Maldigo el instante eterno en el que la saliva de mi boca empieza a atravesar mi garganta. Que algo tan simple pueda doler es una broma sin remate de alguien que no sabe de las gracias.
La mucosidad que no se ve en mi nariz es como la suciedad de este universo, igual de invisible para algunos, tan molesta para otros.
El viento clama mi nombre, pide por mí y me insulta porque sabe que no puede tenerme. Y luego se ríe porque se sabe todo un dios y comprende que va a vencerme.
Me pica la cabeza y me rasco, y no sirve de nada, es como pelear en una guerra sin armas.
El dolor no te deja pensar, no te deja dormir, no te deja.
No tengo hambre, no tengo sueño, no tengo ganas.
El dolor no se deja.
El dolor siempre gana.
021212
Ya estaba flasheando y las drogas no me hacían efecto.
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