con respecto a las buenas y las malas palabras dije que las buenas pueden ser más insultantes. Y es verdad.
Pasa en los “insultos a medida del destinatario”. Que es lo contrario a los insultos genéricos.
Ya expliqué lo que eran los insultos genéricos.
Si yo le digo a un chabón: forro de mierda, es insultante. Pero es peor si uso un insulto a medida como: gordo vago tu buzarda no te deja pensar.
El chabón se va a sentir más ofendido si uso un defecto de él. Y use sólo palabras permitidas.
Lo puedo hacer más permitido: obeso perezoso tu prominente barriga no te permite utilizar la mente.
Sigue siendo más insultante para el muchacho de huesos gruesos que padece retención de líquidos.
Si realmente lo quiero insultar tendría que combinar el insulto genérico con el hecho a medida. Y eso de verdad que lo va a insultar.
Gordo forro tu buzarda llena de mierda no te deja pensar.
Creo que los insultos a medida del destinatario son mucho más hirientes. Les recuerdan sus defectos. Sus errores. Sus problemas. Los pueden hacer mierda. De verdad.
Por eso yo si tengo que insultar a alguien con el que me puedo haber llegado a enojar pero es alguien que veo todo el tiempo, o es un amigo, o es un familiar o algo así; no uso insultos a medida del destinatario. No soy tan forro. Algunos lo hacen. Yo no. Me sentiría mal después.
No tengo nada más que decir.
Gracias.
Che, vos. Si, vos. El deprimido. Tengo algo que decirte.
Todos nos vamos a morir. No es joda.
Si pienso distinto. Si me veo distinto. ¿Sigo siendo yo?
Tengo un par de pastillas. Me las voy a tomar.
Soy el Subidón de Endorfinas de Galahad.
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